𝟏. 𝐄𝐥 𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐠𝐢𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐯𝐚𝐧

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𝑺𝒐𝒍𝒇𝒆𝒐: 𝑻𝒆́𝒄𝒏𝒊𝒄𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒆𝒆𝒓 𝒚 𝒅𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒗𝒂𝒍𝒐𝒓 𝒂𝒅𝒆𝒄𝒖𝒂𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒔𝒊𝒈𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒖𝒔𝒊𝒄𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒊𝒕𝒖𝒓𝒂.

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5 de septiembre, 2016

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5 de septiembre, 2016

Hola Luz.

¿Cómo has estado? Espero que muy bien.

La semana pasada dio inicio el nuevo ciclo escolar del conservatorio. Oficialmente soy una estudiante de quinto año que va por la licenciatura. Es una pena que tú hayas decidido cursar hasta cuarto grado y egresar como técnico profesional, no quiere decir que esté mal, tampoco creas que menosprecio tu nivel académico. A lo que me refiero es que se te echa de menos por aquí.

El conservatorio ya no es lo mismo sin ti. Willow, Gus y King te echan mucho de menos. El dormitorio que compartías con Willow mantiene tu aroma, es como si no te hubieras ido realmente, incluso siento que en cualquier momento vas a entrar y te vas a tumbar en tu cama, te quejarás del montón de deberes que te dejaron y bromearás con los muchachos para alivianarte un poco; me mirarás por un segundo y luego harás de cuenta que no existo, pasarás de mí porque sabes que no me caes bien, que te odio.

Tú y los demás piensan que te odio desde que el profesor de solfeo te puso a cambiar las páginas de la partitura que yo debía ejecutar en el piano para mi examen práctico; ambas estábamos sentadas muy juntas frente al piano, y después de que cambiaste una página, en lugar de posar tu mano sobre tu rodilla, la colocaste en la mía. Di un respingo y me perdí, no supe en qué renglón me quedé. Se produjo un gran silencio, me quería morir. Tuve que volver a tocar la pieza desde el principio. Saqué nueve en lugar de diez: es el único nueve en mi historial académico. Desde entonces no fui amable contigo, ni siquiera cuando fuimos parte del mismo círculo de amigos. En todos los años que estuvimos conviviendo procuraba no dirigirte la palabra.

Me empeñé en demostrarle al mundo que te odiaba, y lo conseguí. Lo cierto es que sólo fingí hacerlo.

No te odio, Noceda, y me arrepiento de no habértelo dicho antes, cuando aún estabas aquí.

Francamente te echo mucho de menos. Extraño verte en la cafetería por las mañanas con toda despeinada y con cara de seguir durmiendo mientras pides el desayuno a la señora Nolan. La clase de solfeo se siente vacía sin ti. Las salidas con Willow, Gus y King ya no son lo mismo desde que no estás.

No te odio, nunca te odié.

Tuve que aparentar que me desagradabas para que nadie sospechara que la patética Amity por fin se había enamorado.

Me enamoré de ti, Luz...

Hace tres años estuve a punto de decirte lo que lo que sentía, sin embargo, Viney llegó a tu vida.

Por ella decidí ponerle un candado a mi boca, porque siempre amé tu sonrisa y esta era más bonita desde que iniciaste una relación con ella. Te veías feliz, y te juro que me alegra mucho que Viney esté a tu lado, es una buena persona y me agrada. Esas charlas que compartía con ella me eran gratas y divertidas. Viney fue mi salvación de cuatro chicos músicos con ganas de comerse el mundo.

Pensé que con el tiempo me dejarías de gustar, pero no fue así.

Lo que me sucede contigo es algo tan fuerte que llega a rozar la ridiculez y la locura. Cuando te fuiste de aquí me sentí abatida y rota. ¿Cómo pude enamorarme de ti? ¿Cómo soporté cuatro años ocultando ese sentimiento? ¿De verdad era amor? Créeme, me lo cuestioné demasiado porque sencillamente era estúpido llorar tu ausencia por las noches.

¿Quién iba pensar que Willow sabía muy bien de mi extraño enamoramiento? Durante las vacaciones de verano le confesé lo que sentía por ti, insinuó que todo el mundo lo sabía, excepto tú, desde luego. Ella comentó que no fue buena idea utilizar el odio para ocultar mis verdaderos sentimientos, lo repitió muchas veces.

Al principio me dijo que fuera a buscarte, que es de valientes apostar por el amor. ¿Cómo se le pudo ocurrir algo tan descabellado? No tiene caso tocar tu puerta y ser recibida por tu novia.

En un intento desesperado por ayudarme a estar tranquila, Willow me dijo que llevara flores al río, las deshojara pensando en ti y las dejara ir en la corriente; tenía que esperar hasta que ya no pudiera divisar los pétalos. Supongo que era una terapia para dejar ir mis sentimientos por ti y aceptar que te habías ido para siempre. Muy sutilmente me recordó que estabas construyendo un futuro con Viney.

No funcionó lo de las flores.

Willow me sugirió escribir sobre mis sentimientos en un cuaderno, me indicó quemar las hojas cuando terminase de contar aquello que nunca me atreví a decir en voz alta. Hice todo lo que ella dijo, pero algo dentro de mí seguía doliendo. Esperé demasiados días para que esa agonía se fuera y se me quitara el vicio de quererte...

No ocurrió.

Le había susurrado a cada flor lo mucho que me gustabas, mis más grandes secretos se los entregué al río y el viento los empujó a una ubicación que desconocía. Escribí la desastrosa historia de cómo y por qué me enamoré de ti, el fuego la hizo cenizas que luego terminaron en la basura. Pero todo resultó igual que antes: sentimientos no confesados, ahogados, castigados... No me apetecía compartir más ese amor con el silencio, mi cruel e íntimo amigo, el culpable del dolor que experimentaba.

De tal forma que decidí escribir esta carta y mandártela.

Perdón si te ha molestado mi confesión, pero con esto puedo sentir un poco de paz.

Lo mejor hubiera sido llamarte por teléfono y contártelo todo, sin embargo, iba a resultar extraño siendo que nunca entablé una conversación contigo. Mandarte un mensaje por WhatsApp o por otra red social también pudo ser lo ideal pero no quiero que me respondas, es decir, no quiero saber lo que opinas al respecto sobre esto. Esta carta fue mi mejor opción, mis sentimientos por fin llegaron a su destino. La carga se hizo liviana y creo que la parte final consiste en dejar que los días se encarguen de borrar tu nombre en cada paso que doy y en la estela que éstos dejan. No te quiero obligar a entenderme cuando ni siquiera yo he podido descifrar mis propios actos en todo este tiempo.

No pude despedirme de ti, así que... Adiós. Hasta siempre, Luz. Fuiste la persona que más me ha marcado, quien alteró mis planes de llevar una vida tranquila de estudiante de intercambio...

Disfruta mucho tu nueva aventura con tu banda. A diario reproduzco sus covers de YouTube, antes de dormir.

Fue un placer conocerte.

Amity B.

Amity B

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Vendiendo Recuerdos Para Poder Dormir » Lumity AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora