Capítulo 20: El atentado de Fer por la ex de Roberto

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Después de haber planeado las vacaciones, y tener dificultades para encontrar el lugar adecuado, para que fueran Roberto, Ana, los gemelos Daniel y Angie y su niñera Amira, lograron reservar una cabaña en Beachfront Cottage, Villa Carolina, donde duraron una semana divirtiéndose, nadando en la playa, en la piscina del complejo, jugando en la arena haciendo castillos de arena, estuvieron muy relajados, pero Roberto no lograba olvidar a su chiquilla traviesa, malgeniada y ahora su prometida con su pequeño ángel; las echaba de menos a las dos, era una lástima que no pudieran acompañarlos, solo pensaba en ella, recordando sus besos y su cuerpo pegado al suyo, era hermoso sentirse enamorado otra vez, aunque, esta vez, era más intenso, porque era la adecuada, era su alma gemela, era un bálsamo para su vida y la de sus hijos.

Tuvieron que regresar en el sexto día, porque se presentó un problema en la casa, se rompió un tubo en la cocina y se inundó y como sólo estaba la señora Antonia, su ama de llaves, ella lo llamó toda asustada, a pesar que había llamado al plomero, así que recogieron todas sus cosas y regresaron a la casa para ver en qué estado había quedado la casa.

Ya de vuelta a sus labores cotidianos, Roberto llegó a su consulta muy reanimado, por el descanso que había tomado y feliz, porque al salir del consultorio iría a ver a sus dos mujeres preferidas, entra y saluda a Mildred, que está hablando por teléfono.

- Hola, Mildred, ¿Cómo ha ido todo por acá? – se acerca a ella y le da un abrazo como de costumbre y luego pregunta – pásame al primer paciente – y se encerró en su consultorio a prepararse para recibirlo. Aunque no notó que la llamada que tenía Mildred era de Lucía Fernanda, que llamaba a ver si Roberto se encontraba ya de regreso, porque lo había estado llamando, pero el celular le entraba a buzón.

- Fer, no me vayas a meter en problemas, ¿vale? – le decía ella – no te preocupes Mildred, solo quiero darle una sorpresa, sólo avísame cuando esté con el último paciente, ¿sí? – está bien. Ahora en la mañana solo tiene 3 pacientes, porque a las once, va para cirugías. ¿a qué hora se desocupa con el último paciente? – ella le responde – a las nueve y veinte – ok, muchas gracias, Mildred, te debo una, jajajaja – ella también sonríe, y piensa que Fer es una niña muy traviesa, que le está haciendo cambiar el humor a su jefe y sabe que lo hará feliz. En eso mira hacia la sala de espera, y decide que debe seguir trabajando y le pasa al primer paciente al doctor Montemayor.

Salió el último paciente y Mildred, entró a decirle al doctor que sólo faltaba un paciente y que ella se adelantaría para coordinar todo lo relacionado con la cirugía que tendría a las once de la mañana.

- Está bien, Mildred, hazlo pasar y vete, que yo cerraré el consultorio.

- está bien, doctor – ella solo sonrió, al pensar sobre la sorpresa que tendría en este momento – nos vemos en el quirófano. – sale y le hace señas a Lucía Fernanda para que entre. Ella entra y ve a Roberto que está lavándose las manos, se las seca y se coloca un par de guantes.

- puede tomar asiento, por favor, ya estoy con usted – dice él y se da la vuelta para quedar con los ojos como plato al ver a su "paciente" con un hermoso vestido con tiras de color rojo, pegadito al cuerpo y con una falda muy cortica, unas sandalias de tacón alto, sintió que su cuerpo respondió al ver esa hermosa escultura, sube su mirada de los pies, hacia las piernas, luego sus ojos se fijan en los pechos redondos y cremosos que se dejan ver por el escote del vestido, luego sube por sus hombros y su cuello, su barbilla, su boca pintada de rojo y que tiene una sonrisa seductora y por último sus ojos encontraron los suyos, donde encontró una mirada brillante y traviesa - ¡chiquilla! ¡Vas a matarme de un infarto al miocardio! – la ve acercarse con pasos firmes y con un movimiento de caderas muy provocativas.

MI ADORABLE CASCARRABIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora