~ INCÓMODO ~

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YoonGi aún recuerda que al llegar a su casa seguía con las piernas temblando, lo había más que disfrutado, y solamente se dejó caer en su cama y cayó profundamente dormido.

Ahora estaba eligiendo el traje que llevaría ese día de trabajo, su enorme ropero le mostró ropa de marca, de paseo entre el lugar y se decidió por una camisa azul celeste, pantalón, saco y corbata de igual color azul pero un azul marino.

Cepillo su cabello ya un poco más seco y después con su mano le dio un toque rebelde pero sin serlo tanto, se esparció un poco de crema hidratante por su cara y lo sobrante en sus manos, una buena cantidad de bálsamo labial y una última mirada al espejo.

No había visto que fecha era y no es como le interesara, tomo su maletín que estaba en el escritorio de su cuarto, camino por el pasillo y bajo las amplias escaleras que tenían una alfombra sobre ellas, y unos cuantos cuadros colgados en la pared.

Su chófer lo estaba esperando a la salida de la puerta, hecho un último vistazo a su casa verificando con su vista que todo estuviera en orden, cuando se lo comprobó a si mismo cerró la puerta bajo llave.

Le abrieron la puerta del auto y arrancó, los colores ya iban pintando el cielo, y las luces de la gran Seúl estaban desapareciendo con la luz del día.

Ver esa vista era algo bueno de viajar en auto o en un taxi, los colores de un hermoso amanecer, los naranjas pintando el hermoso azul cielo.

Enormes edificios aparecían uno tras otro, edificios departamentales con las luces prendidas, muchos ya listos para ir a su trabajo y otros más alistando a sus pequeños para la escuela.

Tiendas abriendo sus puertas dándole la invitación a cualquier comprador, su teléfono sonó más no lo contesto al ver un número desconocido, dejo que esté sonara hasta que del otro lado colgaran. Con el ceño fruncido lo guardo nuevamente, confundido, la persona que lo estuviera llamando debería saber que Min YoonGi no contesta números desconocidos.

Dejo de lado su confusión para concentrarse en qué ya iban llegando a la empresa, el auto se estacionó, le abrieron la puerta y salió.

Caminando se colocó sus lentes negros, una de sus manos sosteniendo su maletín y la otra metida en el bolsillo de su pantalón, entraron a la gran sala de recepción, recibiendo inmediatamente saludos de parte de sus empleados, correspondiendo con una sonrisa mínima.

Entro en el elevador y pulso el piso décimo quinto, espero pacientemente en lo que llegaba, entonces se regaño mentalmente al ver que no traía puesto su reloj, hizo un puchero inconsciente por lo sucedido. Intentando recordar en qué parte de su habitación lo dejo olvidado.

Amaba los relojes, no lo culpen.

Se resignó, tenía que conformarse con el de la pared de su oficina, salió cuando el elevador le abrió las puertas y recorrió el camino que lo llevaría prácticamente a su cueva de trabajo, pero una sonrisa cómplice lo detuvo.

— Buenos días Jefe— Jungkook se veía más sonriente de lo usual— ¿Cómo amaneció?—.

— Buenos días Jungkook, he amanecido muy bien gracias ¿Y tú?—.

— Muy bien Jefe, gracias por preguntar— aunque aún así se seguía viendo sospechoso—.

— ¿Que pasa Jungkook?— pregunto al ver que esté sonreía demasiado, cada vez más que se acercaba a la puerta de su oficina—.

— Jefe, espero no le moleste mi atrevimiento, pero...— abrió la puerta y dejo ver en la mesa del centro de la oficina un pastel de chocolate amargo y café— ¡Feliz cumpleaños!—.

TAKE ME - TAEGI +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora