5: El café Paradisso.

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Cuando los italianos te ayudaron a bajar, lo primero que hiciste fue observar el local que estaba frente a ustedes.

Un edificio de más o menos dos pisos y en la parte de arriba de éste, una gran terraza. Variadas plantas decoraban a esta zona del edificio, incluyendo el balcón.

-(Tú nombre) -Te habló Lovino-, hay que entrar.

-Oh -miraste a tu emisor-, claro.

Feliciano se encargó de abrir la puerta, mientras que su hermano te tomaba de la mano como lo hacían los caballeros.

-Bien bella, éste es el lugar dónde los tipos de la mansión trabajan -explicó-. ¿Les parece poco a estos bastardos las veces que los veo? -comentó para sí mismo con una expresión de molestia, consecutivamente escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón gris.

Quitaste tu mirada del moreno y observaste al ojimiel.

Éste tierno chico iba casi a saltos hacia la caja mostradora, dónde "ese" suizo, el cuál identificaste gracias a su apariencia, estaba sacando cuentas junto a "aquel" holandés.

Admiraste los uniformes de estos dos; Camisa blanca y corbatín negro.

Notaste que algo charlaban entre los tres. Quisiste acercarte pero sentiste unos toques en tu espalda.

- Миз(Miz)...

Diste una vuelta de 180° para ver que o quién había sido.

Te encontraste con un gran joven; hermosos ojos violáceos, tierna sonrisa y algo sonrosado.

-¿Está buscando algo o alguna persona? -dijo éste con un notable acento ruso.

Miraste a tus lados en busca de Lovino y, sorprendentemente, no estaba. Te desepcionaste un poco.

-N-No... no te preocupes -respondiste con una sonrisa.

-Bueno... si no es así... -El ruso inclinó su cabeza, puso su mano izquerda en su pecho y con la otra, la estiró para señalar unas mesas vacías. Cerró los ojos-... ¿Por qué no viene a disfrutar de las delicias de nuestro café, Красивая девушка (krasivaya devushka)?

Vaya, una faceta nueva de Rusia. Quién se lo esperaba.

-C-claro... -respondiste algo avergonzada y, a la vez, sorprendida.

-Итак давайте (Itak, davayte) -Se acercó a ti, pasando su mano izquerda por tu espalda.

Comenzaron a caminar hacia alguna de las mesas. Tú solo te guiabas por el joven a tu lado. No sabías en qué mesa te ibas a sentar.

-Bien девушка(devushka) -sacó una silla para que te sentaras-. Siéntese y dígame: qué es lo que va a ordenar.

-N-no tengo dinero como para pagar una orden...

-Descuide -sonrió amablemente con lapiz y libreta en mano-. Como usted es miembro de la mansión, hace que cada orden que pida sea gratis.

Quedaste sin palabras... ¿Que ibas a ordenar?

-¿Qué es lo que tienen? -decidiste preguntar.

-Le puedo ofrecer unos postres como crepés, mochis...

Miraste el menú que estaba en encima de la mesa.

Hojeaste cada página y descubrías los alimento que ofrecía el delgado y sofisticado objeto, analizando cada postre y plato. Luego de terminar de recorrer cada página, pediste un postre y un café a tu gusto.

El joven anfitrión acató tus órdenes y se dirigió a la cocina para traer tu pedido. Pudiste divisar cómo el ruso se perdía entre el mar de mesas, sillas y personas.

Golden Paradise (HetaliaXLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora