Ya había pasado un año desde que ambas almas se habían juntado de nuevo, todo iba bien desde entonces, su relación era buena y ambos eran felices, salían, viajaban, paseaban, hacían cosas de pareja, se amaban.
Hasta ahora ninguno de los dos se había desviado a su lado asesino, sólo se disfrutaban el uno al otro, decidían, perderse en la mirada del otro, y deslumbrarse con el menor detalle que hacía uno por el otro, hasta ahora vivían como una pareja normal, con pequeñas discusiones las cuales tenían arreglo y al final volvían a unirse para seguir siendo felices.
MoonJo había vuelto a su trabajo de dentista, sólo que esta vez estaba ubicado en la isla Jeju, JongWoo comenzaba a hacerse conocido por las novelas que llevaba publicadas. Aunque casi nadie conocía su relación, ambos eran reservados ante la gente, no veían necesario presumir aquello, algunos se daban cuenta al ver lo unidos que eran, vivían juntos y de vez en cuando podías verlos besuqueándose bajo un atardecer.
MoonJo se encontraba saliendo del trabajo, le había tocado la visita de unos niños que venían en grupo de una escuela, suspiró agotado, aquellos nenes habían sido bastante hiperactivos. Salió del dentista encontrándose a un JongWoo entretenido con unos gatos. Sonrió, el menor parecía un niño, agachado y sonriendo mientras alimentaba a unos 5 gatitos y los mimaba.
- Hola, cariño. - Saludó MoonJo acercándose al menor.
JongWoo volteó su mirada y se levantó sonriéndole a su novio.
- ¿Qué tal el trabajo?
- Hoy tuve una visita escolar.... Los niños si que agotan. - Suspiró.
- Y así quieres que adoptemos 3 niños. - Se burló el menor.
- Empiezo a retractarme. - Sonrió divertido el mayor.
