––24/5/2018––
—¿Segura que estarás bien Fer?
—Mamá tranquila, no es la primera vez que tomo un vuelo.
—Ya lo sé pero, será tu primer vuelo sola, Fer aún eres pequeña para viajar sola ¿Estás segura que no quieres esperar hasta las vacaciones?
—Mamá tengo 12 años, no soy TAN pequeña, quiero ir, además estaré todo el tiempo la tía Karen y el primo Peter.
—Está bien— suspiro— pero, prométeme que nunca te alejarás de ellos.
—Te lo prometo mamá.
Los cálidos brazos de mi madre se envolvieron sobre mis hombros; mi hombro derecho estaba húmedo por culpa de las lágrimas derramadas pero aún así una sonrisa se dibujó en mis labios.
Siempre me gustó vivir en México, el clima cálido, la gente, mis amigos, mis padres, mi todo estaba ahí pero, quería volver a los ángeles, toda mi demás familia estaba allá, tenía años sin verlos y deseaba con todo mi alma volver a vivir con ellos, que todo fuera como cuando era pequeña sin embargó, siempre me faltarían mis padres, desearía que vinieran conmigo pero es imposible, la empresa de mi padre lo necesita y mi madre, bueno, ella necesita a mi papá.
Me despedí de mi madre una vez más, tomé mis maletas y me encaminé al avión; nuevas cosas me esperaban con mis tíos, nuevas aventuras, quizás algún amor de cuento de hadas, todo y nada podían pasar pero igual nada podría quitar la felicidad que invadía mi cuerpo.
—Tia Karen ¡ahí te voy!