👑 ~La Sultana Melek~👑Amberly aunque tratara de dormir, simplemente no podía, rodaba, se giraba, se tumbaba boca arriba, pero no podía encontrar una posición cómoda para su cuerpo, ni paz para su torturada mente.
La habitación estaba silenciosa, y el aire se hacia mas pesado cada minuto. Deseaba sentir un soplo de brisa fresca, se levantó de la cama, sin levantar a su pequeña compañera, se dirigió a la ventana y la abrió. Suspiro con alivio cuando la envolvió una ligera brisa. Cerró sus doloridos y llorosos ojos y con los nudillos se restregó las húmedas pestañas. Lo que le impedía dormir era preguntarse si su padre y su gran amigo, El rey Felipe, habían tomado una buena decisión al nombrarla la mercader real, como persona adecuada para trasladarse y se moviliza de un lugar a otro para realizar actividades comerciales. Según había dicho su padre su último recorrido sería por la feria de Champagne. De ahí debería de regresar con el barco mercante grande (de vela), que habían nombrado orgullosos, "El Galeón de Manila", por sus grandes destrezas a la hora de navegar. Se había dicho que cuando se terminara sus respectivos deberes, el príncipe, primogénito del rey y, ella debían hacer nupcias matrimoniales.
La puerta se abrió sin hacer ruido. Ella vio movimiento en la sombra y sintió una presencia en la habitación. Confundida, se voltio y vio al primogénito del rey, Carlos, de pie junto a la puerta. Sintió como si en ese mismo instante el mundo se paralizó. Todo sonido, toda luz, todo sentido se difumino, y todo cuanto pudo ver, oír, oler y hasta sentir como una carga que le electrizó la piel. Fue como si su mundo se detuviera. Intento comparar al hombre que se acercaba, con el joven que era en otro tiempo. Su tez era mezcla de dorado y cobrizo. Los mechones rubios estaban pulcramente cortados a capas. Su rostro era impasible, pero veía algo muy volátil en esas facciones contenidas. Pero era imposible que se tratara de la misma persona. Ciertamente ya no era la reencarnación de un dios griego, Ahora era un simple mortal el cual había tenido experiencias amargas.
Se acercó a ella lentamente. Cuando más cerca estaba, mas parecía que todo a su alrededor se desintegraba, dejándola expuesta y vulnerable. La respiración de Carlos era jadeante y la de ella también. ¡Que triste parecía! y que solo. Quería correr hacia el. Quería tocarlo. El esfuerzo mantenerse en el mismo sitio hizo que sus músculos comenzaran a temblar. Tras una dilatada pausa, el habló finalmente.
-Buenos días, Princesa- La voz grave fue como una caricia aterciopelada en sus oídos. Fascinada y asombrada, Amberly clavó su vista en sus ojos grises.- Perdone por la intromisión, pero el primer rostro que quise ver, después de tanto tiempo.- Se aproximo a ella con suma lentitud, dándole tiempo de alejarse- Era el suyo.
Carlos espero alguna señal, alguna palabra de objeción o de consentimiento. Pero ella no dejaba de mirarlo, incapaz de articular palabra. Carlos se perdió en esos ojos verdes esmeralda. Esos ojos que lo siguieron noche tras noche, acompañado con su recuerdo, y que bien sabía que lo atormentarían hasta el último de sus días.
-¿Cuando ha regresado?- dijo ella, tratando de sonar calmada.
-Me he aventurado toda la noche, para llegar temprano y verla-Dijo Carlos, con un tono de voz, que le causó un escalofrío.
Amberly miro esos rasgos duros
-Tenia entendido que la campaña aún no ha terminado- dijo ella- Imaginaba que lo vería dentro de unos años
-No estaba preparado para volver pero si no recuerdo mal, mañana es su fiesta de despedida, princesa.- hizo una pausa y miró a la mujer con evidente interés- Quería verla al menos unos días antes de que se fuera.
Amberly se quedó callada, mirándolo sin reconocerlo. Era una mezcla de amor y desconcierto. Su mirada lo atravesaba.
Un perrito se acercó a él abriéndose paso entre las cobijas. El animal parecía un Cavalier King. El perro se detuvo a unos pasos de el y se puso a gruñir enseñándole los dientes. Carlos se quedó quieto, mientras lo estudiaba con calma. Era imposible no reconocer esa carita tan peculiar. Ya la había visto antes.
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La Sultana Melek
General FictionSi tú también te preguntas ¿Que hubiera pasado si Cihangir hubiera tenido un primer amor como los demás príncipes? Esta historia te interesará Turquía 🇹🇷, siglo XVI. Amberly de Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli, acaba en manos de unos escla...