Capítulo 4

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Narra Conway

Me encontraba dando vueltas nervioso por mi casa, Danielle no había vuelto a casa desde que se fue y estaba tan preocupado que ni siquiera he ido al trabajo.
En ese momento, se pudo oir la cerradura abriéndose y, segundos después, Danielle entró.

-Qué horas son estas de llegar a casa??- Cuestioné cuando hubo cerrado la puerta.
-Joder, que susto, no se supone que a esta hora estás trabajando??- Respondió Danielle sobresaltandose.
-Lo primero es que no he ido a trabajar porque estaba preocupado por ti y, lo segundo, es que hoy tocaba entrenamiento en el norte con los alumnos- Contesté.
-Está bien, me cambio y nos vamos- Respondió Danielle y, acto seguido, se fue a su habitación.

Narra Danielle

Había olvidado completamente el entrenamiento, joder.
Tras rebuscar en mi armario, decidí optar por una camiseta simple verde oscura, unos pantalones de chandal de camuflaje y mis Vans y, tras desmaquillarme, recogí mi cabello en una coleta alta estilo Ariana Grande y salí rápido hacia el patrulla, donde me esperaba mi padre.
Al llegar al norte, vi a los alumnos tratando de deshacerse de los bichos, miedicas.
En ese momento, vi que un alumno iba a pisar a un escorpión, así que le metí un buen empujón haciéndolo caer.

-Pisas al escorpión y el siguiente en ser pisado serás tú, te queda claro??- Dije mirando al tipo amenazadoramente y, acto seguido, agarré cuidadosamente al escorpión y fui hacia el patrulla para dejarlo en la guantera.

Cuando volví, uno de los alumnos me preguntó:

-Cómo lo cogiste sin que te picara??
-Solo atacan si se sienten amenazados, ellos tienen más miedo de nosotros que nosotros de ellos- Respondí restándole importancia.
-A ver, supernenas, dejaros de chácharas y formad una puta fila!!- Dijo en ese momento mi padre alzando la voz para que todo el mundo le oyese- Vais a dar vueltas corriendo durante 1 hora, no os quiero ver parados!!
-SI, SEÑOR!!!!- Gritamos todos en posición firme y, acto seguido, comenzamos a correr.
Tras media hora corriendo, mis pies pedían piedad, mis músculos ardían del esfuerzo y los bichos no dejaban de picarme, pero tenía que seguir.
Cuando finalizó la hora, me dejé caer sobre el capó del todoterreno totalmente exhausta.
Volkov me dio una botella de agua, la cual vacié enseguida de lo sedienta que estaba.
En ese momento, mi padre dijo:

-Todos en fila, pandilla de vagos, que toca hacer flexiones y abdominales!!!!

Me levanté y me puse en la fila protestando entre dientes y, acto seguido, me puse a hacer flexiones y abdominales con los otros alumnos
Tras horas de duro entrenamiento, al fin pudimos irnos todos a casa, no sin antes obligar a mi padre a pasar por la tienda de animales a comprar un terrario pequeño para el escorpión.
Cuando llegamos a casa, puse el terrario con el escorpión en mi mesilla y, acto seguido, me di una larga y revitalizante ducha y me fui a dormir.

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