Advertencia: Contenido explicito +18
Mas que pactos, termine escribiendo sobre invocaciones pero no importa, aquí esta el smut, espero les guste~
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Zenitsu no creía que su idea fuese a funcionar. Aunque ese tipo de cosas le aterraban, sabía que eran ficción y trataba de mantenerse escéptico a las historias que le contaban los demás. Sin embargo, su curiosidad fue más grande y pensó en unirse a esa moda nueva de invocar "masitas".
Pero a veces, la vida te da muchas sorpresas. Como el descubrir que los demonios existen en realidad.
Frente a él apareció una silueta envuelta en un espeso humo color negro.
El chico trago saliva, se quedo estático en el piso de su habitación sin saber bien que hacer ahora. Comenzó a recorrerle un sudor frio y su corazón se agito. Lo primero que pensó fue en "estoy muerto".
El humo se disipo en su habitación dejando ver al demonio que había invocado.
Una figura grande, muy alto, casi dos metros de altura. De apariencia musculosa, cabello largo platinado y dos ojos violeta hipnotizantes.
Llevaba una vestimenta curiosa, un pantalón ajustado en una tela de cuero color negro, el torso desnudo con pulseras doradas comprimiendo sus brazos y un collar dorado en el cuello. También relucían dos cuernos grandes sobre su cabeza y una larga cola que movía con gracia.
El demonio abrió la boca en una sonrisa que Zenitsu interpreto como malvada, dos colmillos largos sobresalían de su dentadura.
Definitivamente el chico estaba muerto.
— ¿Eres tú quien me ha llamado? —la voz del demonio le hizo dar un brinco del susto. Con miedo, asintió con la cabeza.
El demonio dio un par de pasos hacia él, notaba el temor del chico y eso le resultaba divertido. Se inclino para observarlo mejor. Cabello amarillo brillante con las puntas anaranjadas, y ojos ambarinos, pequeño y asustadizo. Sí, era su tipo.
Su "masita" soltó unas risas, poniendo aun mas tenso al chico.
—Tu y yo nos vamos a divertir mucho— el demonio se relamió los labios, Zenitsu sabia que el otro iba a comérselo.
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Zenitsu había cerrado sus ojos, temeroso de sufrir una muerte dolorosa. De sus ojos ya brotaban las lagrimas por su lastimera muerte, ni siquiera podría despedirse de sus amigos y su familia, las risas del demonio solo aumentaban su miedo.
Sintió la mano de este tomar su rostro por la fuerza, y un liquido que brotaba de una botella pequeña se abría paso por el interior de su boca, descendiendo por su garganta. ¿Seria veneno? Ya sabia que el otro lo torturaría primero para disfrutar mejor de su asesinato.
Al terminar de beberlo, tosió al sentirse un poco ahogado. Al ser consciente de su ambiente, se encontraba sobre su cama, con las manos atadas por la espalda. Busco con la mirada al demonio, ese se acerco a su rostro.
—Tengen— dijo este. La mirada confundida del chico le hizo continuar —Así me llamo. Mas te vale gemir mi nombre muy fuerte a menos que quieras que te lastime— mostrándole las garras de su mano, largas y afiladas.