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Habían pasado muchas cosas en las últimas semanas, situaciones que sacaron de su zona de confort a la joven Senju

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Habían pasado muchas cosas en las últimas semanas, situaciones que sacaron de su zona de confort a la joven Senju. Conocieron a un chico llamado Sora que era un aprendiz de monje en el templo del fuego, aunque resulto ser una especie de copia barata, apodo dado por la anterior nombrada, muchos al ver que aquel joven monje poseía un poco del chakra de nueve colas se anonadaron por ello y de no ser por Naruto este chico se hubiera salió de total control y podría haber destruido Konoha en el peor de los casos.

Aunque finalmente todo pudo salir bien, pareciera que todo marchaba a la perfección en la aldea, Naruto pudo seguir su entrenamiento para desarrollar ese nuevo jutsu y Yumiko por su parte no hacia mas que pasar de lugar en lugar; pasaba tiempo con Asuma y Shikamaru jugando shoji, pasaba también observando y aconsejando a su amigo sobre su entrenamiento aunque cuando pasaba por allí el Hatake no hacia mas que molestar a la albina sobre sus sentimientos hacia el pupilo del Sarutobi y por último pero no menos importante entrenaba por su parte y iba a la tierra donde provenía la lagartija azul según ella.

— ¿Podrías dejar de molestar Biru?

— Oh vamos, es divertido verte perder la paciencia...aunque digamos que no tienes mucha. Me pregunto de donde habrás sacado tan poca.

— Soy descendiente de un hombre con una paciencia muy limitada, según Tsunade mi abuelo era impaciente y algo gruñón.

— ¿Y tu abuela? — esa pregunta hizo sentir cierta incomodidad a la chica, aunque hoy aceptaba e hecho que era descendiente directa del Nidaime y de Uchiha Natsuki aun seguía sintiendo cierto desprecio hacia su clan, pero eso era debido a un individuo en particular que le robo a su familia.

— En realidad no se casi nada sobre ella, se que fue una mujer muy reconocida en su clan y en aldea por su gran habilidad en el combate, se decía que era su fuerza se asemejaba a Uchiha Madara y Senju Hashirama, pero no lo se, llegue a conocer solo a mi abuelo pero era en verdad muy pequeña...no recuerdo tan siquiera su voz.

Cuando termino de hablar el dragón solo soltó un bufido y siguió con su sienta mientras ella continuo con su meditación. Al cabo de unos minutos sintió acercarse un chakra muy conocido para ella así que abrió sus ojos encontrándose con los castaños orbes de su amigo, este miro a la criatura que se encontraba a pocos metros de la fémina, era realmente enorme y abominable.

— ¿Es su verdadero tamaño? Asuma me dijo que el dragón reflejaba tu fuerza en este mundo.

— No. Aun falta que sea mas grande en realidad, no he podido manifestar su verdadero tamaño.

— Dime que es una broma, esta bestia es enorme — dijo en reproche pero la bestia alada le miro mal.

— Niño soy mucho mas grande, esta mocosa no puede hacerme crecer de verdad.

— Biru, mejor vete.

Ante sus palabras este soltó un gruñido y se esfumo en una cortina de humo dejando solos así a Yumiko y Shikamaru el cual se acostó al lado de la joven. Esta le observo en silencio durante un instante y siguió en lo suyo, estuvieron de esa forma durante unos minutos hasta que el chico decidió hablar sobre la razón por la cual el la había estado buscando.

Eres Mi Mestiza »»ʂԋιƙαɱαɾυ ɳαɾα««Donde viven las historias. Descúbrelo ahora