SeokYoon se encontraba fuera de la estación de policía, tal como lo había amenazado, le contaba cada detalle que sabía a una oficial de policía, tampoco le importaba delatar a JongWoo, porque se había decepcionado, estaba dolido, ya no tenía nada que perder, ni si quiera le importaba morir. La oficial anotó todo en su block de notas para luego despedirse del muchacho quien sujetó con delicadeza su muñeca.
- Tenga cuidado, ahora mismo nos pudo haber visto ese idiota.... - Advirtió en un susurro -. Quizás no me vuelva a ver, es probable que hoy muera... - Suspiró - Feliz Halloween, cuídese mucho. - Se despidió, dándose la vuelta para irse del lugar.
La oficial; JungHwa, se quedó observando al menor irse para luego sentir que alguien la observaba, se volteó encontrándose con esos ojos fríos y vacíos a una esquina de la calle, pestañeó varias veces y al volver a mirar, había desaparecido.
- JongWoo.... ¿Qué será de ti? ¿Realmente te has enamorado o él se encuentra manipulandote? .... Alguien como él realmente no puede sentir empatia ni amor... Que tontería.... Haré todo lo posible por ayudarte.... - Murmuró para si misma, para entrar a la estación y seguir investigando el caso.
MoonJo salió de aquella esquina, pasando por enfrente de aquella estación, yendo sobre los pasos de SeokYoon. Los niños comenzaban a salir a las calles con sus disfraces, al igual que varias personas que los acompañaban o disfrutaban del día festivo, MoonJo sonrió, levantó su bolso y se colocó su máscara, siguió caminando hasta ver la espalda del muchacho, entonces aceleró el paso.
SeokYoon lo sintió tras de él, y aunque aceptara su destino, algo le impedía rendirse, por lo que comenzó a correr, temiendo por su vida, corrió lo más rápido, alejándose de la gente. Grave error, aún sabiendo que esto lo perjudicaría siguió corriendo buscando algún lugar seguro, pudo haberse quedado junto con la gente, MoonJo no podía matarlo con toda esa gente presente, aún así la desesperación lo carcomía de una forma tan horrible, que sólo se mantenía corriendo, ¿cuándo llegó a aquel bosque? Seguía corriendo entre los árboles escuchando aquellos pasos tras él, tenía tanto miedo, no quería morir, no quería.
MoonJo se mantenía corriendo tras de él, se estaba divirtiendo, comenzó a soltar risas, desesperando más al menor, sacó de su bolso un hacha, la cual con una buena puntería lanzó fuertemente a la espalda de SeokYoon, dándole en su blanco, a lo que el pobre SeokYoon cayó con ese fuerte e insoportable dolor, MoonJo se acercó a él lentamente, se agachó y acarició el cabello de SeokYoon, quitándose la máscara de lobo
- Lo siento, querido, tú me obligaste a hacerlo, si tan solo te hubieras ido y parado de molestar, seguirías viviendo feliz y tranquilo - Sonrió -. Pero tomaste el camino difícil y además le contaste a alguien más sobre esto, pobre, ella es tan joven como tú...
- N-No... Por favor.... No le haga nada, no tiene que ver...
- Es tu culpa- Río el pálido quitando el hacha de su espalda, provocando un grito de dolor en el contrario -. Ahora vamos a divertirnos, es un día festivo para mí. - Dijo levantando el hacha y mirando como SeokYoon se arrastraba, comenzó a reírse.
Lo dejó arrastrarse mientras lo seguía divertido, cuando tuvo suficiente levantó el arma para luego dar un fuerte hachazo en la pierna del menor, volviendo a oír un grito de dolor, siguió golpeando con el hacha la misma pierna, causando la misma reacción, sonrió mientras la sangre comenzaba a salpicar debido a los cortes profundos, MoonJo se sentó en el suelo y siguió riendo, SeokYoon lo miró horrorizado, su pierna estaba ya casi de ser amputada.
- P-Por favor para, si vas a matarme hazlo rápido, por favor... - SeokYoon suplicó con lágrimas en los ojos.
- Oh... - MoonJo lo miró divertido y se acercó agachado hacia él para jalarlo del cabello - ¿Ahora quieres que te mate a tu gusto? Cariño, aquí el asesino soy yo, así que yo eligió que hacer con tu pequeño cuerpo, es mi trabajo no tuyo - Río burlándose del menor -. Que tierno, ¿será por eso que le gustas a mi JongWoo? - SeokYoon lo miró sorprendido y confundido - Que pena que ya no volverán a verse. - Rió dejando caer a SeokYoon y levantándose para volver a tomar el hacha.
- No, no, espera... ¿C-Cómo que JongWoo... - Fue interrumpido.
- Eso no importa, no lo menciones - MoonJo cambió su mirada a una fría y vacía -. No quiero que digas su nombre..... - Dijo enterrando el hacha en la columna del menor, provocando esos melodiosos gritos - Sigue sufriendo..... Me gusta escucharte..... Me gusta verte así.....
Siguió golpeando con el hacha el cuerpo del menor, pero éste aún no moría, MoonJo dejó el hacha ensangrentada a un lado y se agachó para mirar al menor.
- Eres fuerte, niño.... Ríndete.... No hay oportunidad de que alguien te salve - Sonrió -. ¿Estás tratando de vivir por mi JongWoo? - Vio como el contrario asentía - Ridículo.... - Se levantó sacando de su bolso un machete - Deja de pensar en él, él te querrá mucho, pero a mi me ama, y no puede dejar de hacerlo, así que olvídalo, es mejor que mueras ya - se sentó sobre el cuerpo del menor y comenzó a hacer cortadas en la piel del menor, volviendo a escuchar sus quejidos, sus gemidos, sus gritos, hizo cortadas en sus muñecas, piernas, torso y cuello, luego se levantó, viendo como el menor se desangraba -. Mmh... Que triste, una lamentable muerte el día de Halloween, que en paz descanse el difunto. - Río.
MoonJo se sentó en el piso y suspiró profundamente, se quitó los guantes y sacó su teléfono, iba a marcar a JongWoo cuando recordó que lo tenía amordazado, que estúpido, río y se levantó para limpiar aquella escena, sacó sus cosas de su bolso y volvió a colocarse los guantes, sonrió mirando el cuerpo y comenzó a limpiar su desastre.
JongWoo seguía intentando sin rendirse, le había dado hambre y quería comer algo, cómo MoonJo no pensó y no le dejó algo para comer, estaba enojado, aún así quería escapar y buscar a SeokYoon, aunque a estas alturas veía imposible la posibilidad de encontrarlo con vida, agachó su mirada y comenzó de nuevo a culparse, que bipolar estaba siendo, por culpa de esos demonios, su cabeza estaba tan trastornada que no podía pensar bien, se lamentó y hasta sintió pena por si mismo. ¿Cómo pudo dejar que lo arruinaran tanto? ¿Por qué decidió entregarse a aquel demonio y no luchar contra él? Estaba devastado, cerró sus ojos y suspiró profundamente, miró hacia al frente de la cama y entre las sábanas logró divisar el brillo de un metal, un cuchillo, se emocionó y con sus piernas trató de alcanzarlo, estaba un tanto lejos, así que se estiró lo que más pudo hasta lograr alcanzarlo y lo logró, oh, que feliz, ahora se liberaría y llevaría a cabo su plan para liberarse de sus demonios.
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