Todo es...peor?

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Alya

   -¿No había ido al baño?

   -Tranquilo, tiene que llegar, aun tiene que ir por su mochila

Marinette había estado actuando extraño los últimos días, quizás semanas, pero...la forma en como actuó con Adrien. Cuando baje los vi hablando y estaba a punto de ir haca ellos, pero Mari se veía ...feliz.

Quizás fue mi imaginación, o mi terquedad por verla así, pero estaba riendo, no con una sonrisa muy grande, pero me alegraba verla así.

Preferí no interrumpir por ella, o quizás como un acto de egoísmo, quizas...no quería ver que ella sonreía con otros y no cuando yo estaba ahí. No sabia que pensar de ello, me causaba...algo extraño.

Era como si...trataras de ver algo con todas sus fuerzas, y alguien llegara y lo vea sin ningún esfuerzo.

   -¿segura? quizás deberíamos buscarla

   -Ella llegara, además, no creo que estés sola

   -¿que? 

   -Que este sola - reí - perdona

   -Tranquila...Adrien tampoco la dejaría sola

Nino no era de decir esas palabras, mas si no lo decía en forma graciosa, algo estaba mal aquí pero...¿que?

   -¿vez? te lo dije- Marinette y Adrien ya venían en nuestra dirección, y Nino les acortaba el camino. Por mi parte...parecía que no quería avanzar, pero realmente no tenia alternativa, lo mas malo que podía pasar era caerme ¿no?

   -Mari, ¿Dónde estabas? 

   -En el salón, pensaba buscarlos, pero no hizo falta, estaban aquí- otra vez Marinette, pero ella...¿estaba nerviosa?

 ¿Qué paso?

   -Bien, entonces... ¿podemos ir a comer?

   -Yo tengo hambre, vámonos

   -Tu siempre tiene hambre, Nino - lo mire divertida

   -¿Es un pecado amar tanto la comida?

   -Estoy seguro de que tu amas mas la diversión- Realmente no sabia que Adrien conociera de esa forma a Nino, pero...quizás fue fácil de descifrar, ¿a quien no le gusta divertirse?

   -Acertaste, amigo- todos nos reímos mientras aun avanzábamos hacia la cafetería

Después de almorzar, tuvimos que volver a las clases, pero no podía dejar escapar a  Adrien como si nada, se que bueno ver a Mari así, pero...que hizo?

. . .

Al terminar las clases cada quien fue por su lado: Llegaron por Adrien, Nino se fue pero yo no quería dejar a Marinette, tenia que hacer algo...aunque realmente no sabia que.

   -Mari, quieres venir?- Ella se mostro algo sorpendida

   -¿tu casa? 

   - ¿a donde mas?

   -¡Oh! ok 

Encogió los hombros pero aun así comenzó a seguirme

   -¡Espera! tengo que avisarle a mi padre, no quiero que se preocupen

   -Bien- Mari se alejo para hacer una llamada, tanto como para que yo no la escuchase, sin embargo, pude notar como aun le costaba hablar de su padre, tenia sentido, ella era fuerte, pero hablar de un solo padre...

Después de unos minutos ella solo colgó y volvió a la par mía.

   -Listo, vamos

   -Tengo que cuidar a mis hermanas, Nora volví a salir y...me dejo a cargo

   -Ella te dejo a cargo...o tu te pusiste a cargo-rio después de eso

   -Soy la que las cuida, merezco algo de crédito, ¿no?

   -Bien, "señorita al cargo"

Las dos reímos un poco por su ironía, esto me traía recuerdos...parecían tan cercanos...pero a la vez tan lejos.

Llegamos a la casa, al parecer, Ella y Etta se había dormido viendo caricaturas.

   -Se ven tan tranquilas...-Mari sonreía de una forma...melancólica, eso hizo que yo también lo hiciera.

   -Las llevare a su cuarto

   -Te ayudo- Asentí

   -Gracias- Tome a Ella y la cargue hasta su cuarto, era raro verlas dormidas, pero quizás lo necesitaban, Mari dejo a Etta en su cama y las dos salimos directo al sillón a sentarnos.

   -Supongo que estará callada la casa sin las niñas...

El comentario de Marinette me abrió una puerta de recuerdos, antes de ellas no había ruido, solo éramos Nora y yo

   -Es como si cada vez que una crecía ...llegara otra bebe a hacer mas alegre la casa...

   -Es curioso ¿no?

   - ¿Que cosa?

   - Muchos describen a los hermanos como una carga...y tu...tu realmente las quieres

Su comentario era sincero, lo era, y y lo sabia, pero ella también era mi hermana, ¿Por qué no las querría? 

   -Después de todo son mi familia

   -Si...

Se que Marinette quería a su familia también ...y parecía tan sola en este momento...lo único que pude hacer fue abrazarla...

   -Perdón, Mari - Al terminar esa frase Marinette me abrazo con la misma intensidad- tu también eres mi familia...y lo sabes ¿verdad?

   -Lo se, Alya...- No quería mencionarlo, no quería que ella sintiera que se lo echaba en cara, pero...al fin podía sentir sus lagrimas...ella...ella realmente podía volver ¿verdad? volvía a ser la misma hermana que conocí hace tiempo...quería que dijera algo, entre sus sollozos había entendido que ella seguía siendo la misma, era Mari 

Mi voz tendía de un solo hilo...pero de alguna manera...Mari podía darme el valor de hablar. Perdón ...

- Perdóname...por favor! perdóname


Un alma sin destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora