Nota: Terminó la narración de Luciana.
-¡No, por favor!- gritó ella, yo acerqué mi boca a su cuello y clavé profundamente mis colmillos, segundos después los saqué y dejé el cadáver en el suelo.
-Perfecto- di media vuelta y salí de la habitación- Volveré a mi castillo y visitaré a Luciana, de algún modo tengo que ganarme su confianza de nuevo- sonreí, sentí que volví a la vida cuando tuve a Luciana en mis brazos, era fantástico, por fin tenía a mi niña hermosa conmigo, fui al bosque y recolecté las rosas mas hermosas que conseguí, volví a mi castillo, fui a mi habitación me cambié de ropa y me cepillé, tomé el ramo de rosas y me fui al cuarto de Luciana que se ubicaba en una de las torres del sur.
Tomé las llaves que guindaban de un clavo y comencé a abrir la puerta- Buenas Noches pe...- cuando vi el interior de la habitación me di cuenta que estaba vacio, tiré el ramo de rosas a la cama, abrí la puerta del baño y no estaba, bufé, Luciana había vuelto a escapar.
Salí del cuarto, bajé las escaleras, salí de mi castillo y me dirigí al bosque, el cielo estaba nublado, y comenzó a lloviznar, corrí en busca de Luciana y me di cuenta de una serie de pisadas que ella accidentalmente había dejado, me convertí en murciélago y volé lo más rápido que pude siguiendo el rastro, escuché una respiración agitada ¡Era ella!
Se detuvo un momento para agarrar aire y ahí fue cuando la alcancé, me escondí detrás de un árbol "Hermosa y veloz..." pensé, ella miró para todas partes y notó mi presencia, retrocedió unos pasos y yo avancé- Tranquila soy yo- dije con las manos en alto, ella comenzó a correr y yo fui tras ella.
-No entiendo para que corres, si sabes que igual voy a alcanzarte- dije de forma burlesca.
Ella trataba de esconderse en la maleza pero yo ya estaba acostumbrado a perseguir a las personas por el bosque, cambié de estrategia y la seguí por otro camino, aun tenía su olor, el sonido de su respiración agitada y mientras tuviera eso podría seguirla.
Paré en seco y me quedé al lado de un árbol mientras oía como se aproximaba, y cuando estuvo lo suficientemente cerca gritó y se dio vuelta para regresarse por donde estaba corriendo antes, yo volví a perseguirla, y la alcancé la tomé del antebrazo y la acerqué a mí- ¡AYUDA! ¡AYUDENME! ¡EL CONDE DRÁCULA ME QUIERE MATAR!- gritaba ella.
-Deja el drama- comenté y la puse en mi hombro.
-¡SUELTAME DRÁCULA!- seguía gritando, yo me carcajee y caminé de vuelta a mi castillo, por fin el cielo se despejó dejando ver una hermosa y plateada luna.
Recién había llegado a mi castillo, subí las escaleras, agarré las llaves y abrí el cuarto de Luciana, la dejé suavemente en la cama y le di un beso en la frente, cerré la puerta y con un movimiento de mi muñeca desaparecí las llaves.
Ella bufó, estaba notoriamente molesta, yo solté una carcajada, me quité el saco y la corbata, fui a verme en el espejo y cierto los vampiros no nos reflejamos en los espejos.
Con mi mano peiné mi cabello, suspiré, me acosté en la cama a un lado de Luciana la cual estaba sentada y no se atrevió a acostarse a mi lado.
-No sé como te sigues escapando- comenté.
-Si te dijera ya no podría hacerlo- respondió.
-¿Cómo evadiste a los lobos?- pregunté.
-No me encontré con ningún lobo- cruzó los brazos, yo alcé una ceja, ¿Pero si yo les ordené que cuidaran el castillo en mi ausencia? Al parecer Luciana no mentía, ¿Qué rayos estaba pasando? Decidí que quizá los lobos tuvieron que ausentarse por un motivo grave y que en ese momento Luciana aprovechó y escapó, los licántropos son incapaces de desobedecer mis órdenes, yo era la mayor autoridad tanto para vampiros como para ellos.
-¿Quieres que te cuente algo?- pregunté.
-Dime- respondió inmediatamente.
-Cuando eras pequeña una vez sacaste de mi closet una de mis capas y te la pusiste, ¡te veías tan adorable!- exclamé mirando melancólicamente al techo- También te encantaba hacer travesuras, una noche tu niñera estaba durmiendo- la miré- tu te pusiste la capa que te regalé y te subiste encima de un banquito y como estaba todo oscuro no se podía ver que eras tu, cuando tu niñera se despertó casi infarta pensando que era yo- ambos nos reímos.
-Si lo recuerdo- dijo Luciana entre risas.
-¿Y recuerdas cuando jugábamos al escondite?- pregunté.
-Si Conde- con desconfianza se acostó a mi lado- Siempre ganabas-
-Si, lo sé- respondí abrazándola, ella me dio un beso en la mejilla, nos separamos, ella me pidió que me retirara porque ya era muy tarde y quería dormir, así que me fui y la dejé a solas.
Estaba dirigiéndome hacia los calabozos cuando un guardia se acercó a mí- Conde, lo buscan-
-¿Quienes?- pregunté.
-Los Lobos- respondió- están en el salón principal esperándolo.
Me dirigí al sitio donde me esperaban y entré- ¿Chicos que rayos les pasó?- pregunté confundido al ver a Yovany, José y Santiago sangrando y golpeados, lucían pálidos y temblorosos, se miraron inseguros y Yovany me dijo.
-Las manadas se unieron y ahora quieren actuar contra ti-
Yo me sorprendí y no quise creerlo pero las caras de los chicos lo decían todo, ya los lobos no eran mis aliados eran mis enemigos.
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Tú eres mi única debilidad
Romanceabrí la puerta, caminé por un pasillo siguiendo el sonido del llanto, y encontré la habitación en donde se encontraba, cerré la puerta y me acerque a la cuna, y la vi, era una niña muy linda, blanca como la nieve, su cabello castaño y sus ojos azule...