OO3 | Password: 1993

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Jimin adoraba a su hyung más que a cualquier mortal en esta tierra.

Amaba hacerlo reír con sus ocurrencias, amaba verlo divertirse cuando lograba soltarse luego de una atareada jornada... Sin dudas ese era su hyung preferido: ese que a pesar de todo encontraba un momento para sonreír junto a él.

Amaba dejarlo descansar sobre su hombro cuando viajaban en auto y Yoongi tenía mucho sueño.

Amaba jugar con él al baloncesto, aunque no se le de bien ese deporte en particular. Sólo compartir ese tiempo con él hacía que se olvidase qué tan mal jugador era en realidad.

Amaba verlo mostrar su talento a todos y sentirse un privilegiado al darle voz a sus letras, porque cuando eran cercanos Yoongi le permitía ingresar al estudio junto a él.

Amaba y ama a su hyung con todo el amor que pudiera albergar un ser humano y más, por eso la distancia empezaba a quemarlo desde adentro.

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[Hoy, 2019. Días después de aquella charla con Taehyung...]

Yoongi se encontraba en otra de sus largas jornadas de composición, encerrado herméticamente en la intimidad de su estudio. Sólo él, su cuaderno, su equipo y los empaques vacíos de la comida que Seokjin o Hoseok le facilitaban para sobrevivir.

Nadie podía perturbarlo allí dentro, nada podía atormentar aún más al rapero si permanecía trabajando frenéticamente. No era solamente trabajo, sino distracción de eso que no quería pensar.

Bueno, quizá su teléfono sonando claramente sería capaz de perturbarlo. ¿Cómo no sería perturbado por el estridente ringtone con el que Taehyung personalizó su contacto en el teléfono de Yoongi?

Sabiendo claramente de quién se trataba, Min estira una mano hacia la derecha y atiende sin despegar los ojos de su computadora. Sus ojos o sus dedos, dado que el pobre teléfono celular estaba aprisionado entre su oído y su hombro.

- Taehyung, ¿qué pasa? Estoy justo en medio de algo importante... - pregunta molesto. Su menor había cortado su inspiración en plena composición - No, Taehyung... No estoy priorizando una canción antes que... ¿Me vas a decir qué quieres de una vez? - bufa - Si, claro... Te la presto, ¿pero porqué no vienes buscarla acá? - pausa - Está bien, ya voy... espera allí.

Yoongi toma su chaqueta y su billetera para salir de las instalaciones de Bighit Entertainment, rumbo a un negocio cercano donde supuestamente Taehyung lo esperaba con la excusa de necesitar su tarjeta de crédito. Supuestamente porque Taehyung no había olvidado su propia tarjeta, - claro - esto resultaba sólo una excusa y oportunidad para que Park Jimin realizara el siguiente movimiento.

Ni bien Yoongi abandona su estudio, el hyung de la maknae line se aproxima al tablero donde debía ingresarse la contraseña para abrir el lugar.

Rápidamente teclea los cuatro números que - hasta donde recordaba - constituían su contraseña.

- 1993 - ingresa Jimin, esperando que su amado hyung de gummy smile no haya cambiado su vieja contraseña, muy predecible si cabe recalcar. La puerta se abre, dándole paso al pequeño Jimin al estudio. Mira fugazmente las instalaciones, maravillandose - Está igual a como la recordaba... - dice bajito, con sus ojitos brillando - Aquí adentro nada ha cambiado.

Al haber sido ambos tan unidos, pasaban mucho tiempo encerrados en esa habitación. Jimin dormido en el sofá que Yoongi puso para él, tapado con la campera del mayor mientras este escribía y producía. Jimin era quién se encargaba de que comiera aunque estuviese ocupado o se abrigara cuando hiciera frío, era su primer espectador y el primero en interpretar sus canciones.

Despertando de aquellos felices recuerdos, Park coloca un sobre color amarillo en el escritorio repleto de hojas, sin ningún tipo de inscripción.

Habiendo hecho lo que venía a hacer abandona el lugar como si nunca hubiese entrado, albergando en su corazón una gran esperanza luego de que dicho sobre sea abierto.

Rato después Yoongi - al volver a aquél lugar luego de salir a socorrer a Taehyung - se sienta frente a su escritorio observando con curiosidad un sobre que no supo reconocer.

- Esto no es mío... - piensa mientras observa el sobre en su mano, como si fuese un objeto proveniente del espacio exterior. Aunque siendo realistas, puede provenir de cualquier persona. ¿Bang PDnim? ¿Su manager...? - Pero debe ser para mi, ¿no? Está aquí en mi estudio... - habla consigo mismo - ¿Cómo entraron? - analiza.

Luego de prometerse mentalmente cambiar su tan obvia contraseña, decide abrir de una vez el sobre. En su interior encuentra una carta y un pendrive.

- ¿Quién deja esta clase de cosas y no envía los archivos por e-mail? - suspira rendido ante la intriga mientras conecta el dispositivo a su computadora, rezando porque no contenga un virus. Mientras este se instala, abre la carta con una sorprendida expresión - Esta es la letra de...

"Hola hyung, soy Jimin.

Primero que nada, perdón por entrar a tu estudio sin tu permiso. En mi defensa, ¡necesitaba hacer esto y tu contraseña seguía siendo la misma! En otra ocasión lo hubiese regañado, pero su despiste fue una gran ayuda el día de hoy.

Bueno, yendo a lo que realmente necesito decirle, le pido que por favor reproduzca el contenido del pendrive que le dejé. Quiero que lo escuche de mi propia boca."

- Ay, pequeño... - suspira, mirando con interés la pantalla de la computadora - ¿Qué locura habrás hecho esta vez? - dice sonriendo triste.

Extrañaba escuchar a su pequeño Jiminie hablarle, extrañaba escucharlo tanto como extrañaba su cercanía. Pero esa distancia qie hoy en día les causaba tanto dolor era sólo su responsabilidad.

Porque él se alejó y empujó al menor lo más lejos que el trabajo en común que mantienen le permitió.

Tell em [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora