Capítulo 3

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''Debes acercarte a él y luego alejarte, llamar la atención de Phi, de esa manera Phi Na no puede decir que tú lo buscaste.''

Prem cubrió con sus pequeñas manitas, los ojos de Pleum por detrás suyo.

Lo había encontrado sentado solo cerca de la cafetería durante el primer receso. Se veía concentrado en los papeles frente a él con el ceño fruncido y una expresión aterradora. El menor en ese momento había estado pensando en el primer paso de Chan que seguía repitiéndose constantemente al estar caminando por los pasillos en busca de distraerse. Fallando más de una vez. Se cuestionaba si aquello era correcto, sus amigos siempre habían tenido los mejores consejos, -¿no?-, nunca habían fallado, sin embargo, ¡Prem no quería buscarse problemas! Y mucho menos ganarse unos cuantos golpes en el rostro.

Bastante mala fama ya le hacía algunas personas para sumarle más motivos a las habladurías.

Todavía recordaba las amenazas de la novia de un ex superior. Haciéndolo temblar cuando piensa en ella. Fue una experiencia que lo dejo intranquilo durante un periodo de su vida, apenas tenía 13 años cuando sucedió. Nunca antes había pensado que existieran personas a las cuales les molestaba su personalidad, creía que era imposible, pero al ser jalado por la chica enojada, ya graduada en ese entonces, para ser advertido sobre los 'coqueteos' que le daba él al superior, supo que su creencia era errónea. A veces extrañaba los dulces de limón que le daba Juihon al encontrarlo, pero no extrañaba las miradas incomodas de Kira.

Tampoco extrañaba esconderse cuando les veía de lejos o usar a Chan de escudo con tal de pretender que no estaba allí. Fue un tiempo agotador, de repente sentía que todos lo juzgaban con la mirada y algunas personas no entendían que el chico de menor estatura no coqueteaba. Todos le advertían que cambiara, que no era bueno ser así.

Él era una persona cariñosa, bastante desde la infancia, siempre buscaba primero a las personas como un cachorro buscando a su dueño para jugar y no se alejaba de ellas, incluso si se lo pedían en ocasiones. La idea de Chan era solo un poco, poquito, difícil de cumplir o eso pensaba él, pero estaba seguro que lo iba a lograr pase lo que pase. Porque sin duda alguna, quería seguir vivo hasta la graduación y entrar a una buena universidad.

Pero entonces ¿qué hacía él buscando a Phi Pleum?

''Adivina quién soy, Phi~.''

Su voz era dulce y suave, como una canción de cuna, haciendo que Pleum sonriera al identificarlo a los pocos segundos. El mayor primero había estado confundido y a punto de insultarlo para que lo soltara al pensar que era una broma de sus amigos, acostumbrado a que hicieran ese tipo de cosas, pero al escucharlo todo cambió. Su mal humor se esfumó como polvo y el estrés que tenía huyó despavorido. Los efectos de Prem, así lo llamaba.

''Déjame pensarlo ¿mh, será un niño pequeño que me regaló galletas el otro día?''

El menor sonrió. Tomándose unos segundos antes de hablar de una forma infantil. Seguía el juego por un poco más de tiempo, haciéndolo recordar a esa época donde repetitivamente cubría los ojos de todos. Claro que sus recuerdos no son suyos, son relatos de su madre, quien entre risas le gustaba contarlo en todas las reuniones familiares. Prem no puede recordar nada de sus primeros cuatro años de vida.

''¿Y cómo se llama ese niño, Phi? Suena como alguien súper simpático.''

''Nong Prem.'' Había hablado el chico de cuerpo grande y rulos despeinados, poniendo las manos cálidas sobre las pequeñas para liberar su vista de la oscuridad. Giró el rostro tan solo un poco para verlo lo suficiente. Y sin darse cuenta estaba acariciando con su pulgar el dorso del castaño.

El niño se apoyó prácticamente en el mayor, pasando sus brazos por encima de los hombros anchos y dejando caer su mejilla contra el antebrazo para verlo mejor. La cercanía de ambos rostros era casi nula, sin embargo, a ninguno de los dos estudiantes le importaba en lo más mínimo o se dieron cuenta del detalle. Tampoco notaron que estaban siendo observados por algunas cuantas personas del alrededor que comenzaban a susurrar poco disimuladas.

CONFESSION (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora