CAPÍTULO 💋 TRES

537 18 7
                                    

Prometo controlarme.

—Maze.

—Maze, vamos.

—Maze, oye...

—Maze, ¿En serio no dirás nada?

Rodé los ojos, cansada y me dejé caer hacia atrás, recostando mi espalda en el gran sofá que se situaba en la sala al fondo del segundo piso.

Al parecer, el rumor de los dos hombres —que en realidad no era un rumor, sino la realidad— de ayer y sus verdaderas intenciones, se había esparcido.

Y ahora, gracias a eso, estaba siendo rodeada, acorralada y torturada con alrededor de 40 chicas que iban de categoría J hasta la A, quiénes llevaban un rato largo insistiendo en que les soltara todo lo que sabía y/o me había enterado.

Jamás habia recibido tanta atención en mi vida y esto empezaba a incomodarme.

A pesar de que el Royale tiene una hermandad tan unida que las casi 80 chicas aquí éramos como hermanas, nunca he estado demasiado involucrada en ella, principalmente porque suelo ser una chica muy solitaria.

Es más, todas están tan confabuladas entre sí que ni siquiera noté cuando acabé arrinconada y rodeada de tantas mujeres.

Iba rumbo a mi habitación a eso de la 1pm debido a la cita que se tuvo que posponer ayer —por atender las ridículas peticiones de aquellos dos hombres— y aprovechanfo que Donna también debía estar trabajando y así no encontrármela, antes de ser interceprada por dos chicas que me guiaron hasta acá fingiendo tener problemas con una compañera y alegando que buscaban un mediador justo, y después siendo rodeada por orro montón más que salió de las sombras.

Comenzaron a bombardearme con preguntas y teorías.

Y como se dieron cuenta de que yo no tenía intención alguna de contestarlas, todas se dedicaron a prestarme la más fija y obsesiva atención —seguro porque estaban al tanto de mi pánico al ser el centro de atención—, mirándome de arriba a abajo, siendo analizada como cuanfo un doctor analiza a su paciente enfermo.

Supongo que a esto le llaman presión social.

Por un instante pensé en decir cualquier escusa tonta para huir de aquí hacia mi habitación y descansar leyendo un libro, pero ya habia pasado un rato y seguramente Donna ya estaba dentro.

Y como seguía furiosa con ella, preferí quedarme aquí, con mi orgullo y enojo intacto.

Aunque comienzo a arrepentirme.

Resoplé y alcé la mirada para mirarlas a todas. Inconscientemente noté la diferencia y distinción de cada una por separado con el resto ellas.

Había chicas, desde muy pálidas hasta muy morenas. Desde pelirrojas hasta un cabello azabache envidiable. Desde europeas hasta asiáticas.

Literalmente, nuestro producto tenía variedad.

Según el director, tengo genes noruegos, filipenses y algo cubanos.

Ve tú a saber que significa, pero él ha viajado por todo el mundo.

Él sabe cosas.

—¡Maze! —me sacudió Marina, la encargada de agendar las visitas sexuales de cada una (o sea, la secretaria del Royale) y la única virgen en este lugar
. Sí, teníamos una chica virgen aquí, aunque parezca increíble—. ¡Habla!

—¿Qué quieren que diga? —le respondí mirando a todas, quiénes rodaron los ojos y bufaron, cómo si ya me lo hubieran dicho antes muchas veces y fuese yo la estúpida más rettasada del mundo.

Vendida💋 +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora