Luz, Cámara... ¿acción? (AU Catradora)

Helado

dedicado a: MonicaAraizaIsasi

Era un buen día...

El inicio de la mañana, con un aroma particular que poco conocía, Maya se removió, quitando a Claire de un manotazo en su frente, haciendo que ella se quejara por el golpe recibido sin motivo ni razón. Maya rio.

"Buenos días." Tallaba sus ojos intentando despertar del todo. Aún seguía adormilada pero consciente, lo suficiente como para comprobar que pasaban de las doce del medio día y corregir su enunciado. "Perdón, buenas tardes." Su voz ronca y matutina fue opacada por un bostezo ajeno que se contagió con rapidez. Las dos se observaron, en el limbo del cansancio. Aún no procesaban bien lo que harían.

"¿Ahora qué?" Claire fue la primera en preocuparse, pero no debería ser ella la que se alterara por eso, la que debería estar asustada por su futuro era Maya. Todavía estaba en la cuerda floja y cualquier error le costaría todo lo que había logrado, maldita la hora en que tomó aquellas copas de vino antes de la llegada de la rubia en su departamento, si hubiera estado sobria tal vez no se habría puesto tan melosa o sin vergüenza.

Maya reflexiona un poco sentándose en la cama matrimonial, viendo con descaro hacia la puerta que daba al baño. No tardó mucho cuando se levantó y caminó a esta, abriéndola e ingresando, dejando sola en la habitación a Claire, quien la seguía con la mirada en todo su recorrido, sin despegar sus cansados y rojizos ojos de la vista que tenía de ella. Maya podía sentir su mirada taladrando su nuca, se volteó a verla y cerró la puerta del baño para no seguir siendo observada. Necesitaba pensar a solas.

Increíblemente el baño tenía una ducha, observó la puerta cerrada y suspiró abriendo el grifo del lavamanos, observando en el espejo su reflejo. Su cabello estaba despeinado, típico después de lo de anoche, es decir, ni con toda la suerte del mundo se vería decente después de tomar durante horas e ingresar a un motel en los suburbios de bajos recursos de Hollywood.

La primera acción que hizo fue mojar su abultado cabello e intentar darle forma con sus manos, quedando conforme con el resultado final. No estaba en las mejores condiciones, pero era pasable como para salir a la calle, después de todo su cabello era muy rebelde, ni se notaba cuando se peinaba y cuando no.

Su cuello dolía, seguramente por la posición en la que durmió con Claire, fue algo molesto tener a alguien con el rostro oculto en el hueco de su hombro y cuello, pero no se queja, fue agradable hasta sentir la macurca. Intentó relajarse y masajear aquella área adolorida, mas no funcionó del todo pues seguía molestando. No pensó mucho en el dolor y decidió salir del baño, estaba por girar la perilla, pero algo en su pecho le decía que no la abriera, así que dejó su mano sobre la liza puerta de madera y apoyó su frente.

¿Qué demonios había hecho?

Ahora que tenía completa conciencia, le era muy relevante el tema de las malditas polémicas, no como anoche cuando apenas si podía pensar en unos ojos celestes y una linda sonrisa torpe.

Cerró los ojos mientras sentía que la madera chocando contra su frente empezaba a ser tocada por alguien más, y entonces, todas sus preocupaciones se fueron al escuchar la preocupada voz de Claire hablándole.

"Maya, ¿está todo bien?" Dio dos pasos hacia atrás. Asintió como si pudiera verla, entonces volvió a sentir algo tras la puerta, las vibraciones de que tocaba con poca insistencia al no tener respuesta.

Se alejó de la puerta y la abrió, haciendo que Claire dejara de tocar.

"¿Quieres salir?" Preguntó casual, su voz ya no estaba tan ronca como hace algunos minutos, pero aun así carraspeó para quitar todo rastro de distorsión y poder hablar claramente, sin sonar como alguien que tiene resaca.