Manual Del Perfecto Príncipe

Nuevas reglas.

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SARAWAT

Ambos estamos sentados a la orilla del lago, el viento acaricia mi cabello pero los brazos de Tine me rodean alejando el frio de mí. Esta es la primera vez que salgo después del último enfrentamiento con el rey, hasta este día no me había atrevido a abandonar mi habitación del palacio a pesar de que he salido del hospital desde hace días. Pero es que la madre de Tine ha sido estricta hasta límites insospechados después de que yo y Lady Malai hubiéramos desafiado sus órdenes medicas el día en el que salimos corriendo detrás de Tine y Type, así que cuando tuvo que atenderme de nuevo porque yo y su irresponsable hermana destruimos todos su trabajo, Lady Dara prácticamente me encerró primero en su hospital y luego en el palacio.

La madre de Tine fue clara, yo no volvería a poner mi vida en riesgo de manera tan estúpida y la verdad es que tampoco tenía fuerzas para protestar así que me dediqué a obedecerla en todo una vez que el desorden que aconteció después de que se anunciara la muerte del rey traidor. Pero hoy necesitaba salir aunque fuese un poco. Estaba harto de mi habitación. Estaba harto de estar solo con mis pensamientos.

Suspiro sin poder evitarlo al pensar en ese día, el último día de la guerra sin sentido que mi padre provocó, y Tine aprieta su mano sobre la mía. Sé que él entiende perfectamente bien que aunque las heridas de mi cuerpo han sanado de la mejor manera posible, las heridas de mi alma tardarán un poco más. Es decir, no es que me haga sentir triste el hecho de haber perdido a mi padre sino que me siento avergonzado de la historia de mi familia en general y me siento un poco deprimido al pensar que nadie se haya opuesto todavía a que el hijo de Talay Guntithanon sea proclamado rey durante la ceremonia de coronación que se llevará a cabo dentro de un mes.

Vuelvo a suspirar y Tine me mira de forma profunda, sé que él puede leer la culpa en mis ojos, sé que él mejor que nadie conoce el dolor de mi corazón. Él suelta mi mano simplemente para acariciar mis mejillas y en serio, ¿por qué no lo coronamos rey a él? Del mismo modo en el que sus manos me sostienen a mí, sé que él sería mil veces mejor que yo para gobernar este reino de la mejor forma posible.

—Claro que no, alteza, tú serás coronado rey, no yo, no intentes huir de tu destino— dice Tine sonriendo de forma brillante y yo sonrío una vez más al darme cuenta de lo bien que podemos comunicarnos ahora sin necesidad de hablar.

—Es que pensaba que tú te verías más sexy en el trono ¿sabes? Imagínate, Lord Teepakorn, tú en ese trono de oro puro sin más vestido en tu cuerpo que la corona dorada de mi familia...

—Deja de imaginar esas cosas, Sarawat idiota, sabes tan bien como yo que tú y yo no podemos imaginar esas cosas todavía porque bueno, debemos cuidar que tu herida no vuelva a abrirse y... ¿pero qué demonios estoy diciendo? — dice él con las mejillas sonrojadas y yo me escucho reír por primera vez en muchos días y mi risa suena tan extraña que la detengo en un solo segundo—. Y no dejes de reír, por favor, la risa es nuestro mejor acto de rebeldía ante el mundo ¿no lo sabes? Tú siempre has sido rebelde, así que no dejes de reír.

— ¿De verdad puedo reír?— le pregunto sintiéndome algo avergonzado—. La verdad es que sigo sintiendo que no tengo derecho a ser así de feliz, Tine, yo debería ser castigado para expiar las culpas de mi padre y de mi abuela. Ellos eran asesinos, Tine, ellos trajeron desgracia al reino y no sé... no dejo de pensar que debería abdicar al trono porque... ¿y si enloquezco como Talay? ¿Y si cuando tú y yo tengamos hijos acabo pensando cosas estúpidas acerca de ellos y los obligo a hacer cosas terribles? Tine, tengo miedo, tengo miedo porque la historia de mi familia está en mis venas y no sé, Tine, no sé si la locura de la familia real sea hereditaria. No sé...