Ganar ganar

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—¡¿Qué pasó?! —gritó Louie apartando el brazo de su amigo.

—Parece que ese chico se resbaló... —dijo alguien.

—¡Háganse a un lado! ¡Permiso! —una mujer vestida con una camiseta negra y jeans se abría paso entre la multitud gritando preocupada—. Jazzel ¡¿Estás bien hijo?!

Jazzel estaba en el suelo al lado del escenario y no respondía, se sentía mareado y aturdido por el golpe de la caída, ni siquiera reaccionaba ante el paquete de papas fritas que Nils sacudía sobre su nariz con desesperación

—¡Ay ya deja éso Nils! Ni siquiera puede moverse! Creo que se desmayó. Hay que llevarlo a la enfermería —le gritó Evenor mientras tomaba la cabeza de su hermano menor.

—¡Ya! Perdón! Es que estoy entrando en pánico Eve! ¿Qué pasa si no despierta? o... o ¿Si olvida quién soy?

—Mejor deja tu pánico y ve a buscar a alguien que sepa dónde queda la enfermería en éste instituto.

—¡Ya!... —dijo levantándose—. Espera, yo sé! Recordó sorprendido mirando a Eve, quien ya se encontraba contando mentalmente hasta diez para no pelear con Nils por su falta de atención.

—¡¿Y qué estamos esperando entonces?! Vamos ahora mismo, trata de levantarlo por ése lado mientras yo... —señaló Evenor tratando de levantarlo por los brazos, pero Jazzel desmayado era mucho más pesado de lo que pensaba.

—Bueno, ésto no está saliendo como esperaba

—Deberíamos buscar a alguien más —sugirió Madeline, la baterista del grupo.

—Tal vez alguien del sonido pueda ayudarnos o... —comenzó su madre, pero en ése momento otra voz la interrumpió.

—Permítanme, yo les ayudo...

La madre de Jazzel se giró sorprendida para ver a un sonriente y predispuesto chico de ojos celestes y amigable voz. Y antes de que alguien pudiera agradecerle, Louie se encontraba sujetando por debajo de las axilas al infortunado Jazzel demostrando, para sorpresa de muchos, que su delgada contextura no disminuía su fuerza. Así, junto con Nils y siguiendo las indicaciones de éste, lo llevaron a la enfermería, a Louie le pareció irónico y divertido cómo era ahora él quien llevaba a Jazzel por los pasillos, aunque no de la misma manera claro.

Finalmente llegaron a la enfermería del instituto que por fortuna se encontraba abierta también por las tardes y lo dejaron en una camilla reposando. La enfermera de guardia los atendió muy amablemente y les indicó que sólo era un desmayo producto del traumatismo por el golpe de la caída, pero que en algunas horas seguro despertaría porque no era nada grave.

La familia y la banda de Jazzel se alivió ante la noticia y pronto comenzaron a debatir sobre quién se quedaría con él hasta que despertara ya que todos tenían más cosas que hacer por la tarde-noche pero querían estar con Jaz, además para contarle lo que pasó.

—Yo me quedaré con él, después de todo es mi culpa que haya subido a un escenario aún contra su voluntad.

—No Nils, no es tu culpa, yo me quedaré —le dijo Evenor—. Me siento culpable por haberle dicho que se rompiera una pierna.

—Pero nosotros también lo presionamos para que cantara, deberíamos quedarnos con él —dijo Marcus, el hermano mellizo de Madeline y además bajista de White Smoking.

—Basta chicos, todos son muy amables pero yo debo quedarme, soy su madre, llamaré a mi jefa lo antes posible para avisarle y que consiga un reemplazo para ésta noche.

—No mamá, ése restaurante no es nada sin tu comida, tienes que ir.

—Ella tiene razón señora, no se preocupe, yo me quedaré —volvió a comenzar Nils.

—¡Que no Nils! Ya te dije que yo...

Mientras todos seguían discutiendo en la puerta de la enfermería, Louie se encontraba dentro, sentado en la sala de espera, pero sentía que ya debía retirarse del lugar. Por muy bien que le haya caído Jazzel y los demás, sabía que sería muy extraño que él se quedara, además ya había quedado con su grupo para salir a festejar luego de ganar la "Batalla de bandas"... y aún si no ganaban ya tenían una reservación.

-Es cierto! Los resultados! Seguro ya terminó de tocar la última banda y ahora los dirán, tengo que volver!! Aunque... me pregunto si habrán seguido luego del accidente.

Decidió que llamaría a alguno de sus compañeros para preguntarle qué había sucedido luego de que él se ofreciera a llevar a Jazzel a la enfermería, pero no encontró su celular en el bolsillo trasero y un creciente terror lo invadió de repente.

—¡No! Mi celular! ¡Mis canciones! ¡Mis anotaciones sobre posibles letras y fotos de perritos! ¿Lo habré dejado antes de venir? ¿Lo traía cuándo entré a la enfermería?

Louie comenzó su recorrido mental para tratar de recordar dónde, o más bien cuándo lo había perdido. Comenzó a caminar a lo largo del pasillo de la sala de espera porque (según él) caminando pensaba mejor. Hasta que se vió a sí mismo en un momento, y sin saber cómo había llegado, dentro de la pequeña habitación dónde se hallaba Jazzel aún inconsciente.
Lanzó un silencioso suspiro de alivio cuando vió su celular con funda de Spiderman a los pies de la camilla donde éste se encontraba.

—¡Claro! Ahí lo dejé cuando llegamos y la enfermera nos indicó dónde dejar a Jazzel.

Trató de comenzar a acercarse lentamente para no asustar a Jazzel en el caso de que despertara.
Ya estaba a un mínimo gesto de alcanzar su teléfono cuando el chico de la camilla se movió y el aparato cayó al piso

—¡Mierda! —exclamó sin querer para a continuación llevarse una mano a la boca, temiendo llamar la atención de la enfermera o de alguno de los amigos de Jazzel que aún se encontraban debatiendo afuera. Miró hacia todos lados y rápidamente se inclinó a recoger su celular que, por fortuna, no tenía ni un rasguño en la pantalla, sólo una esquina de su funda de Spiderman se había dañado. Y precisamente se estaba lamentando de ésto mientras lo revisaba cuándo escuchó un agudo sonido similar al de una alarma de celular.
Pensó que provenía del suyo pero al acercarlo a su oído se dió cuenta de que no. Así que movió su cabeza para tratar de hallar la fuente del mismo, cuando descubrió que se trataba del celular de Jazzel, que se encontraba en el bolsillo de su campera.

Sin pensarlo simplemente lo tomó para apagar ese sonido irritante  y notó que no era una alarma, sino una llamada de una tal "Pauline"

Ja! Con que también tienes tus fans! Seguro debes ser muy popular.

La llamada se cortó antes de que Louie pudiera atenderla y entonces se dió cuenta de que no tenía su número.

—¡Oh casi me voy sin pasarle mi contacto! Seguro no se molestará si lo anoto por él...—pensó Louie mientras anotaba su número en el teléfono de Jazzel y se auto-agendaba como "Chico del baño" porque le pareció lo más cómico y apropiado.

—¡Listo! Que estés bien Jazzel, ya nos veremos para hacer música —le dijo casi sin volumen a modo de despedida y ya estaba por apartarse del lado de la camilla, pero algo en la pacífica quietud de Jazzel hacía que no pudiera dejar de mirarlo y por unos instantes se quedó casi compenetrado con la imagen diciéndose a sí mismo que tenía que irse y que era raro quedarse viendo a alguien así, por más perfecta que la luz tenue alumbrara su rostro, pero simplemente no podía, toda la escena era como una de ésas películas de culto que tanto disfrutaba en secreto: la sábana blanca, los rizos de Jazzel cayendo sobre su rostro tranquilo, la luz de la tarde entrando por la ventana, el silencio que había en la sala, la atmósfera quieta... pero entonces algo lo abstrajo de su experiencia casi onírica...
Los ojos de Jazzel comenzaban a moverse y lentamente a abrirse, seguidos de una voz algo ronca y cansada que sin muchas fuerzas aún preguntó:

—¿Eres un ángel?

5 MINUTOS PARA SALIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora