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Las luz de el sol cruzaba por aquella ventana y reposaba sobre esa delicada y hermosa piel canela, todo a su alrededor era el completo silencio ningún ruido ninguna molestia. Todo esto acabo cuando de el celular de el moreno se escucho la estruendosa alarma, con evidente fastidio y enojo apagó su alarma volviendo a si el silencio acompañado de bostezos y quejas.
El peli-rubio se levantó de su cama y camino en dirección a su baño, al entrar lavo sus dientes y se dió una ducha rápida de veinte minutos, al terminar ese puso una toalla alrededor de su cintura y se encaminó rumbo a su armario, empezó a mover de un lado para otro las playeras y camisas mientras que también abría y cerraba los cajones. Después de un rato al fin pudo encontrar un atuendo que le gustará y con el cuál se sentía muy cómodo.
Al terminar su tarea de alistarse agarro sus cosas y bajo a todos prisas las escaleras de aquella enorme casa, se dirijo a el comedor en dónde un delicioso-hecho por una cocinera que trabaja para su familia-lo esperaba, al terminar de disfrutar aquella ensalada salió de la casa y empezó a su mochila busca entre su mochila las llave de su Ferrari F812 Superfast, al encontrarlas rápidamente subió al auto y empezó a conducir rumbo a su escuela.
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Todo al rededor se encontraba en completo silencio y oscuridad, las cortinas negras negaban el acceso a la habitación del azabache. La alarma provocó que el de tes pálida se despertara de golpe y apagará el despertador, talló con delicadeza sus ojos todos adormilados y se quedó unos momentos sentido a la orilla de su cama mirando a la nada sin expresión alguna.
Después de un tiempo se dispuso a levantarse completamente de su cama y dirijirse al baño, al entrar lavo sus dientes y se dió una ducha rápida de quince minutos, al salir busco entre su pequeño ropero alguna prenda que usar rápidamente agarró lo que sea que fuera oscuro y cómodo. Al momento en el que termino solo se miro de arriba a bajo en aquel espejo de cuerpo completo, nego con su cabeza y agarro sus cosas para después dirijirse a la parte baja de aquella pequeña casa.
Al bajar un dolor en su corazón se enterró. Su madre con una sonrisa dibujada en su rostro mientras batía los huevos para el desayuno mientras que su padre abrazaba por detrás a su esposa para después empezar a hacer un jugo de naranja, todo eso ya no lo podía ver, sus padres ya no estaban ellos ya se habían ido y tenía que enfrentarlo ya no podía seguir negándose y diciéndose que todo aquello era una simple pesadilla, que al despertar sus padres estarían ahí a su lado.
Miro por último ves aquella cocina básica y sin darse cuenta una pequeña lágrima callo por aquellas mejillas que un día fueron de un color carmesí, no había palabra alguna para describir su sufrimiento pues no hay mayor dolor que la perdida de un ser querido. Como pudo limpió sus lágrimas si salió de la casa tratando de olvidar todo su dolor.
Empezó a caminar rumbo a su escuela, inevitablemente los recuerdos que tenía de sus padres vinieron a su mente aquellos en las que se la pasaban riendo y jugando por horas, mientras cocinaban y se divertían, todos esos bellos momentos que paso con sus padres pero ahora era unos simples recuerdos al que tendría en su memoria y jamás volvería a vivir pues ellos ya no estaban con él. Las lágrimas que estuvo reteniendo por empezaron a descender por sus mejillas, era inevitable no llorar ante aquel vacío lleno de dolor y melancolía, toda su atención estaba en aquellos pensamientos solo en eso.
Un estruendoso ruido hizo que el azabache por fin reaccionará, miro a su alrededor y se encontró con que una persona llevaba rato tratando de llamar su atención.
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El peli-rubio tenía toda su atención en frente pero todo está se fue cuando una figura bastante familiar para él estaba caminando, acercó un poco su auto y pudo apreciar los sollozos que salían de unos labios rosaditos. Miro bien aquella silueta y se dió cuenta que aquel chico llamado Jungkook al cuál molestaban por qué simplemente le gustaba leer y sacar buenas calificaciones.
Por alguna extraña razón el moreno odio verlo de esa manera, tan triste, tan débil, tan dolido, tan indefenso. Derrepente como si no tuviera control alguno de su cuerpo se acercó un poco más al azabache y comenzó a hablar más este parecía perdido en otro mundo, al fastidiado al no recibir respuesta alguna optó por presionar la bocina de su auto lo cuál pareció funcionar ya que el de tes pálida empezó a mirar a su alrededor algo confundido.
—A-ah, ¿Q-que p-paso?—el azabache pregunto algo asustado secando sus lágrimas con el suéter negro que tenía y mirando todo confundido a su alrededor.
—¿Que te pasa tonto?—pregunto con aparente burla en su tono.
—¿Y-yo?—se señaló a su mismo mientras veía sorprendido a el peli-negro.
—No, le estoy preguntando al que está detrás de ti—aquellas palabras salieron con un tono sarcástico y un poco molesto. El de tes pálida bajo un poco apenado la cabeza.
—A-ah bu-bueno... N-no te-tengo nada—contesto a la pregunta que tiempo atrás le había dicho. Se maldijo mental mente por haber sonado tan nervioso y tartamudear más de una vez.
—¿Estas seguro?—esta vez su voz sonó más clamado y con obvia preocupación.
—Si, si me permites tengo que ir a la escuela—movió su mano en manera de despedirse y empezó a caminar a paso lento.
—¡Espera yo te llevó!—aquellas palabras salieron sin pensar de su boca, Taehyung parecía sorprendió ante el tono de súplica que utilizo pero sabía que muy en el fondo él estaba feliz por haberlo dicho.
—¿Que acabas de decir?—ante aquellas palabras Jungkook paro en seco su andar, miro al moreno con obvia sorpresa.
—Lo que escuchaste Jungkook, ¿Quieres que te lleve?—pregunto con mucha amabilidad, no iba a negar que deseaba que una respuesta afirmativa saliera de aquellos carnosos y rosados labios.
—Y-yo....
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