Shouto corrió a refugiarse bajo una parada de camión, el techo más cercano en su camino de vuelta a U.A. Cuando salió de los dormitorios estaba nublado, pero pensó que alcanzaría a ir a comprar las cosas y volver antes de que se soltara la lluvia.
Iban a ver películas en la habitación de Midoriya, sólo ellos dos. Cuando le había contado que sólo había visto una película de All Might —que veía con su mamá cuando su padre no estaba en casa, antes del accidente—, Midoriya le había propuesto que así pasaran su tarde de sábado.
Le preguntó a Yaorozu y ella le dijo que en ese tipo de reuniones se comían chucherías. Y por eso es por lo que estaba en esa situación: atrapado bajo el escaso techo de plástico de la parada esperando a poder regresar antes de la hora acordada. Podía correr y mojarse, pero entonces tendría que tomar un baño y de cualquier forma llegaría tarde. Podría hacer un techo de hielo y protegerse, pero no tenía permitido usar su singularidad de esa manera, por más licencia provisional que tuviera.
«Debí traerme el celular» pensó amargamente.
La lluvia no hacía más que aumentar y pronto serían las seis, si no es que ya lo eran, había salido con poco tiempo de antelación, pues había pasado más rato del que reconocería jamás tratando de calmar su corazón que se ponía a palpitar a mil por hora cada que pensaba que estaría a solas, con Midoriya, en su habitación... era como una cita, le había dicho Yaorozu. ¿Lo era? Cita o no cita iba a llegar tarde y eso lo abrumaba muchísimo.
—¡Todoroki-kun!
Alzó la cabeza y vio que Midoriya se acercaba a lo lejos bajo una sombrilla. Aunque aún caía la lluvia al verlo sonreír sintió que el sol salía y hacía un arcoíris. Esa sensación que acompañaba el ver o pensar en su amigo lo recorrió como una ola que surgía de su pecho. Midoriya llegó a su lado y le tendió otro paraguas.
—Yaorozu me dijo que habías salido —explicó ante la mirada sorprendida de Todoroki, sonrojándose—. Me preocupé porque no contestabas el celular y luego esta lluvia...
—Gracias.
Midoriya sonrió radiante y señaló las bolsas.
—¿Son para comer mientras vemos la película?
Asintió.
—Bien pensado, Todoroki-kun. ¿Vamos?
Caminaron de vuelta a los dormitorios. Cada uno bajo su paraguas, pero lo más cerca que esto le permitían. Midoriya hablaba de las películas que había seleccionado, mientras que Todoroki asentía en silencio, deleitándose en esa paz que le traía el estar cerca de él. Aunque de algo tan nimio como estar atrapado por la lluvia, una vez más lo había salvado.
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You are my sunshine
FanfictionComo una amistad se fue transformando en amor. Una historia compuesta de drabbles con los prompts del TodoDeku Month.