▪️Inocencia - D.Gray-man Hallow ▪️

Noche XI: Happy Birthday

Kanda

¿Qué se supone que debería de pensar ahora?

Desde que Yuki se fue a una misión con el brote de habas a Polonia, hace dos semanas, no he podido ni verla porque me estuvieron delegando misiones consecutivas o cuando estaba en la Orden ella no.
Pero ahora...
Regresé hace unas horas y ella está aquí... Y ni siquiera me dirige la palabra, creo que ni sabe de mi presencia.

¿Habré hecho algo equivocado la última vez que nos vimos?
¿Quizá fui muy rápido y la asusté?

Ah mierda, no lo sé.

Me encontraba solitario sentado en una de las mesas de al fondo del comedor de la Orden inspeccionando cada movimiento que realizaba aquella señorita de oscura cabellera y grisácea mirada que se encontraba en otra mesa, igual de solitaria, mirando hacia la nada.

Apenas comía, su bandeja estaba mucho menos llena de lo usual.

¿Habrá pasado algo en estos días que la haya molestado?
¿O acaso de verdad fui muy imprudente con ella aquella noche... Y ahora me está evitando?

Llevé una mis manos a mi rostro y la pasé por ella.

Me gustaría saber en qué está pensando...

Pasaron los minutos y cuando ella terminó se puso de pie y fue retirándose del lugar.

De manera disimulada también me puse de pie y, a paso lento y tranquilo, me fui retirando.

Iba camino a su habitación.

¿Debería interceptarla?

Fui caminado detrás de ella a una distancia prudente, aunque algo me hacía pensar que si me acercaba ella no me notaría ni siquiera.

De repente, en un pasillo solitario ella se detuvo a mirar por uno de los ventanales el paisaje de afuera de la Orden. Permaneció ahí completamente inmóvil.

Yuki...

Sin poder soportarlo más me acerqué hacia donde se encontraba, mis brazos la rodearon desde su posición y deposité mi barbilla sobre su cabeza.

Su cuerpo al principio se sorprendió por mi tacto pero pude sentir como al instante se relajó.

- Yo... Te noto diferente... Desde que he regresado y ni siquiera me notas... Yo... No puedo evitar sentirme preocupado - podía sentir como mi corazón se oprimía.

Ella giró sobre su posición y me miró a los ojos.

-Lo siento mucho, Kanda- se disculpó - yo...yo no notaba que te sintieras de esa forma, perdóname... Es solo que no me he estado sintiendo bien estos últimos días... Pero ya he estado mejor - sonrió, una de sus manos tomó mi mejilla - no pienses que tú has hecho algo mal, por favor, eso me rompería el corazón.

Sus palabras extrañamente hicieron que una sensación cálida recorriera mi cuerpo entero.

Ella se acercó de puntillas a mí, y besó mis labios con dulzura.

-¿Mejor? - preguntó sonriendo.

-No tienes idea de cuánto - suspiré, de verdad estaba empezando a ponerme muy ansioso.

En silencio y sin que nadie más nos viera fuimos hacia su habitación.

Nos quedamos tendidos sobre el colchón con nuestras miradas fijas en el otro mientras hablábamos de dónde habíamos estado últimamente con todas las misiones que teníamos.