You are my destiny (ADAPTACION)

II

Después de aquella asamblea donde el animo del rubio decayó un poco, avanzo por todo el ministerio tomando el ascensor presionando el botón del piso de migración, la felicidad con la que despertó y arreglo con esmero se vio opacada por la noticia, tendría que hacer tratos con su némesis de la infancia, una heroína que lo odiaba y el ni se diga mas. Una chica con aires de grandeza de la cual podría asegurar que rechazaría el trato que le costo meses conseguir con Lakedon. Una mano toco su hombro, giro la cabeza, la expresión en su cara no debió de ser buena pues la bruja que le llamo dio un paso atrás y señalo el letrero superior indicando que ya había llegado al piso que quería. 

- No puede cerrar hasta que salga - menciono la mujer con la voz temblando, se hubiera disculpado de no ser por el miedo latente que le tenían, carraspeo saliendo de la caja de metal que cerro y fue. 

En su camino al área de apariciones busco mejorar su expresión, aunque el recuerdo de que tendría que trabajar por algunos meses con Granger y quizás suplicar para que acepte la expansión de los negocios Malfoy al mundo muggle no ayudaba mucho. El reloj de bolsillo que llevaba en la chaqueta hizo una vibración, lo saco notando que ya era el momento, acomodo su corbata, tomo la varita he hizo aparecer un gran ramo de rosas blancas. 

Enfrente de Draco Malfoy había un circulo delimitado por una cinta de terciopelo, fue cuestión de segundos que en el lugar donde no había nada apareciera una persona, Astoria Greengass, una mujer de curvas finas y delicadas con su cabello castaño lacio atado en una coleta alta, la bruja que tenia el corazón del rubio, la joven le sonrío, aunque fue criada como una bruja sangre pura de la alta sociedad su ropa muggle, una blusa blanca que dejaba al descubierto su abdomen combinada con unos pantalones vaqueros y unas botas de un tacón ligero, daba a entender que aquellos pensamientos le resultaban estúpidos. 

- ¡Draco! - su grito se escucho por toda la sala donde llegaban otros viajeros pero poco le importo a la pareja que se abrazo con fuerza, el dándole vueltas en el aire y ella con las piernas enredadas en su cadera - te extrañe tanto mi dragón. 

La amargura del albino luego de aquel anuncio se esfumo, solo disfruto de tener a su Astoria en brazos, poder acariciar su fino cuerpo y besar sus labios, ambos en su mundo donde nada mas importaba, Astoria fue el ancla de Draco cuando se sumió en la depresión y desesperación pos guerra, aunque la chica es un año menor fue una amiga con quien pudo confiar en el colegio, no conoció en su momento su estatus de mortifago y aun cuando lo descubrió y la familia Greengass se mantuvo lejos del conflicto mudándose al América recién Dumblendore murió, ella confió en el, sabia que no era alguien malvado, un niño malcriado y arrogante si pero malvado no. 

Cuando la guerra termino Astoria mayor de edad en el mundo mágico dejo a su familia que estaba en Estados Unidos y volvió a Hogwarts para terminar su séptimo curso, fue ahí que supo que el rubio no volvió y por palabras de Pansy que también volvió se entero que estaba encerrado en los laboratorios de pociones de Malfoy Manor, cuando llego navidad sus padres le suplicaron que regresara a América pero se volvió a negar y en su lugar llego con maletas a la mansión Malfoy, cuando la puerta fue abierta el aire frio y con olor a muerte le lleno las fosas nasales, por minutos se sintió asqueada, ahí en la puerta la observaba Narcisa Malfoy quien miro a la chica de arriba a abajo, ninguna siendo fan de la otra. 

- Vengo a ver a Draco - susurro la castaña en un hilo de voz, con un suspiro la matriarca Malfoy asintió y le dejo libre el paso, ordeno a un elfo que llevaran el equipaje a una habitación disponible. 

- Esta en la biblioteca, no ha salido en una semana y ni siquiera se si esta comiendo - la voz de la mayor se oía a punto de quebrar - mas te vale ayudar - advirtió con su voz de nuevo altiva, eliminando los rastros de debilidad.