1: Detrás de los arbustos.

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Esperabas encontrate en tu casa, con el techo de tu habitación, boca arriba y con los audifonos enredados en el cabello o en el cuerpo.

Pero fue diferente.

Te sentías comoda y protegida. La temperatura agradable que había junto con un tibio viento en ese momento te había hecho despertar.

Al separar tus parpados, notaste que estabas apoyada a algo. Divisaste un campo de trigo, miraste el cielo azul que lo acompañaba unas pocas nubes. Alzaste la mirada y viste ramas llenas de hojas verdes que se movían con el mismo viento, en donde pasaban frágiles y delgados rayos de sol. Miraste tu cuerpo, estabas tapada con una manta de polar rosa.

Trataste de sentarte, miraste atrás de ti, había un tronco de árbol frondoso, eso comoprobaba tu teoría; estabas en un hermoso y extraño lugar que te parecía conocido, al parecer te habías quedado dormida apoyada a un roble.

—¿Dónde…? –dijiste para ti misma. –¿Qué es éste lugar?

Te paraste, agarrando la manta, mirando a todos lados, tratando de hacerte una idea de dónde, cómo y por qué llegaste allí.

—¿Verdad que es hermoso? –escuchaste una voz femenina.

Miraste hacia tu derecha, había una mujer de larga cabellera castaña con tonos naranja el cual lo acompañaba un hermoso broche con flores y perlas. Traía puesto un vestido blanco largo con variados detalles en él que flameaba con el viento.

Esta te dirigió la mirada, una mirada cargada de serenidad y amabilidad junto con una sonrisa.

—Hace años que está sembrado y no se ha secado. –dijo ella cerrando los ojos y sonriendo más ampliamente.

Estuviste mirándola por unos segundos, después desviaste la mirada hacia el cielo.

—¿Qué es este lu-

Volteaste a ver a la mujer para conseguir una respuesta pero, no se encontraba allí.

«Desapareció… » pensaste mirando a todos lados.

Admiraste el lugar, el campo de trigo pareciera que no tenía fin. Estabas a metros del roble donde estabas apoyada, el cual estaba encerrado en este campo.

Te encaminaste para explorar el lugar, el atardecer era hermoso, el sol se perdía en el horizonte. Aún caminando, sentías que ibas en bajada.

—¿Una colina? –dijiste.

Miraste el trayecto por donde venías, aquel árbol estaba en la cima de esta colina. Tocaste el trigo, el viento aún soplaba, te abrazaste, rodeando tus brazos en tu cuerpo.

Al hacer una vista panorámica de lugar, notaste que en los pies de la colina había lo que parecía una gran mansión blanca, tenía varias ventanas, techo color borgoña y amplio jardín lleno de distintas flores junto con un pequeño laberinto.

Frente de ella (tú estabas en el "patio trasero"), tenía otro jardín con más cesped, una gran pileta en medio y caminos que llevaban a una especie de ciudad lejana.

—Esta bien… Ahora sí enloquecí. –dijiste mientras admirabas el paisaje.

«No tengo más opción que bajar hasta allá.»pensaste. ¿Realmente sería seguro ir a esa gran mansión?

Miraste a tu alrededor y tomaste la confianza suficiente para descender hacia aquel lugar.

Al estar metros del patio, atraves de la cerca de hojas, divisaste unas personas dentro del jardín.

Uno de ellos corría lanzando un disco, mientras que un perro perseguía aquel objeto.

Éste chico tenía una amplia y hermosa sonrisa, cabello rubio claro dorado donde salía un gracioso mechón de su pelo, ojos azulados que los acompañan unos lentes. Vestía una playera blanca con una chamarra roja, jeans azul marino y tenis grises.

Golden Paradise (HetaliaXLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora