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Mi destino me está llamando.
Y me dice que te ame.

Seokjin no tenía muchos amigos. Tenían un par a los cuales veía una o dos veces al mes, podía no ser mucho, pero era suficiente para él.

Sin embargo no iba a negar que a veces extrañaba sus tiempos de juventud, cuando pasaba de bar en bar, de sala de karaoke en sala de karaoke. Cuando la resaca era tan grande que no podía levantarse por horas de la cama. Eran días en los que era feliz con muy poco, sacarse una buena nota en la universidad, que el profesor faltara y suspendieran la clase, llegar a casa y ver que Jungkook había preparado una simple, pero rica cena.
El primer año y medio de universidad habían sido un cúmulo de felicidad que se vio interrumpido a mitad del segundo año.

Ahora lo más arriesgado que hacía era una maratón de una serie y comer algo después de medianoche ganándose un dolor de panza al otro día.

Por eso que estas últimas semanas estuviera pasando más tiempo con Jungkook lo hacía sentir feliz y hasta un poco más joven. Aún le faltaban para los 40, pero habían días en que sentía que tenía el doble de esa edad.

Las cenas se habían repetido en dos ocasiones más, una vez en su casa y la otra en la de Jungkook de nuevo. Lo último que habían hecho hace un poco menos de una semana era llevar a Aiko y Minho a un parque de diversiones.

En su mente era una buena idea a ninguno le importo pagar una costosa entrada, ni comprar hamburguesas que costaban casi el triple que en una hamburgueseria normal, pero todo comenzó a ir cuesta abajo cuando Minho literalmente vómito a Jungkook al bajarse de un pequeño carrusel y siguió en picada cuando Aiko se cayó por ir corriendo hacia un puesto de helados raspandose en el procesos sus pequeñas manitos y su rodilla.

El final de esa salida fue en la casa de Seokjin poco después de hora de almuerzo viendo buscando a meno por décima vez.

- ¿Somos malos padres? - le preguntó  Jungkook mientras abría un paquete de galletas y las iba poniendo en un plato - duramos menos de 3 horas en el parque de diversiones - casi grita para poder ser escuchado por sobre el sonido de la licuadora que estaba ocupando Seokjin.

- Cuando sean más grande los podemos volver a llevar - respondió y le puso las  frutillas a la licuadora para seguir preparando el batido - tengo piña ¿le gusta a Minho? - le pregunto, pero igualmente sirve sobre un vaso el que tiene solo frutilla y frambuesas.

- Le gusta - confirmó Jungkook acercando el vaso hacia su lado y dándole un pequeño sorbo - solo es a mi que no me gusta - hablo llevando su vaso y las galletas a la sala de estar mientras dejo a Seokjin en la cocina licuando la piña recién agregada para luego servir los tres vasos restantes.

- Odio tanto los minions - le susurro Jungkook que estaba sentado a su lado en el sofá mirando su celular distraídamente hace unos 20 minutos que fue cuando comenzó la película de los amarillos personajes - es que son absurdos - seguía quejándose esta vez bloqueado el celular y mirando directamente a Seokjin.

El primer impulso que tuvo Seokjin fue desordenarle el pelo y bromear sobre lo gruñón que era, pero quedó a mitad del movimiento con la mano en el aire, para luego dejarla sobre su regazo y solo decir que a él le gustaban.

- Tienes a Aiko este fin de semana - le volvía a decir después de unos minutos, al parecer no quería estar en silencio. Seokjin solo se limitaba a negar aun mirando la televisión - Kaori quiere que salgamos los tres a un bar ¿que dices? - La verdad la idea no era tentadora, para nada, el solo pensar en salir, beber, ser la tercera rueda, quizás despertar con resaca lo hacía querer negarse de inmediato.

Pero por el contrario de lo que pensaba se encontró asintiendo ante la invitación y comprometiéndose a ir a un lugar que no quería.

Es por eso que ahora casi una semana después estaba probandose la tercera camisa distinta y ahora estaba pensando que eran los pantalones lo que no combinaban con nada.

En un arranque de desesperación por no saber que ponerse se quito todo y solo quedó en ropa interior frente al espejo pensando que seria mas fácil si todos fuéramos desnudos, iba a llegar tarde solo por no saber con que ropa ir y eso ya estaba haciendo que sus nervios salieran a flote.

Cuando tomó el taxi para el bar en que había sido citado seguía sin gustarle la ropa que llevaba puesta, pero ya le daba igual, prefería llegar mal vestido que tarde.

Al final llegó las dos cosas. Cuando  entró por el amplio y lujoso lugar lo hizo más de 30 minutos tarde, lo primero que vio fue a Kaori, con Jungkook a su lado y de espaldas a Seokjin había otra chica y su mente solo pudo pensar una opción que no era para nada buena, quiso arrancar antes que lo vieran, pero Kaori grito su nombre y no tuvo más opción que fingir una sonrisa y seguir avanzando.

Antes de saludar Kaori habló - Seokjin pensamos que no llegarías te presentó a su Suki una compañera de trabajo - aún con la sonrisa fingida saludo a la chica y se sentó a su lado - es soltera así que pensé que sería divertido que se conocieran - siguió diciendo muy animada.

Seokjin sentía que le dolía la cara por fingir una sonrisa por casi dos horas. La verdad es que estaba enojado, estaba más que enojado, quería tirarle su trago a los tres juntos. A Jungkook por no avisarle y mentirle, a Kaori por creer que necesitaba una cita a ciega y a Suki por ser tan malditamente pesada.

Había hablado tantas estupideces en tan poco tiempo que debería ser considerado un deporte olímpico.
Ni para pasar la noche le gustaba y eso lo hacía enojar más porque ni siquiera buscaron alguien con la que al menos tuviera una cosa en común, esa mierda de los polos apuesto se atrae era tan mentira que le daban ganas de reírse a carcajadas.

Estaba tan enojado que simplemente no escuchaba lo que decían y solo se limitaba a beber pequeños sorbitos de su copa.

- Me tengo que ir - decía sorpresivamente para los tres, interrumpiendo la charla que tenían y de la cual él no era participe - recordé que tengo que buscar temprano a Aiko mañana - se excusaba sacando dinero de su billetera.

No espero respuesta y solo salió del lugar y cuando estuvo afuera del todo sintió que por fin podía respirar con normalidad.

-No lo sabía - era la voz de Jungkook a su espalda - lo siento me entere cuando llegue - seguía diciendo y eran las primeras palabras que cruzaban en la noche directamente.

- ¿Que mierda les hace creer a ti o a tu esposa que necesito ayuda para follar? - se giraba casi gritándole - no la necesito, no la preciso, no la quiero - seguía diciendo acercándose unos pasitos - si querían una velada solos no me inviten y ya esta, pero no anden de malditos cupidos por la vida, menos con una pesada como esa - en este momento le daba igual si Jungkook sabía o no, porque había podido avisarle por mensaje cuando vio que no llegaba, pero seguramente en su cabeza era una genial idea una cita a ciega con alguien que era más simple que una gelatina.

- Lo hablaré con Kaori - decia bajito  viéndose arrepentido, pero esa mirada de cachorro ya no causaba nada en Seokjin o eso quería creer - también me sorprendí cuando llego esa chica, es que ella le gusta ver a todos en pareja y felices - seguía diciendo y Seokjin solo quería irse, pero Jungkook se aferro a su brazo para que no se moviera como si hubiera leído su mente  - no fue con mala intención - la justificaba y eso parecía incrementar el enojo de Seokjin.

- Me felicidad es Aiko, en este momento no preciso de nada más - Aun estaba en la nube de rabia y sabía que no bajaría de ella pronto - si quiero follar voy a un bar y lo hago, no necesito ayuda para eso Jungkook, lo siento si te di esa impresión o si buscan que todos sean una familia bien constituida como ustedes- cuando dejo salir eso se sintió  realmente satisfecho, se deciso del agarre de Jungkook y camino hacia la parada de taxi más cercano.

Loving you is so easy (JinKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora