La habitación se encontraba oscura, las cortinas y ventanas cerradas, había sangre seca en el piso y la pared, del sótano comenzaba a brotar el olor a podrido, mientras que en una de las habitaciones se encontraba recostado en el piso aquel chico, tenía sangre seca en sus brazos y cara, de su boca todavía escurría sangre fresca, aún se mantenía comiendo la carne de la chica, confirmando lo suave que era, fácil de masticar, se sentó en el piso arrancando la carne de los huesos mientras devoraba la carne cosida, al terminar de comerla echó su cabello hacia atrás, y reposó su espalda en la muralla, y dirigió su mirada a los huesos manchados de sangre de la chica, por primera vez no se sentía bien al haber comido carne humana, no era primera vez que lo hacía, trató de sonreír pero las lágrimas no tardaron en llegar, JungHwa había sido alguien que por primera vez se había preocupado tanto por él y se dedicaba a ayudarlo, arriesgando su trabajo y hasta perdiendo su vida por él, se arrastró hasta su cama y al mirar bajo esta, se dispuso a acariciar la cabeza decapitada de la chica.
- Lo siento..... Y gracias.... - Se levantó mientras se quitaba la camisa y se sentaba en la cama.
Miró sus manos manchadas en la sangre de su única amiga, ¿realmente se estaba arrepintiendo? No se sentía bien, estaba triste. Se levantó y entró al baño, se miró en el espejo, realmente se veía horrible, estaba delgado, al menos la carne de JungHwa lo ayudó a recuperar energía, tenía unas ojeras terribles y la sangre no ayudaba nada en su aspecto, estaba comenzando a odiarse más, ¿cómo estaría ahora si nunca hubiera conocido a JongWoo? Sacudió la cabeza, regañándose así mismo por pensar en arrepentirse de haber conocido a aquel chico.
JongWoo era especial, lo sabía desde el día que lo conoció, sus ojos eran idénticos a los de él, JongWoo tenía su mismo pensamiento pero lo tenía oculto dentro de él, incluso podía ser capaz de asesinar pero la sociedad lo hacía sentir débil, MoonJo se metió a la ducha, mientras el agua limpiaba la sangre, MoonJo cerró sus ojos recordando a JongWoo, recordaba lo miedoso que solía ser aveces, sonrió, logró convertirlo en su pequeño asesino, pero también acabó dañándole, aún así amaba el recuerdo de JongWoo acurrucándose en su pecho mientras admitía sentirse protegido, MoonJo siguió lavándose mientras pensaba en aquel chico que lo volvía loco, hasta que volvió aquella escena a su mente de JongWoo en la azotea, abrió rápidamente sus ojos y se apegó a una esquina de la ducha, quería ver a JongWoo, quería abrazarlo, disculparse y decirle lo mucho que lo amaba.
