DIABOLIK LOVERS X TU: LA HEREDERA

Llegada.

Elly.

—buen día padre —pase a su lado mientras me dirigía a la cocina.

—Elly ya es hora de que vayas con tus hermanos —me detuve en seco y lo volteo a ver con una sonrisa.

—¿Lo dices en serio padre?

—Si, vas a encargarte de ellos por un tiempo hay una nueva novia de sacrificio que está dando muchos problemas y tú eres en la única de mi sangre que confío. —explicó bajando su periódico.

—Es por eso... ¿Qué clase de problemas te está dando?

—Tus hermanos se están enamorando de ella. —solté un suspiro.

—Es tu culpa papá nunca te gusta tener tantos hijos —El me dio una mirada molesta.

—Esta dicho Elly vete a empacar. —sin más que decir desapareció de mi vista.

Tsk Maldito.

Dos horas más tarde.

La noche estaba más oscura qué otros días iba en la limosina a la Mansion Sakamaki, estaba realmente ansiosa por conocer a mis hermanos y a la famosa novia que tenía mi padre tan preocupado, porque lo había notado él estaba preocupado por esa chica.

En conductor me escoltó hasta la entrada y dejo mis maletas en el vestíbulo el ni siquiera se molestó en tocar la puerta. La lluvia bien pesado caer pero al menos había entrado antes de mojarme.

El lugar estaba desolado como si nadie habitará aquel lugar.

—¿Hay alguien aquí? —dije levantó un poco la voz.

—hueles a él —Hablo un chico sentada en el reposabrazos del sofá.

—¿Hay alguien más aquí aparte de un niño malcriado?

—A Ore-sama le pareces desagradable.

—Disculpa, ¿pero qué haces aquí? —dijo un chico acomodándose las gafas.

—Soy una invitada de Tougu Sakamaki, me gustaría que estén todos tus hermanos aquí para presentarme.

Él asintió sí llamó a todos sus hermanos los seis chicos sakamaki estaban reunidos frente a mí y claro la novia de sacrificio.

—Vaya... son increíblemente parecidos a sus madres. —susurré pero todos me escucharon ya que me daban miradas asesinas.

—Shu ¿Sabías algo de esto? —pregunto el tipo de las gafas.

El tal Shu estaba acostado en el sofá aparentemente dormido. —Él dijo que tendríamos visita no lo recuerdo.

—¿Puedes presentarte? —hablo el chico que traía un oso.

—Soy Elly Heinz, es un placer conocerlos a todos.

Shu se sentó de golpe y se aproximó a mí con la intención de intimidarme algo en lo que falló. Olfateó mi cuello y luego pasó su lengua en él.

—Crei que era una mentira de Beatrix pero veo que si existes... —ladeo la cabeza. —Primer Hijo, Shu Sakamaki.

—Segundo Hijo, Reiji Sakamaki —se acomoda las gafas por tercera vez.

—Tercer Hijo, Ayato Sakamaki Pero puedes llamarme Ore-sama.

—Cuarto Hijo, Laito Sakamaki —me guiña el ojo.

—Quinto Hijo, Kanato Sakamaki y el es Teddy —sacude a su oso de peluche.

—Sexto Hijo, Subaru Sakamaki.

—Entonces Beatrix tenía razón él tenía una hija antes que nosotros. —Shu volvió al sofá.

—¿Y tú quién eres? —me acerqué a la rubia de ojos magenta.

—Soy-soy Yui Komori —hablo tímidamente.

—Reiji y Shu hijos de Beatrix... —todos me miraban fijamente. —Los trillizos Ayato, Laito y Kanato los hijos de cordelia qué maravilla... —jugué con el cabello de Yui —Subaru hijo de Christa tienes suerte eres hijo de alguien decente. —clave mi uña en el cuello de Yui haciendo que le saliera sangre.

Probé la sangre de la rubia. —Es por esto...

—Suéltala. —dijeron los hermanos al unísono con tono amenazante.

—Como ustedes digan, nos vemos luego cordelia ahora Reiji me llevara a mi habitación ¿no es así?.

Reiji asintió con la cabeza y me llevo a la habitación de invitados.

—Si me permite decirle creo que sus modales son deplorables.

—Tú y tus hermanos son una decepción para la familia, ¿Enamorarse de la novia de sacrificio? Son patéticos.

El me toma del cuello y me estampa contra la pared —Yo no estoy enamorado de Yui. —lame mi cuello con descaro —Eres igual que Karl... y eso es molesto pero aún así hay algo en tu sangre que no puede ni siquiera ocultarse con el olor de El. —Clavó sus colmillos en mi cuello y empezó a beber mi sangre.

No era la primera vez que alguien bebia de mí, pero jamás alguien me había mordido tan duro como el. —Suelta a tu hermana.

Reiji se alejó de mi limpiando su boca, KarlHeinz estaba aquí.