☼--9--☼

10 1 0
                                    

El abucheo se hizo más fuerte, y tú no te movías.

—Zinnia, vamos hazlo.

Te empezaron a decir.

Con todos los nervios del mundo te levantaste y caminaste al centro del círculo, donde yo estaba parado esperándote con brazos extendidos, te pusiste frente a mi y te negaste.

—No, no puedo. Aceptó otra cosa menos esto.

—Es lo que tú pediste.

Le contesto Dayana.

Entonces yo tomé la iniciativa otra vez y te abracé, tú a duras penas pusiste tus manos sobre mis hombros, como si no quisieras tocarme. Fue algo rápido y nos separamos, yo quería escuchar el "Te quiero" pero no dijiste nada.

—No escuche el te quiero.

La molesto Josh.

—No estoy obligada a decir algo que no siento.

Dijiste en un murmullo, mirando a otro lado. ¿Ya me estabas olvidando? O es que no me querías... si no que me amabas aún...

Y así fue pasando poco a poco, yo te ignoraba y a ti te daba igual, te separaste de Paris y Madison por que había un desequilibrio entre ustedes, y una manzana de la discordia. Pensé que tú madre llamaría a casa preguntando por qué la habían dejado, pero no llamo. Creo que ya era el final.

Aunque días antes mi otro hermano y yo habíamos pasado un accidente, y tú habías ido al hospital a ver cómo estábamos, principalmente yo, pero ni me hablaste, en tu mirada había notado que casi se te iba la vida con la noticia, y que sin mi no serías nada. Pero como dije, no hablaste. Mi madre lo notó, que seguías queriéndome pero ya no sabías como.

Y de ahí se creó una barrera de hielo entre nosotros. Nunca volvimos a hablar. Ya casi al final del último semestre, en una actividad con el profesor de diseño gráfico, tú expresaste tu punto de vista. Parecía que lo habías contradicho, entonces dijo que haría una prueba:

—Levántate y ve al escritorio.

—¿Para que?

—Vamos a hacer el experimento— dijo el profesor— quiero que te pongas ahí en el escritorio y yo mandaré a alguien afuera.

—Okay.

Dijiste resignada y te recargaste en el escritorio con los brazos cruzados, mientras que el profesor buscaba a otro para su prueba.

—Ven tú Denzel.

Todos se quedaron en expectación, tú y yo juntos en una actividad ante todo el grupo, y no falto el "uy" prolongado de todos.

El profesor me llevo a fuera del salón y me distanció como unos tres maestros más, casi llegando al domo.

—Le diré a Zinnia que se tape los oídos, después de eso, tú le tendrás que gritar "Fea", y veremos el resultado.

Me dijo el profesor en un tono bajo.

—¿Le tengo que decir eso?

Me preocupe un poco. No quería insultarte así y menos ahora.

—¿Quieres gritarle "te amo"?

Podría ser, por un instante podría hacer que me recordara de nuevo, pero no, no estaba bien jugar así, además hace un año atrás, ella no me dijo el "te quiero" que le tocaba decir. Así que opte por decirle mejor "fea".

—No, creo que no.

—Bueno Denzel, cuando te diga ya, lo haces.

Se asomo a la puerta del salón, te dio las inserciones y me dio la señal.

TRANSEDENTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora