26/10/2020 - No lo sé.

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No lo sé. No lo sé. No lo sé. No lo sé. No lo sé. No lo sé. No lo sé.

Muchas veces no sé con seguridad hasta qué punto me estoy siendo fiel a mí, como persona. Soy consciente de que muchos/as pasan y deben haber pasado por lo mismo, pero en ocasiones simplemente me surge el repentino pensamiento de ¿Por qué actúo así? ¿Por qué pienso de esta manera?
¿Cómo puede alguien estar tan triste sin motivo? No termino de entenderlo. Sé muy bien que mi vida no ha sido particularmente fácil, pero vamos, eso tampoco es una excusa. No es autocomplacencia ni mucho menos, no fue fácil pero tampoco me faltó cariño.
Lo incongruente de todo esto es que la tristeza no es continua, de hecho me considero una persona muy afortunada, gozo de privilegios que no todo el mundo tiene y sin embargo a veces cargo con una tristeza tal que me oprime el pecho y no me deja respirar. Vivo con un miedo constante pero no puedo precisar a qué le tengo miedo tampoco.
Sé perfectamente que estas son cuestiones que en general se hablan muy vagamente, que los trastornos psiquiátricos son hoy por hoy estigmatizados y/o subestimados y que publicar mis divagues en una plataforma no lo resuelve.
No intento con esto generar lástima ni compasión tampoco, de alguna manera lo único que busco es ¿descargarme? Supongo. Y sí, tengo mi espacio personal de descarga fuera de aquí también, tengo médicos y terapeutas dispuestos a ayudarme, con el privilegio de poder costearlos aún en un país en crisis. Aunque por algún motivo esto también me produce culpa, hay gente que no puede alimentarse, que no puede acceder al agua potable, que sufren violencia o dependencia de alguna sustancia, ¿por qué puedo yo puedo tener el lujo de consultar con distintos especialistas, de acceder a todas las medicaciones que me recetan, e incluso de intentar con terapias alternativas? ¿No es acaso injusto? 
Por supuesto inevitablemente mi costado racional me advierte lo obvio "La salud no es un privilegio, es un derecho". Y coincido. 
Siento que a veces somos más duros con nosotros/as mismos/as que con el resto, ¿pero es esto evitable? La verdad no lo sé. Lo irónico es que no es una falta de amor propio tampoco, con el tiempo (y un poco de ayuda externa también) logré amarme completamente y valorarme como nunca antes. Considero que convivir con mis propios demonios internos es en sí un acto de valentía y me admiro por eso. ¿Entonces por qué esta angustia tan profunda? No lo sé.
Quiero gritar con todas mis fuerzas que no lo sé. Ni siquiera sé si en algún momento lo voy a saber tampoco. Y de repente, me llegó este pensamiento a la mente. Quizás la vida es esto, quizás no nos queda otra salida más que aceptarlo sin peros. Quizás vivir implica aceptar este "no lo sé" constante.

Pensamientos nocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora