Como te podrás dar cuenta, en mi mente existen dos personas, King y Arlequín. Esto lo descubrí cuando iba en la primaria; siempre había algo que me reprochaba por todas las cosas que hacía, me decía cosas extrañas y perturbadoras, a veces solo me hablaba por un momento, en otras ocasiones me gritaba por horas, luego escuchaba muchas voces al mismo tiempo en mi cabeza, luego era un susurro. Paso mucho tiempo de estos ataques hasta que le dije a mi papa lo que me sucedía, después todo paso muy rápido, veía doctores que me decían cosas que no entendía, tomaba medicinas que me hacían vomitar, pasaba horas en un cuarto que estaba cerrado gritando que me dejara en paz, y lo único que hacía era reír. Todos mis compañeros de la escuela me miraban raro porque intentaba hablar con esta voz en mi cabeza, luego me excluyeron, me ofendieron, me golpearon y solo por intentar librarme de la pesadilla que estaba en mi cabeza. Después de muchos años tratando de deshacerme de él, hable con él.
- ¿Qué eres? – le pregunté asustado
-Soy lo que no quisieron
- ¿Qué es lo que no quisieron?
- Mi felicidad, mi aprecio, mi respeto. No quisieron nada de lo que podía ofrecer y simplemente me desecharon.
- ¿Y porque me atormentas? Yo no te he hecho nada, ni siquiera te conozco.
-Créeme que tú tienes que ver con esas personas.
Es lo un único que se de él. Podría haber sentido lástima de él, pero sabiendo que gran parte de mi vida fue miserable gracias a él, solo tenía rencor.
- ¿En serio la besaste? - me preguntó Arlequín mientras iba de camino a casa- sí que eres un aprovechado, ¡la besaste cuando estaba dormida!
- ¡¿QUE NO TE DIJE QUE ME DEJARAS EN PAZ?! – Lo grite en vez de pensarlo. Todas las personas que estaban a mi alrededor me miraron extrañadas como si estuviera loco, aunque a esas alturas no sabía si estaba bien de la mente o necesitaba un psicólogo.
-Tampoco te alteres tanto. La chica es muy linda y amable y creo que hiciste mal en besarla, ella no se merecía eso, además creo que es beso fue muy forzado – me lo dijo como si estuviéramos viviendo en una historia o algo así.
-Ya sé que tal vez no debí hacer eso, pero Meliodas besó a Elizabeth que es mi amiga, así que no puedo dejar las cosas, así como así
- ¿Entonces besar a Diane era tu forma de vengarte de Meliodas? – me lo dijo algo confundido y de forma irónica
- ¡Eso no era lo que quería decir! – le dije bastante molesto.
-Pero es justo lo que dijiste – lo dijo en tono burlón
- Mejor cállate porque si sigo hablando contigo las personas van a pensar que necesito ir a un manicomio o algo parecido.
Al parecer entendió muy bien el mensaje y no me contesto. Luego de un rato caminando sin rumbo me dirigí a la tienda porque necesitaba algunas cosas. Entre y compré de forma normal, aunque en mi mente solo pensaba en Diane y el beso que le dí. Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no note que Meliodas estaba en la misma tienda que yo, pero cuando me di cuenta era demasiado tarde.
-Hola King –me lo dijo con mucha naturalidad – ¿te sientes bien después de haberte desmayado? – me lo dijo preocupado.
-Hola Meliodas – se lo dije hipócrita mente – me siento bien, fue un desmayo por estrés, estaba pensando en muchas cosas en ese momento y en realidad no pude resistir, que patético ¿verdad? – le dije porque quería evitar el problema con él y Elizabeth.
-Para nada es patético – lo dijo de una manera que me reconforto lo bastante como para olvidarme de mi preocupación – hay veces en que no resistimos nuestras emociones (seamos mujeres u hombres) y tenemos que ceder a nuestro cuerpo para que deshaga todas esas emociones - en realidad lo dijo muy seguro de sí mismo.
-Me alegra oír eso, pero aun así creo que hice el ridículo – le dije tristemente.
-No te preocupes, si alguien se burla de ti lo golpeare hasta que se trague su risa – lo dijo con demasiada seriedad – bueno, me tengo que ir, tengo algo que arreglar algo con mi padre así que no puedo hacerlo esperar mucho, ADIÓS.
Se despidió tan rápido que no alcancé ni a decirle adiós. Terminé de comprar y me dirigí a mi casa, lo que deseaba era descansar. En un solo día tuve que pensar en Elaine, Ban, Elizabeth, Meliodas y Diane. Mi capacidad cerebral no me alcanzaba para todo. Llegué a mi casa, le di de comer a Oslo y me fui a dormir, pero lo que no pensé es que el día siguiente se iba a poner peor.
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Me gustas cuando somos dos (Diane x King)
Fiksi PenggemarKing, un chico aparentemente normal. Diane, una chica prácticamente inalcanzable. Los dos forman una interesante y romántica historia que nos enseña que no todo es lo que parece y que casi todo se puede lograr.