Capítulo 10

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Se aferraba con tal fuerza al borde de barandilla del “ barco” que el extremo de sus uñas se puso blanco.

- Bonnie yo... Yo te conocco.- Dice a tapujos.

- Sí... Y yo, ¿ qué quieres decir?

- Te conocco más de lo que piensas.- Frunzo el ceño a su respuesta. Él baja la cabeza y se pasa las manos por el pelo en señal de derrota. - Texas... Hablo de Texas...

- ¿ Texas? ¿Qué sabes de Texas?

- Tú eras de allí, tú vivistes allí.

- ¿ Cómo... Cómo sabes eso?- Digo confusa. Me tiembla la voz al pensar el Texas.

- Se quien eres, desde el principio. Conocco cada una de tus preocupaciones de la infancia, todo. Te quería... Y te fuistes... Me dejastes solo, ¿ entiendes?- Parece furioso. Empiezo a atar cabos... Texas, él, su nombre que me resultaba familiar. La piscina, su arrepentina atracción hacia mi... Todo... Sin apenas darme cuenta, una lágrima cae por mi mejilla, y detrás de ella otra y otra...

Nunca me ha querido, sólo estaba conmigo porque me conocía, porque sabía quien era desde el principio, y no me lo dijo...

- Horald... ¿ Por qué no me lo dijistes antes?- Digo cabreada y atropelladamente. - Sólo me querías por eso, ¿no?

- Pensaba que pasaría lo que está pasando, que pensarías que solo estoy contigo por eso. No es verdad Bonn.- Dice con un pequeño brillo en los ojos. - Pero... Me abandonastes... Te fuistes sin despedirte...- Intento interrumpir pero no me deja.- Yo me levantaba todas las mañanas con la única esperanza que me hacía vivir en esta mierda de vida. Tú. Eras lo único que tenía... Mi madre pasaba de todo, de mi, y mi padre era un borracho que no veía nunca por casa. Todo eso tú lo sabías... ¿ Por qué motivo te fuistes?

- Yo... Tú... No tienes ni idea, tu no sabes lo que pasó. Nos tubimos que ir por mi padre, por lo que hizo... Yo era pequeña, y mi madre me engañó diciéndome que iríamos de comprar, pero nunca volvimos... Al pasar el tiempo, me contó más y más mentiras, como que tú te habías ido de allí sin avisar y que ya no me querías. Pero, con los años,me enteré de lo de mi padre.

- ¿ Qué hizo tu padre?- Me mira con los ojos bidriosos y la cabeza torcida.- Yo nunca me fui de allí...

- No quiero hablar de eso.- Baja la cabeza. - Ahora. No me puedo creer que no me lo hallas dicho, yo no sabía que eras tú, Horald, si lo hubiese sabido, todo sería diferente...

- Ya no me querrías...

- No, no es eso, mira, déjame, necesito tiempo para asimilar todo lo que me acabas de soltar...- Cojo mi bolso y me me marcho lo más rápido que puedo.

- Bonnie..., espera que te llevo al...- Lo oigo gritar a lo lejos, pero ya es tarde, ya estoy en el autobús. Desde la ventana veo como da un puñetazo al aire,como apolla sus manos en la barandilla y baja la cabeza, no le puedo ver la cara con el pelo.

Son las dos y media de la mañana, sigo sin poder dormir... Prefiero ir a dar un paseo para despejarme.

Y vestida solo con la tela fina de mi camison, me dirijo a las zonas comunes. La piscina, me gusta ese lugar azulado. Meto los pies en el agua y los muevo.

Tengo que pensar en todo lo que ha pasado, mi pasado. Saber que Horald, el típico chico popular, pero dulce( o eso es lo que yo creía), me ha mentido es duro para mi. Ahora comprendo como alguien como él, se ha acercado a alguien como yo. Sólo quería saber lo que pasó, seguramente por intriga... Ahora nunca volverá, ya lo sabe, ya no le importo...

Noto una brisa a mis espaldas.

- Bonnie, yo... Lo siento, no quiero perderte...- Horal se sienta a mi lado cuando bajo la mirada, pega sus rodillas al pecho y se frota las manos por la cara.

- Horald, déjame... No hace falta que vengas porque te doy pena...

- No me das pena, ¿Porqué ibas a dármela? Por favor, esto es una tontería, hadme caso. - Decido escucharlo, porque si no esto quedaría enterrado sin morir. Pero no lo miro. - Me importas, mucho, en pocas semanas has vuelto a ser parte de mi, has vuelto a crecer en mi interior. Y yo no he querido contártelo, no quería que me dejases otra vez, yo no sabía porque te habías ido. Igual no te caía bien, y por eso pensé que si te lo decía, te irías. - Suspira y sigue hablando. - Bonnie, cuando tu te fuistes... Cuando mi única esperanza se fue, entré en un gran depresión, no lo entendía. Empecé a portarme fatal con todos los que me dirigían una mirada, me metía en peleas... Y no estudiaba.

Al final decidí superar que no me querías, y que la vida seguía. Pero aún así, todas las noches, desde que te fuistes, aunque pensaba tenerlo superado, te escribía una carta y te contaba todo lo que había echo y como me sentía y las metía en la cajita verde que me regalaste por mi cumple, cuando la caja se llenó, dejé de escribir, y me centré en estudiar, solo en eso. Siempre te quise, nunca te olvidé. Seguramente no me estés escuchando...

Me vuelvo para dejarlo ver como lloro, sus ojos se clavan en los mios y me atraviesa. Tras ver que no hago nada, baja la cabeza y susurra - Entiendo.- Se levanta y me marcha a paso rápido pero arrastrando los pies. No puedo más y corro detrás de él, lo pillo en la fuente de los delfines de la entrada, esta está iluminada con luces blancas.

Lo agarro de la muñeca, tiro de él hacia mi y lo abrazo. Al principio se pone rígido, pero después envuelve sus branzos en mi cintura. Mi cabeza se apolla en su pecho y lo estrujo más fuerte.

Podría estar así todo lo que queda de noche.

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