¡Rosas! ✧ Drarry

La sexta rosa de Draco.

Maratón porque pasé el año (3/4)

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Harry soltó un leve suspiro mientras se dirigía a cenar a aquel restaurante, ni siquiera volvería a casa. No tenía muchos ánimos para intentarlo, había tenido un pésimo día y no quería regresar a un lugar vacío, en el cual nadie lo estaría esperando.

Su mente era un lío, su estómago gruñía, mientras una fuerte presión en su pecho se hacía presente, no entendía el porqué, sin embargo, prefirió olvidarlo.

Entró a aquel restaurante, se sentó en una mesa para dos, quedaba en una pequeña esquina, así que no era algo llamativo.

Suspiró, luego de cenar, habló cortamente por textos con Granger, admitía que le levantaba el animo de una forma inevitable, aunque aún no entendía bien el porqué no la había alejado del todo, quizás le había tomado cariño.

Lo cual era extraño.

Se detuvo en una floristería, en la cual compró una rosa roja, la observó por unos segundos, era de algún modo extraño. Voló a su hogar, tomando tiempo para presenciar las nubes y los destellos de un sol desapareciendo, para dar lugar a la noche, bajó hasta llegar a la parte trasera del hogar, al patio, caminaba a pasos lentos, la presión en su pecho cada vez era más fuerte.

Era su momento para hacer bien las cosas, de dejar ese lado estúpido suyo, y empezar a amar nuevamente a la persona que siempre esperaba en casa. Hacer que esa persona vuelva a esperar por el.

Sacó su celular, estaba dispuesto a llamar a a Hermione, para terminar de una vez por todas.

Caminó con una pequeña sonrisa, quería llenar su ser de felicidad. La otra línea dejó escuchar su suave voz.

—¿Hola?— Murmuró, acompañada de un bostezo.

Justo cuando estaba a punto de hablar, no pudo.

Esta vez la rosa no fue entregada, al contrario, cayó de las manos del castaño al ver tal escena.

Draco, su Draco estaba abrazando a alguien más, lo hacía con la misma necesidad que alguna vez lo abrazó a el, se aferraba, buscando más del cuerpo ajeno, se acomodaba sobre su pecho, llenándose de un calor ajeno.

No, Draco no pudo haber hecho eso, el sería capaz de serle infiel.

Draco no era como el.

Entonces, ese significado tenían las rosas.

Hermione llamó una y otra vez el nombre de Harry, pero este nunca respondió, en cambio, colgó la llamada apagando su celular de golpe, lágrimas bajaban por sus mejillas, levantó su varita, separándolos con un hechizo —Depulso—. Bien, no lo había pensado lo suficiente, ya que apuntó a una sábana, la cual simplemente se levantó, igual había logrado lo que quería, se habían separado, por el miedo del momento.

—Simplemente— Miró a su novio, e hipó—¿Por qué?