I
Elena
23 de julio 2019
El apagón. Así fue como comenzó la pesadilla. Las luces de las farolas dejaron de iluminar la carretera. Nos sumergimos en una intensa oscuridad. Nuestras linternas fueron lo único que nos permitió ver lo que teníamos alrededor. Aunque no fueron de gran ayuda, ya que la luz que emiten solo alumbra lo que tenemos a una corta distancia.
Nos mantuvimos callados. Lo cierto es que ese silencio describía perfectamente como nos encontrábamos. Indefensos.
—Elena...— escucho la voz de Darius. Apunto la linterna en un punto que me permite ver su cara, sin tener que necesariamente cegarlo con el foco.
Él se queda en silencio por unos segundos. Parece estar buscando las palabras exactas para decírmelo.
—Irina no está— alarmada, giro mi cabeza en todas las direcciones. Está en lo cierto, Irina no se encuentra con nosotros.
Las farolas vuelen a iluminarse en el momento perfecto. Darius y yo nos damos la vuelta, dispuestos a ir a buscarla.
Desde la distancia podemos divisar los faros prendidos de un coche. Está parado en mitad de la carretera, y el conductor está afuera. Soltando insultos y puños al aire. Cuanto más nos acercamos, más clara se nos hace la escena. El hombre está moviendo una bicicleta hacia un borde de la carretera. Se trata de la bicicleta de Irina, pero ella no está en ningún lado. A unos metros del coche, agarro su teléfono móvil, el cual tenía la linterna encendida. La pantalla está destrozada, lo cual provoca que por mi cabeza pasen muchas escenas de lo que le habrá podido suceder a Irina.
Analizo cada fracción del coche para buscar rastros de sangre. No los hay. Tampoco hay ninguna huella que demuestre que Irina haya sido atropellada por este mismo coche. Logro distinguir a una mujer en el asiento de copiloto, debe de ser la mujer del conductor.
Darius se acerca a mí, mientras el hombre hace una llamada, y me explica todo lo que le ha dicho el conductor.
—Se ha encontrado con la bicicleta tirada en mitad de la carretera, no había nadie— explica él. Desvío mi mirada hacia el hombre, parece estar llamando a la policía.
Y así fue. En menos de 10 minutos, la policía de Nauschwarch estaba inspeccionando la zona. Tras 20 minutos fallidos de tratar de buscar a Irina, nos pidieron volver a casa e ir a comisaría el día siguiente. Dijeron que iban a buscar mañana por la mañana, pues era de noche y la oscuridad complicaba la búsqueda.
24 de julio 2019
Poco después de despertar, me dirijo a la comisaria para dar mi testimonio sobre lo sucedido ayer, tal y como los agentes me indicaron.
Me encuentro en una habitación cuadrada de tamaño medio. En ella tan solo hay una mesa y cuatro sillas, localizadas en el centro de la sala. En frente de mí están 2 agentes, ambos jóvenes.
—Por favor, necesitamos que nos cuentes todo lo que pasó ayer— me comenta uno de los policías con una libreta y un bolígrafo en mano. Tenía los ojos diminutos, lo cual complicaba distinguir si eran de color avellana o verdes. Su cabello era castaño y corto, el cual lo escondía una gorra color azul marino.
—Irina, Darius y yo fuimos ayer a tomar algo en Schwarberg, en Aleph & Kris Coffee concretamente. No me acuerdo cuanto tiempo estuvimos allí, pero poco antes de las 11 de la noche abandonamos el lugar. Fuimos en bicicleta por la carretera, hasta que un apagón nos hizo parar, fue entonces cuando nos dimos cuenta de que Irina ya no estaba con nosotros— mis manos temblaban mientras les contaba los hechos, lágrimas se me escapaban de los ojos ante la idea de no volver a ver a Irina con vida—. ¡Si hubiera estado con ella todo el tiempo esto no hubiera pasado!
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Antes de que acabe con nosotros
Mystery / ThrillerEl universo es tan complejo e impredecible. Por muy perfecto que este parezca, también comete errores. Un 23 de julio, Irina desaparece misteriosamente en mitad de la carretera sin dejar rastro. Mientras el pueblo de Nauschwarch trata de dar con su...