Prólogo
23 de julio de 2019
Irina
Estoy predestinada a sufrir.
Puede que sea la manera menos frecuente de introducirse, pero nunca antes había tenido algo tan claro en mi vida.
Mi nombre es Irina, Irina Laura Horvat, y me gusta sufrir. Me gusta sentirme mal. Amo estar triste.
Vivimos en un mundo lleno de monstruos. En un hábitat en el que reina el desamparo. Hay tanta crueldad en este planeta, que me es imposible no pensar en querer desaparecer. Me gustaría abandonarlo todo temporalmente y volver cuando me sienta lista.
No todos somos psicópatas, pero a todos nos gusta ver sufrir a alguien. No todos somos asesinos, pero todos nos hemos matado a nosotros mismos alguna vez. O quizás han sido las acciones de otros las que nos han llevado a destruirnos. Nuestras mentes son tan poderosas, pero al mismo tiempo tan frágiles. Somos capaces de hacer tanto daño, sin embargo, muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de ello y preferimos hacernos los heridos. No somos hipócritas por naturaleza, ni tampoco malvados, todo es un juego mental. Son todo mentiras. Somos víctimas de las acciones de nuestra mente. Todos tenemos propósitos ¿pero hasta qué punto seriamos capaces de llegar para cumplir nuestras metas? A este punto quería llegar, nuestro cerebro. Este es casi tan complicado e impredecible como el mismo universo. El cerebro, la vida, el universo, todo son problemas sin ninguna solución, y probablemente su entendimiento completo nos lleve a nuestro propio exterminio.
Nacemos para sufrir y morimos en sufrimiento. Dejamos este planeta para caer en el olvido ¿Tiene algún sentido esta vida? ¿No tenemos algún otro propósito? Quizás no he muerto las veces necesarias para descubrirlo. Pero tengo pensado descubrirlo, antes de que acabe conmigo.
Estos pensamientos no se han alejado de mi cabeza desde hace horas.
—¡Irina! — escucho de repente—. ¿Te encuentras bien? — Inquiere la misma voz femenina de antes.
—Quizás no fue buena idea traerla con nosotros— esta vez interviene la voz de un chico.
Fueron segundos lo que me tomaron volver a la realidad. Estoy en Aleph & Kris Coffee con Elena y su novio Darius. Fue Elena la que me invitó. En un principio yo no quise venir, pero no dejaba de insistirme. Ponía mi necesidad de vencer el miedo a socializar con otra gente como argumento para salir de casa, además de que es verano y no puedo quedarme encerrada todo el día en mi habitación.
Siendo sincera, no me encuentro bien, pero ella no sabe por qué. No estoy siendo yo misma. Por mucho que trate de actuar como una persona normal, no lo consigo. Precisamente porque no lo soy. Mis pensamientos me están consumiendo y están apagando esa débil luz que tengo dentro de mí.
Me es imposible reconocer que soy una persona inmensamente feliz, ya que la mayor parte de mi vida la he pasado fingiéndolo para hacer sentir bien a los demás. Son los acontecimientos del pasado lo que me han hecho la persona que soy en el día de hoy, y mi pasado, es algo sobre lo que no me gusta hablar.
Los dos me están mirando perplejos, pero al mismo tiempo lo hacen de maneras diferentes. Lo que veo en el rostro de Elena es preocupación, sin embargo, el rostro de Darius expresa todo lo contrario. Esa mirada es tan familiar, me he tenido que acostumbrar a ella durante toda mi vida. Me mira como si fuera un ser de otro mundo, un extraterrestre.
—Irina, ¿seguro que estás bien? — vuelve a preguntarme Elena.
—Sí, ¿por qué lo dices? —hablo por primera vez en la noche.

ESTÁS LEYENDO
Antes de que acabe con nosotros
Mystery / ThrillerEl universo es tan complejo e impredecible. Por muy perfecto que este parezca, también comete errores. Un 23 de julio, Irina desaparece misteriosamente en mitad de la carretera sin dejar rastro. Mientras el pueblo de Nauschwarch trata de dar con su...