La mañana había llegado y con ella el momento de despedirse.
La pareja había despertado temprano para poder desayunar juntos, pero Jeon debía ir a la universidad, por lo que tenían que separarse.
Jimin había dejado miles de besos sobre el rostro del menor, diciéndole que lo amaba y que le agradecía el que haya estado con él. Obviamente, Kook devolvió el gesto, tomándose su tiempo y generando un retraso. A ninguno le importó demasiado.
Pero en el momento en que el más alto abandonó la casa, Jimin se sintió solo nuevamente.
Su computadora estaba rota, por lo que no podía seguir con su trabajo, y tampoco tenía mucho por hacer. Lo único que se le ocurría era tomarse unas horas para leer un poco de su libro.
El pelinegro corrió a su habitación para darse una pequeña ducha, se vistió con la ropa más cómoda que encontró, que contaba solo con una playera blanca y unos pantalones negros, dejando sus pies descalzos.
Tomó el libro que había dejado de lado la noche anterior y bajó a su sala.
Recostandose sobre el sofá retomó su lectura mientras esperaba la hora del almuerzo, después de todo era realmente temprano.
Exactamente las siete y media de la mañana.
La lectura era algo bueno para pasar el tiempo. Cuando leemos, nos perdemos en un mundo totalmente distinto, uno que a muchos les gustaría vivir, otros donde es preferible que sea solo ficción. Vivimos con los personajes, los acompañamos de principio a fin y aprendemos con ellos, desarrollamos empatía con algunos y odio hacia otros. Nos volvemos parte de ese fantástico mundo.
Y eso era lo que adoraba Jimin.
Amaba crear sus personajes y desarrollar historias, dejar que sus propios sentimientos se plasmen en un libro para que los lectores puedan sentir lo mismo que él. Y al igual que escribir, le gustaba experimentar las sensaciones de la lectura. Como las dos caras de la moneda.
Pero justamente en ese momento, le estaba siendo complicado.
Pues un extraño ruido se oyó en el piso de arriba.
El de cabello negro frunció el ceño.
¿Es que esa casa estaba en malas condiciones? Haría una demanda si descubría que había problemas allí.
Dejó el libro con la página marcada y se apresuró a subir al piso superior.
Miró su habitación, intentando hacer silencio para intentar oír algo nuevo, más todo era completamente silencioso.
Negó con su cabeza, pensando que se estaba volviendo algo loco.
Sin embargo, en el momento que decidió dejar su habitación, oyó un extraño golpe en el ático.
Salió de su habitación con cuidado, abriendo la puerta del ático y tratando de mirar hacia arriba. No quería ni pensar en que se podría haber metido allí. Tal vez una rata, o varias de ellas.
Se estremeció con solo pensarlo.
Comenzó a subir las escaleras con cuidado, asomando un poco su rostro al momento de llegar a ma entrada. Todo estaba oscuro, pero no se oía absolutamente nada.
Podría haber ignorado el anterior ruido, y seguir con su lectura, pero no se lo permitió al sentir un feo olor que venía de allí arriba.
Un olor tan fuerte que le daba asco, como si hubiese algo podrido allí adentro.
Entró completamente, tratando de ver algo en la oscuridad, pero a pesar de que investigó por todo el piso, incluyendo detrás de los baúles, no encontró nada.
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Into the Darkness | Kookmin [MINI AU]
Fiksi PenggemarJimin se muda a una nueva casa para así poder estar más cerca de su pareja, quien vivía a una pocas calles. De esa manera podría verlo más seguido, sin dificultades de por medio. Pero no todo es color de rosa. Cosas extrañas pasarán dentro de esa ca...