La Fuerza Del Destino Parte II

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Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. (Gabriel García Márquez el Amor en los tiempos del Cólera)

Noviembre de 2013 boda de Mike y Nanaba

Hacía dos años de la última vez que vio a Hange, a pesar de los años, aún le dolía la ausencia de la castaña, la extrañaba, nada había vuelto a ser igual sin ella, aunque intentó encontrarla todo había sido en vano, la única que podía darle información certera del paradero de su amor eterno era Nanaba y lo odiaba, él  entendía  porque,  había sido un completo idiota y ahora sufría las consecuencias de sus malas decisiones.

Pero ese día era diferente el azabache tenía la esperanza de reencontrarse con el amor de su vida en el gran día de su amigo, se había preparado lo mejor que pudo, quería causar una buena impresión en la castaña, la imagen que le devolvió el espejo era de su agrado, lucia atractivo enfundado en su elegante traje  negro  había elegido peinar su cabello hacía atrás.

Camino con seguridad hacía el gran jardín, donde se llevaría acabo el enlace matrimonial y la pudo ver a la distancia  entre las damas de honor destacaba, ya no se parecía en nada a aquella chica desaliñada de años atrás, ahora era toda una belleza enfundada en un vestido morado que resaltaba su pequeña cintura, sus hermosas y seductoras curvas, su rostro lucia hermoso y su cabello semirecogido, todo en su conjunto la hacían ver como una diosa castaña, al tener esa imagen   no pudo evitar imaginarla en un contexto sexual, jadeando encima de él, sus obscuros pensamientos le provocaron  un tirón en la entrepierna que rápidamente fue sustituido por la rabia y la frustración que le generó el notar que su Hange estaba acompañada de un idiota castaño ojos color oliva, que abrazaba a su chica.

Durante la fiesta el azabache no despegó la vista de Hange quería acercarse a ella, pedirle perdón incluso rogar si era necesario, necesitaba recuperar al amor de  su vida, pero nuevamente el destino se burlaba de él, ahora que la tenía de frente, ella ya estaba acompañada de alguien más, había sido iluso en imaginar que Hange lo iba a esperar toda la vida, que iba a estar para él.

Ahora un golpe de realidad le había caído como balde de agua fría, el idiota que acompañaba a su amor no se apartaba un segundo de ella, estaba a punto de  reclamar a los golpes lo que creía suyo, pero Erwin lo detuvo.

-Levi tienes que tranquilizarte estas tomando demasiado..no vayas a hacer una escena.

Erwin tenía razón no podía arruinar el día especial de su amigo y quedar como un troglodita frente a la mujer que amaba, tenía que tranquilizarse aunque no sabía cómo, algunos minutos después, le llegó la oportunidad que anhelaba el tipo que acompañaba a Hange se había separado de ella.

Rápidamente se acercó a la castaña, sin dudarlo era ahora o nunca, tenía que confesar los sentimientos que llevaba guardados por tanto tiempo.

-Hange te ves hermosa, ¿podamos hablar un momento?

-Ohhh Levi gracias tú también te ves muy bien-

Ambos caminaron hacía uno de los extremos posteriores del jardín.

-Y bien Levi, ¿De que querías hablar?-

-Hange yo solo quiero pedirte perdón por lo que pasó hace dos años, me porte como un verdadero imbecil..yo siempre te he amado y no te he olvidado, se que tú tampoco haz dejado de amarme.

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