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–Lo haces demasiado bien... Tienes experiencia en esto, Hinata-san.– Habló Shēn, entrando a la habitación.

–Muchas gracias, Shēn-san, ahora solo estoy esperando al resto de los pacientes.– Agarró un informe, que contenía el número correspondiente de las celdas para tratar.– ¡Hagan pasar a los de la celda 38, por favor!– Alzó la voz, observando detenidamente a su acompañante.

–¡En seguida!– Respondieron de afuera.

–Mañana tendré que salir nuevamente, la guerra aún no termina.– anunció Shēn, acercándose lentamente a la Hyūga.– Serías una buena compañera, pero sinceramente, no quiero que te expongas al peligro.– Hinata solo giró hacia el escritorio, fingiendo organizar documentos.

–Oh... No te preocupes, estaré aquí por si las cosas se complican.

–¡Aceleren el paso! Nuestra salvadora no tiene todo el tiempo.– un gritó hizo que los dos presentes giraran su vista hacia la puerta, encontrándose con una cabellera rubia y otra azabache. Hinata suspiró de alivio al verlos.

–Vaya... Tendrán la posibilidad de ahora ser revisados por quién atacaron... Frente a mí.– Habló Shēn, mirando desafiante al Uchiha y al Uzumaki.

–Por favor, para concentrarme debo estar en silencio y tranquilidad.– Intervino Hinata.

–No hace falta, mi salvadora... Solo quiero protegerte por quiénes se atrevieron a tocarte. Ellos no merecen que los veas...

–Bien, basta de conversaciones. Haré lo mío, Shēn-san, Uzumaki Naruto, por favor, esperen fuera de la sala.– Shēn la miró, a punto de reclamar.– Estarás fuera, no podrá herirme o realizar actos sospechosos.– este se rindió, suspirando y saliendo junto al Uzumaki quién solo rió suavemente entre dientes y guiñando su ojo a la Hyūga.

–Sasuke-kun...– Hinata se acercó a él rápidamente, sujetando el rostro ajeno con sus delgadas manos.

–Estoy bien, estoy bien. Solo quiero saber si tú estás bien, Hinata.– habló Sasuke, sujentando las manos de su pareja.

–Lo estoy, además de preocupada por ustedes... Está todo bajo control, confían en mí, pero hay que tener cuidado con Shēn, es el líder y sabe dónde exactamente se encuentran las hierbas medicinales.– El Uchiha asintió.

–El siguiente paso es permanecer ocultos.

–No hay problema, mi supuesto abandono a Konoha lo he hecho evidente, renunciando a mi clan y haciendo honor de pertenecer a los renegados de esta isla.

–Hinata, por favor ten cuidado.– Hinata se acercó lentamente, mirándolo fijamente.

–Claro que sí, quiero que ambos también lo tengan. Espero no verlos heridos aquí.

–¿Hinata-san?– Por fuera de la sala, Shēn gritó.

–Está todo bien. ¡No te preocupes!– Respondió, mirando la puerta unos segundos, hasta que unos dedos alrededor de su barbilla hicieran que su atención sea en el Uchiha.

–Mantente alejada de Shēn, por lo general, mis sospechas son ciertas. En conclusión, no realices actos sin nosotros cerca, no quiero que nada malo te suceda, Hinata. Tenemos que ser rápidos, procura encontrar la forma de entrar en la celda.

–¡Sí!

Unos minutos de silencio fueron evidentes, ambos se miraban con una pequeña sonrisa y un leve sonrojo por parte la chica, cosa que a los segundos reaccionó.

–¡Bien! Uzumaki Naruto puede ingresar.– Habló fuertemente.– Sasuke-kun, seguramente mañana mismo tendremos que actuar. Yo misma iré por ustedes para ello.– Ahora Murmuró de manera rápida, cosa que Sasuke solo asintió y miró como la puerta era abierta por su amigo.– Prepárate para lo de ahora.

Totalmente diferente || SasuHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora