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Tú solo reíste, si, solamente te reíste.

—Algún día.

Siempre decías eso, era tu forma más cortes de decirme que no lo harías conmigo,
odiaba que no me desearas, me enfermaba que no me vieras como algo que te
provocara, algo que te encendiera.

—¿Por qué no me dices algo concreto? Un día, un lugar...

—Por que tú tampoco lo eres Oliah, dame una prueba de que realmente quieres
hacerlo conmigo.

¿Una prueba? ¿Aquí? ¿Y como? Había mucha gente, y no había tiempo para algo,
además en ese momento ya era hora de irnos, no sabía que hacer para probarte
cuanto te deseaba.

Subimos a la camioneta de mi papá, subió mi medio hermano primero, luego
seguiste tú y al final yo, íbamos callados en todo el transcurso, en ese entonces ya
no escuchabas música por que le prestaste tu celular a mi medio hermano, así que
en un momento pusiste tú mano derecha al costado de tu pierna, entonces
lentamente roce mi mano con la tuya... y poco a poco, segundo a segundo, logre
entrelazar tu mano con la mía, de por si tus manos siempre eran frágiles, pero la
sujete con fuerza, no se que podría significar para ti, pero te quería demostrar que
mi deseo de tenerte era fuerte y que no pensaba dejarte ir, así estuvimos unidos
hasta que la camioneta de mis padres te dejo frente a tu casa, te soltaste de mi algo
confundida y entraste a tu casa.

Yo seguía hablando con Gisselle.

Pasaron los días y no me hablaste, llegamos al viernes y todo cambio.

A veces uno piensa que es el que está jugando, cuando tú también llevabas tu
propio juego.

Ese viernes te la pasaste mensajeando, ¿pero con quien? Sabía que Denzel no era,
recordé que antes de salieras de la preparatoria me habías platicado de un tal
Cruger, o algo así... pero no lo tome tan importante hasta esa noche, yo esperaba
que me hablaras sobre lo del domingo pero me ignoraste por completo.

—Oye Oliah, Zinnia tiene novio.

Me dijo mi medio hermano burlándose de mi.

—¿Qué dices?

Lo mire extrañado.

—Pues ese viernes en la noche que la estaba molestando le quite su teléfono y vi
que estaba hablando por messenger con un chico.

—¿Viste quien era?

—No, pero estaba muy emocionada, uy, ya te bajaron a Zinnia.

Y si, ese chico con un solo mensaje te distancio de mi, luego me dejaste un mensaje
donde me dijiste:

No puedo arriesgarme a lanzarme al otro lado sin saber qué es lo que me espera ahí.

Me dejaste, ahí me dejaste, preferías hablar con otros y no arriesgarte a hacerlo
conmigo, la dejé pasar, tenía a Gisselle conmigo, ella ya se había enamorado de mi.
Todo estaba tranquilo hasta que sentí que me humillaste vilmente. Ya era octubre,
estábamos en tu casa y todos estaban platicando sobre cosas, una persona intento
hacer referencia a ti y a mi y tú saliste con un:

—Mmmh no me gustan los chaparritos, ni lo pequeño.

Me dejaste en estado de shock, nadie más notó tu comentario, todos seguían
relajeando, pero sentí como me hervía la sangre de coraje, nunca ibas a tener algo
conmigo por que para ti era chaparro, y yo no entraba en el tipo de chico para ti.

Enojado te mande un mensaje y te elimine de Facebook, tú ni te molestaste, solo
me recordaste lo imbécil que fui al pedirte prestado 10 pesos que nunca te pagué
por regalarle un chocolate a Halsey, y nunca me volviste a pelar. Yo te tiraba mala
onda y ambos nos empezamos a odiar, y solo te refugiaste en mi hermano, el se
convirtió en tu paño de lágrimas que hasta juntos planeaban casarse y tener muchos
hijos, par de bobos. Como Marco si era más alto que tú, por eso te dejabas hablar por el.

TRANSEDENTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora