V
4 de agosto 2019
Varvara
"Han encontrado algo", estas tres palabras se repiten en mi mente mientras camino de vuelta hacia las mansiones. Trato de imaginar los peores escenarios posibles, tengo que estar emocionalmente preparada para lo que puede que haya sucedido. Hay algo en mi interior que me dice que no tiene nada que ver con la desaparición de Irina. Quizás hayan encontrado algo sospechoso que tal vez pueda estar relacionado con el desvanecimiento de mi hija, pero mi instinto me dice que Irina no está aquí. Aleph Coffee queda muy lejos de esta zona del pueblo. Nada es imposible. Y tampoco soy una neurótica como para saber cómo un asesino pensaría.
"Irina sigue viva", con estas otras tres palabras salgo del bosque para encontrarme con la inspectora Wilhelm.
—¿Qué han encontrado? — pregunto nada más estar a una distancia considerablemente cercana de ella.
—Fotos— se esfuerza en decir—. En el despacho de la casa se ha encontrado una caja llena de fotos. Muchas de esas fotos son de Irina.
Me llevo el puño a la boca. Parpadeo seguidamente para evitar llorar. Siento un peso encima de mí, como si mi mundo se viniera abajo. La garganta me escuece y me cuesta tragar saliva. Quiero mostrar una reacción, quiero llorar, quiero gritar, quiero romper cosas, pero no hago nada. Es como si mi cerebro hubiera mandado todas esas órdenes a mi cuerpo, pero al ser tantas las órdenes y tan poco el tiempo, mi cuerpo se ha quedado inmóvil.
Finalmente lloré. Lloré por no saber que hacer. Por la idea de que Irina está muerta. Porque todo este tiempo he estado equivocada. Las fotos no implican que ella esté muerta, o a lo mejor sí. Esta familia ya sabía que la policía iba a venir a investigar. ¿Por qué seguirían teniendo una rehén en su casa? Lo más seguro es que la hayan matado.
—Aún no se sabe nada— dice Sonja a medida que se acerca a abrazarme—. Son fotos, ahora solo hay que descubrir por qué las tienen. Mantén la esperanza.
La inspectora Wilhelm me conduce hasta su coche. Me explica que la señora Stein, Samantha Stein, es una viuda de 39 años, tiene 2 hijos, Thomas Stein, de 19 años, y Ulrike Stein, de menos de 1 año. El marido de Samantha murió hace 15 años en un accidente de tráfico. Además de ellos 3, en la casa vive la actual pareja de Samantha, un tal Olexandr Daviets, el padre biológico de la pequeña Ulrike. Olexandr no se encontraba en la mansión en ese momento por lo que varios policías se han quedado en la casa hasta que él vuelva. Samantha y sus hijos, por el contrario, serán llevados a comisaría para interrogarla a ella y a su hijo mayor.
—Varvara— me llama la atención la inspectora justo cuando iba a abrir la puerta del coche para salir—. Se me olvidó preguntarte, pero ¿por qué fuiste al bosque cuando te llamé?
Lo había olvidado por completo. Ese hombre. La alcantarilla. La foto.
Rápidamente saco mi teléfono móvil del bolsillo y le muestro la foto que saqué en el bosque. Una alcantarilla oxidada, con algo ilegible escrito en ella.
—Mientras vosotros estabais investigando las mansiones vi a un hombre correr hacia el bosque y lo seguí. Lo perdí de vista, pero creo que se debió meter en la alcantarilla, porque no tengo la menor idea de a donde habría podido ir tan rápidamente de no ser allí.
Sonja se queda mirando la foto unos segundos más. Tratando de dar con alguna clave en la foto. Pero poco después se rinde.
—¿Me la puedes enviar por mensaje? — pregunta. A lo que yo asiento.
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Antes de que acabe con nosotros
Mystery / ThrillerEl universo es tan complejo e impredecible. Por muy perfecto que este parezca, también comete errores. Un 23 de julio, Irina desaparece misteriosamente en mitad de la carretera sin dejar rastro. Mientras el pueblo de Nauschwarch trata de dar con su...