Rejas.

-4-

Justo cuando empecé a creer que las cosas iban a mejorar, fueron de mal en peor.

En el tribunal me fue pésimo.
Solo tuve dos opciones: que mi abuela pagara una fianza muy cara ó dos semanas de cárcel. Y como era de esperarse, mi abuela y yo escogímos cárcel... No teníamos opción.
Además ninguno de mis "amigos" se presentaron.

Mi abuela es la que me cuida y trabaja en un poco conocido café, donde, bueno, le pagan bien, pero, no lo suficiente para pagar la fianza.

La policía me llevó a la cárcel y mi abuela me acompaño. Cuando llegamos el oficial Flynn me dio treinta minutos para hablar con mi abuela, despedirme y todo ese rollo.

Al fin y al cabo erán dos semanas, no era tanto. Casi eran unas vacaciones, pero unas terroríficas.

Mi abuela me pasó unos libros y nos abrazamos. También me pasó un lapiz por si me daban ganas de dibujar o escribir. No acepté el lapiz, ya que si te mandan preso por dibujar en una pared, no me quería imaginar lo que me harían ahí. Aún encuentro estúpido que me manden preso por algo que no hice. Claramente dije eso en el tribunal pero no me crelleron.

El oficial Flynn me llevó a mi celda, ya era hora de empezar con las peores dos semanas de mi vida.