Trilogía de Draco II - Draco Sinister-Cassandra Clare (Español)

Capítulo Catorce - Sangre de los Fundadores

Draco no se movió ya que Slytherin dio un paso atrás, lejos del lugar donde Harry yacía en el suelo, de costado, con la cabeza en el brazo. Parecía como si estuviera dormido. Sus anteojos seguían puestos. Draco pensó que eso no se veía muy cómodo, y se habría arrodillado y se los habría quitado, excepto que estaba obstaculizado por el hecho de que no podía moverse. Se puso de pie donde estaba mientras la espada manchada de sangre se le cayó de los dedos sueltos y se estremecó en el claro suelo de adamantina.

Draco no lo oyó. Estaba mirando a Harry.

<Vio a Harry cuando tenía once años, sentado adormecer su palo de escoba, extendiendo su mano para el Remembrall, diciéndole a Draco que lo devolviera, la clara luz de aversión y desafío ardiendo en la parte posterior de sus ojos verdes>

Slytherin dio un paso adelante sobre Harry, donde yacía en el suelo, y se acercó a Draco. Lo tomó por los brazos y parecía estar diciendo algo a él.

Sea lo que sea, lo decía muy alto. Draco lo miró sin expresión; en el centro del remolino inmóvil estático en el que había caído, no había lugar para ninguna palabra. No oyó ninguna parte de lo que se le dijo, ni le importó. No importaba.

Y vioa Harry en un lado de una jaula cuyas barras estaban hechas de luz. Y Harry se cortó la palma de la mano con un cuchillo que ardía de plata en la oscuridad, y sostenía su mano ensangrentada a través de las barras, su rostro blanco con dolor y determinación>

Slytherin lo estrechó, duro, con las manos sobre sus hombros, y las siguientes palabras que habló irrumpieron a través de la confusión inundando la mente de Draco como guijarros golpeando a través del agua. "No me digas que nunca desebiste estar muerto", dijo.

<Vio a Harry de pie en el borde de la cantera, medio transparente con las estrellas brillando a través del contorno de su pelo y la cara y las manos y Harry dio un paso hacia él. No me harías daño,dijo>

"Niño desagradecido", dijo el Señor serpiente. Draco sintió el agarre de Slytherin en sus brazos aflojado mientras retrocedía y miraba desde su heredero, a Harry, y de nuevo, y sonrió una sonrisa atada de veneno. "Dondequiera que se haya ido ahora", dijo, indicando a Harry con un tirón de la barbilla, con los ojos en Draco, "recuerda que fue tu mano la que lo envió allí".

Y después de haber soltado su alcance, le dio la espalda a Draco y caminó hacia la pared. La apertura oscura apareció, y desapareció a través de ella.

Ahora Draco se movió. No tanto por voluntad como por el hecho de que sus piernas se habían dado. Golpeó el suelo de la celda en sus manos y rodillas, y se arrastró para arrodillarse junto a Harry. Llegó a tocar el hombro de Harry, para enderezar la cabeza oscura, girando la cara de Harry hacia él. Al hacerlo, vio que sus propias manos estaban salpicadas de pequeñas manchas de sangre y la sangre salió sobre Harry donde lo tocó.