¿Y tu qué?

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Yuu Shiroyama

Esa tarde llegué al lugar donde me había indicado el empresario Shinya Terachi. Según él, la persona que trabaja aquí es un sacerdote de baja estatura con fetiches raros y que lo ha estafado y molestado durante unos cuantos años atrás.
Bajé de mi auto y caminé hacia la iglesia detrás de esos árboles, se veía horrible, parecía que en poco se caería a pedazos.
En las bancas del lado izquierdo se hallaba un grupo de monjas arrodilladas y rezando, caminé hasta el frente del lugar y me senté cerca del altar con la mirada baja. El hombre apareció por mismo lugar por el que entré y las mujeres se levantaron lentamente concluyendo su oración y retirándose, debe ser él.

-Buen día, hijo. ¿En qué puedo ayudarte?- su tono de voz era tranquilo, pero se notaba que era fingido-

-Hola, Padre... Necesito hablar con usted- utilicé un tono de voz tembloroso, bajo y tímido- He cometido un horrible pecado

-Te escucho

-Asesiné a alguien, me siento tan arrepentido

-¿Quién fue y por qué lo has hecho?

-Usted y por un encargo, Shinya le envía un saludo

Saqué el arma que tenía escondida en la chaqueta, pero antes de que pudiera apuntar a su cabeza, él fue más rápido y sujetó mi brazo con el arma y con la otra mano tomó mi cuello y me tiró al suelo sin dificultad, solté un quejido.

-Shinya, Shinya, Shinya~ un viejo amigo, me alegra saber que se acuerda de mi y me envía saludos, muy amable de tu parte... Pero, que mal que no haya podido venir él mismo y me mandara a un sicario bueno para nada... ¿Tienes algo que decir, Shiroyama Yuu?

-¿Cómo sabes de mi?- pregunté como pude, pues tenía su mano aún presionando mi cuello, mientras que sujetaba mi mano con el arma y una de sus piernas sobre mi brazo libre, haciéndome imposible mover-

-¿Acaso crees que no estoy enterado de las noticias?

En un rápido movimiento, logré quitármelo de encima, colocando el arma en su cabeza, él solamente rió levemente.

-Más te vale que me ayudes a salir de ésta, Uru chan, no te quedes sólo mirando, bien sabes lo que te puede pasar~

Uru... ¿Qué? Miré hacia una de las puertas que había al fondo del lugar y vi a una monja de cabello largo teñido de lila que miraba la escena desde su lugar. Se acercó lentamente mirándome fijo.

-¿Y tu qué?- pregunté-

-Se un buen chico y ayúdame

¡¿"Chico"?!

Ese tal Uru, miró hacia abajo encontrando el puñal del hombre, sonrió de lado y levantó esa falda larga que traía, dejando ver un liguero con una pistola, la cual sacó y cargó apuntando hacia nosotros.

-Dispara- ordenó el hombre, pero el chico no obedeció- He dicho, dispara

-No...

-Suelta el arma o lo mato- dije yo molesto- ¡¿Qué no escuchaste?!

Su expresión tranquila cambió a una molesta, se acercó unos pasos a nosotros y me apuntó con el arma.

-Suéltalo

-No te metas, estoy en medio de un trabajo importante para mi

-He dicho, suéltalo

Me alejé lentamente del hombre que tenía sujetado y dio un golpe con su codo en mi estómago.

-Bien hecho, Uru, ahora-

-No te muevas- colocó la pistola en su cabeza mientras yo sólo miraba-

-¿Qué sucede cariño?- preguntó de lo más tranquilo- ¿Así me pagas por todo lo que he hecho por ti?

-¡Cállate!

Aproveché la distracción y lo tomé por la espalda dejándolo en el suelo, tomé mi arma nuevamente, pero él, como el principio, fue más rápido y me dejó a mi tirado.

-¿Podrías dejar de entrometerte cuando estoy hablando con mi zorra?- ya se escuchaba molesto- Acabaré contigo de una vez por todas, hijo de-

De un momento a otro, un machete atravesó su estómago desde atrás, pude ver al joven con expresión furiosa, para luego patearle el rostro haciendo que cayera a mi lado.

-No vuelvas a llamarme "zorra", hijo de puta...

Mientras se desangraba y se quejaba, disparó a sus piernas y luego a sus brazos haciéndolo gritar, pero luego empezó a reír.

-Mátame, a ver con quién vas a llorar ésta vez~

Lleno de frustración, terminó con el hombre disparando a su cabeza, luego me miró.

-¿Y tu qué?- fue su turno de preguntarme- ¿Te vas a quedar ahí tirado?

Sin decir nada, me levanté. Ya todo había terminado, por lo que pude prestarle más atención a su rostro... Era realmente hermoso.

-Has lo que quieras, yo me largo de éste lugar...

-¿Y a dónde irás?

-Ya veré a dónde- respondió sin mirarme- Pero no puedo dejar que me encuentren... No otra vez

-Ven conmigo- ¿qué estoy diciendo?-

-¿Por qué debería?

-Conmigo nadie te encontrará...

-Tan de repente cambias tu actitud e intentas que yo me vaya contigo a quién sabe dónde después de intentar asesinarlo...- rió leve-

-No me has respondido

Lo dudó un momento- No, no tengo a dónde ir...

-Vamos, pero si quieres que te encuentren, quédate

-Está bien, iré...

Lo ayudé a guardar su ropa y otras cosas en una maleta y salimos del lugar, pero cuando me di cuenta de que no venía a mi lado, voltee y lo vi arrodillado frente a una cruz.

-Perdón por pecar de ésta manera... No tenía otra opción, te suplico perdón, Dios, pero no seguiré más aquí...- susurró-

Ambos salimos de la iglesia y subimos a mi camioneta.

Es aquí cuando inicia una nueva historia con ésta "monja" que ahora llevo a vivir conmigo... ¿Por qué? Porque soy idiota.

My lovely mad sisterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora