02: Conociendo a los aliados.

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{Capítulo 2}

Estado actual: de mal en peor.

Huir de clases no había resultado para nada bien, o bueno, hubiese sido la escapada perfecta si  Damon no hubiera interferido en mi relajación. Ni siquiera entendía por qué tuvo esas confianzas para gastarme una broma tan pesada y luego como si nada, pretendió que íbamos a iniciar una conversación. Es notable que no me conoce, de otra forma, se las hubiera pensado dos veces antes de molestarme.

Lo dejé atrás en el instante que recibió una llamada telefónica y que por los gestos que hizo, no era una de las que te invitaban a una deliciosa cena, más bien, era una llamada más irritante que un grano en el trasero. La cuestión es que cuando lo perdí de vista, me escabullí entre algunas personas que transitaban por el paso de peatones y luego de unos segundos, me adentré en la única cafetería del pueblo.

Al entrar, el sonido de las campanas avisó al mesero que había un nuevo cliente. A pasos relajados se acercaba a mí con una carta y luego de sonreírme descaradamente y de presentarse, me llevó hasta una mesa al fondo, pegada a una ventana. Le agradecí por su amabilidad y luego de ojear la carta, le pedí un café expreso doble. Necesitaba con urgencia que el agotamiento desapareciera.

Mientras mi orden era preparada, me deleité observando todo a mi alrededor. Es un establecimiento muy bien estructurado y la decoración es tan hogareña que da a entender que te encuentras en la cocina de tu casa. Hay varias personas sonriendo y haciendo chistes en grupo, parecen ser estudiantes y en la mesa que hay pegada a la pared, al lado de la barra, se encuentra una pareja de ancianos.

Ambos están tomados de las manos y la forma tan bonita en la que sonríen me hace pensar si alguna vez yo pasaré por lo mismo. Realmente admiro a esas parejas que llevan casados más de cuarenta años, ya que actualmente, como va el mundo, después de diez años ya se encuentran estresados y comienzan a recurrir a las peleas y la infidelidad. 

—¿Puede subir el volumen del televisor? — le pido amablemente al mesero y él saca el control remoto haciendo lo que le pedí.

—Disfrute de su orden señorita. — murmuró una vez que llevé la taza a mis labios. Asentí y continué observando la noticia.

La periodista se encontraba batallando con la fría ventisca en algún lugar en las montañas, detrás de ella estaba un pequeño niño de cabellos oscuros. Sus pequeñas manitos agarran con fuerza la tela roja del vestido de una mujer, sus ojitos se cerraban con fuerza mientras las lágrimas escapaban y recorrían sus rojizas mejillas. Su grito ensordecedor era escalofriante. ¿Qué había sucedido allí? Dejé de prestar atención al entorno y me centré en la periodista que iba a comenzar a hablar.

—Canela Smith era una joven universitaria que luego de regresar de sus clases, fue atacada por un animal. Todo sucedió muy cerca de su casa, por lo que su hermano, quien salía a jugar, la encontró y se aterró al verla fallecida. — mientras ella seguía hablando sobre el caso, una mujer corrió hacia el pequeño y se lo llevó fuera del lugar. La cámara hizo zoom en la chica y casi escupo el café al ver que habían censurado la parte superior del cuerpo, pero que por fallos del camarógrafo, se podía apreciar la cabeza ensangrentada de la joven cerca de un árbol. Eso no podía haberlo hecho un animal. — Es el tercer asesinato en menos de una semana, por favor, les pedimos a todos que se mantengan aislados en sus casas para evitar otro desafortunado incidente.

—¿Blair? — Obtuvo mi atención mi hermana — ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías en ese lugar. — eso último lo dijo en un tono bajo.

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