Nota: la narración de Luciana terminó, ahora narra el Conde.
Me levanté, estiré mis brazos y piernas, me levanté, tomé un baño y salí de mi habitación, veía a todo mundo preocupado, corrían de aquí para allá, ¿Qué sucedía?
Caminé hacía uno de mis sirvientes y le pregunté que pasaba, él comenzó a temblar, mirando al suelo, tartamudeaba, lo agarré del cuello de la camisa, y le dije que me mirara, ¿Qué sucede? Le pregunté una vez más.
-La Se-se-señorita Lu-luciana- decía, yo me alteré, y comencé a gritarle.
-¡¿QUE RAYOS LE PASÓ A LUCIANA?!- Grité, el sirviente se asustó más.
-De-desa-desapareció- tartamudeó, lo alcé en el aire y lo tiré al suelo con fuerza.
-¡¿DONDE DEMONIOS ESTÁ SU NIÑERA?!- Sentía que la sangre me hervía, quería estrangularla, quería empalarla, quería torturarla de maneras impensables para mandarla directamente al infierno.
-Ella es-es-escapó- respondió.
-¡¿QUE?!- me abalancé encima del vampiro y comencé a sacarle las tripas, la furia me consumió completamente, me puse de pie y le pisé el rostro repetidas veces, hasta dejarlo irreconocible.
Me fui y dejé el cuerpo sin vida del joven en pleno pasillo, fui a la habitación de Luciana aun no podía creer que ella escapó, abrí la puerta y todo desordenado, encendí la luz, vi las puertas de su closet abiertas, atada a uno de los pies de la cama estaba una especie de cuerda hecha con sus vestidos loa cual aun colgaba desde la ventana, el sentimiento de culpa apareció y sentía que me destrozaba lentamente, ¿Dónde estará mi pequeña? Me pregunté ¿Y si le pasa algo? Me imaginé todas las posibles cosas que podrían pasarle, sentí que algo estaba en mi rostro, toqué mi mejilla y era un líquido transparente, ¿lágrimas? ¿Pero cómo? Yo no podía sentir nada, era la primera vez en mucho tiempo que lloraba, y era por esa niña, esa pequeña me robó el corazón cuando la conocí, cuando por primera vez vi sus ojos, era tan hermosa, preciosa y valiente, no todas las personas se atreverían a hacer lo que ella hizo.
¿Pero... Por qué huir? En mi castillo siempre vivió como una reina, quizá no tuvo el afecto que se merecía pero no sería motivo para escapar.
Miré al cielo- Oh princesa de los cielos cuida a mi pequeña, no sé que haría si le pasa algo- rogué, no podía quedarme de brazos cruzados, y solo pedir por su bienestar, tenía que salir a buscarla, me convertí en murciélago y volé hacia el bosque, "No puede estar muy lejos" pensé buscando en cada rincón, por desgracia Luciana era la única que sabía esconderse exitosamente de mí, así que debía hacer un esfuerzo.
Busqué y busqué, por horas, pero no tuve éxito, me convertí en vampiro de nuevo y me senté en una roca, apoyé mi frente en la palma de mi mano, de pronto una idea vino a mi cabeza ¿Y si está con los lobos? Eso tenía sentido, eran los únicos fuera de mi castillo que ella conocía.
Me convertí de nuevo en murciélago y volé hacia el sitio donde se ubicaba la manada.
Vi una luz, las llamas de una fogata, un grupo de jóvenes estaba sentado alrededor, me convertí en vampiro y me acerqué a ellos- Buenas Noches...- saludé serio- ¿Dónde está Yovany?- pregunté.
Todos se levantaron, cabizbajos- por allá, con el resto de la manada- dijo uno de ellos apuntando con el dedo índice a la izquierda.
-¿Podrían llevarme?- pregunté, él asintió con la cabeza, comenzamos a caminar y pocos minutos después estábamos con todos los licántropos.
-¡Conde Drácula!- exclamó contento Gaspar el líder de la manada- ¿Qué te trae por aquí?-
-Buscó a tus hijos- respondí seriamente.
Gaspar se alarmó, claramente estaba nervioso, llamó a José, Yovany y a Santiago, los cuales me saludaron cordialmente.
-Quiero hablar con ustedes en privado- dije, ellos se miraron entre si y asintieron, di media vuelta y ellos me siguieron, cuando estábamos un tanto lejos les pregunté- ¿Ustedes no han visto a Luciana hoy?-
-No- respondieron.
-¿Le sucedió algo Conde?- preguntó un tanto preocupado Santiago.
-Si, escapó de mi castillo- todos se pusieron pálidos, ellos la querían mucho, entendía su preocupación- La he estado buscando por todo el bosque sin éxito ¿Qué tal si me ayudan a buscarla?- sugerí, ellos asintieron- perfecto, se parémonos y busquémosla, llámenme si la encuentran- ellos se convirtieron en lobos y corrieron en distintas direcciones, yo me convertí en murciélago y volé.
(Días después...)
La angustia me consumía, no había encontrado a Luciana, ansiedad, dolor, tristeza, seguro mis prisioneros debían estar felices ya que tenía días sin torturarlos.
Suspiré ya mi vida no tenía sentido, vagaba por el bosque, buscando aquello que me complementaba, aun tenía esperanza pero entre pasaban las horas iba desapareciendo, comenzó a llover, estaba empapado, pero no me importaba, no podía enfermarme, tampoco morir, quedaría con ese remordimiento para toda mi vida, y llevaría ese peso por siglos.
-Mi pequeña...- susurré mirando al suelo- Espero que estés bien- las lágrimas brotaron de mis ojos, los demonios aparecieron y no me dejaron en paz, el viento azotando contra los árboles, me desplomé y caí al suelo, me sentí débil,como un niño.
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Tú eres mi única debilidad
Romanceabrí la puerta, caminé por un pasillo siguiendo el sonido del llanto, y encontré la habitación en donde se encontraba, cerré la puerta y me acerque a la cuna, y la vi, era una niña muy linda, blanca como la nieve, su cabello castaño y sus ojos azule...