La generación Z

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La Generación Z, también conocida con otros nombres es aquella generación de gente nacida entre 1994 y 2010.

Esta generación nacida en pleno auge de las redes sociales va desde los preadolescentes hasta los jóvenes de poco más de 20 años que comienzan a entrar en el mundo laboral. Hoy en día la sociedad disfruta de avances que hasta hace relativamente poco ni nos habríamos imaginado. Estamos más conectados, más informados, tenemos más posibilidades que nunca y a pesar de ello, cada generación que pasa sufre más trastornos mentales que la anterior.

La depresión en los jóvenes y los trastornos mentales aumentan en cada generación. Un nuevo estudio de la Asociación Americana de la Psicología ha concluido que la gran mayoría de jóvenes pertenecientes a la generación actual sufre más estrés, más ansiedad y otros trastornos en comparación a las anteriores, pero para entrar en este contexto tenemos que ir al inicio de todo.

Todo empezó con la generación Millennial para entender la importancia de estos datos, debemos recordar que hasta hace un par de años se decía que eran los millennials los que mostraban una mayor tasa de depresión y otros trastornos... Se les conocía como: "La generación triste" o "La generación depresiva". Así es como se le había empezado a asociar a esta generación. Además, se dice que este grupo es el que menos conocimientos tenía sobre las relaciones personales, como hacerle frente a los problemas y al fracaso, en otras palabras, al mundo real.

Y cuando se creía que era imposible que una generación tuviera más problemas, los nuevos estudios indican que cada generación que pasa va a peor. Al entrevistar a 3.000 personas de la generación Z ni siquiera el 45% de los que pertenecen a esta generación se veía con una buena salud mental. Por consiguiente, somos menos tolerantes a la frustración, más inconformistas que las generaciones anteriores, lo que esta llevando a una mayor probabilidad de insatisfacción en con la vida y por defecto, el número de casos de trastornos depresivos va cada día en aumento.

Hay un conjunto de problemas, los cuales son causantes de la angustia psíquica. Por supuesto, estamos en una etapa de evolución, a la que tenemos adaptarnos. La tecnología ha sido un gran avance, sin embargo, también ha traído consecuencias negativas y tenemos que educarnos acerca de ello, de como saber utilizarla a nuestro beneficio para seguir avanzando tanto sociedad como persona individuales.

Las redes sociales juegan un papel importante, estas son un intensificador del problema, incrementa la baja autoestima ya que, hace que algunas personas se sientan inconformes, ya que, el ser humano siempre quiere sentirse parte de algo, somos gregarios y seres sociales. Es por esto que, algunos individuos basan su satisfacción en la vida en el sentido de aprobación en Internet, cosa que repercute en sus emociones y en su autoestima.

Sin embargo, aquí es donde actuamos mal, ya que tenemos que saber utilizar la tecnología y sacar beneficios de la misma, no usarla como un arma de destrucción, que atente en contra de nuestra integridad propia y forma de relacionarnos.

Antes de los móviles habían más interacciones personales, lo que permitía más confianza y seguridad en uno mismo, lo que hoy en día parecen reuniones sin sentido, era todo lo contrario, ya que estaban experimentando, probando habilidades, teniendo éxito y fracasando en cientos de pequeñas interacciones en tiempo real, cosa que los niños de hoy se están perdiendo.

Por su parte, los adolescentes modernos están aprendiendo a comunicarse mayormente mientras miran una pantalla, no a otra persona. Lo que perjudica a las personas y sobre todo los adolescentes, afectando así, sus reacciones no verbal; expresiones faciales y su lenguaje corporal. En cadena, esto deteriora la capacidad de liberar químicos del neurotransmisor encargado del placer y estado ánimo, pues la mayor cantidad de dopamina se segrega precisamente gracias a las relaciones sociales, ya que las mismas, de cierta manera, conllevan a asumir riesgos. Pues cuando hay interacciones de este tipo, hay que enfrentarse a los miedos, dudas e inseguridades, las cuales van disminuyendo a medida que nos llenemos de valentía y empecemos a ser honestos sobre lo que sentimos, asimismo mejorando nuestra empatía cuando escuchamos lo que la otra persona tiene que decir.

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