Perth Tanapon es un chico muy popular
pero un día en la Universidad su novia Jennie, la chica más bella del campus lo deja y él buscara la forma de volver con ella. ¿Pero que pasará cuando su amigo Yacht le sugiera a Perth usar un chico para darle c...
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Cada nuevo día llega como un misterioso regalo, nunca sabes que es lo que te espera hasta que el día empieza, descubrirlo es un viaje lleno de muchas emociones. Eso es vivir y no hay nada mejor que tener un compañero para recorrer el camino juntos, muchos no lo encuentran nunca, otros los pierden en el recorrido, pero otros como yo nos aferramos a nuestro compañero de tal forma que este se vuelve parte de nosotros.
La verdad debo agradecerle mucho a la vida, volver a encontrarlo fue la más inesperada aventura y la mejor de todas, Saint es un chico maravilloso al que todos quieren pero pocos saben el pasado tan difícil que tuvo y que muchas veces vuelve para hacerlo dudar, la verdad es culpa de mis padres lo consideran poca cosa para mi y nunca han dejado de humillarlo pero me canse de ellos, se acabo el buen hijo, les daré un buen escarmiento que de seguro les dolerá mucho.
Sin dudarlo decidi alejarme de mis padres.
Después de eso pasaron tres meses y Saint ya había comenzado con sus clases en línea y dos veces por semana asistia a clases presenciales. Era maravilloso verlo lleno de alegría sus ojos brillaban y aunque no dormía mucho su sonrisa era tan brillante que llenaba todo mi mundo.
Siempre que podia le ayudaba a estudiar, era un chico dedicado y muy inteligente, tanto que me preguntaba que vio en mi porque después de escuchar la propuesta que le hice en el bar aquella noche no me golpeo ni se alejo de mi, recuerdo que me dijo que me ayudaria por venganza nunca le he preguntado a que se referia, creo que hoy es buen momento.
Deje de trabajar en mi computador y fui a la cocina y otra vez vi a Saint intentando horner algo, ha mejorado un poco pero aún le falta práctica pero es tan tierno verlo.
Me acerque lentamente a él y me abrace a su espalda, amo tenerlo pegado a mi cuerpo.
A pesar de todo nuestro tiempo juntos aún tiembla entre mis brazos como la primera vez, no resisti la cercanía y bese su mejilla y me hundi en el aroma de su piel.
- Perth me haces cosquillas, ¿dime que pasa ya tienes hambre?
- Hambre de ti siempre mi amor - lleve mis manos a su sexi trasero y las deslice por debajo de su boxer, amo sentir su suavidad y lo firme que es, eso lo hizo gemir suavemente.
- ¡Pe-erth! deja de ser tan travieso.
- Lo siento es solo que me enloqueces amor - murmuré en su oído, luego él se giro para poder verme a la cara.
- Y tú a mi, ¿pero dime necesitas algo? conosco esa cara.
- Si, la verdad tengo dos cosas que preguntarte - me miró con curiosidad.
- Bien dime.
- La primera es que queria saber si mañana estás libre - cruzaba los dedos para que dijera que si.
- Tengo solo algo de tarea pero es muy fácil, después estaré libre ¿dime qué planeas?
- Que tal si tenemos una cita tú y yo hace tiempo que no salimos, por favor amor - suplique con mi cara triste haciendole reír.
