You are my sunshine

Capítulo 11: Verdad o reto

—Shouto –Izuku se estiró sobre las piernas de Shouto, donde tenía recargada su cabeza y le sonrió adormilado.

—¿Mmh? —contestó apenas desviando la mirada del libro que estaba leyendo, sin dejar de jugar con el cabello de Izuku.

—Ayer me pregunto Uraraka si queríamos bajar hoy a jugar más tarde con el resto de la clase.

—¿Qué van a jugar?

—No sé, —agarró su celular — ¿quieres que le pregunte?

Shouto dejó el libro a un lado y se inclinó para darle un beso a Izuku.

—No es necesario. Sí vamos.

Sonrió al pensar que antes no hubiera aceptado. Al entrar a UA lo que menos pensaba era en hacer amigos, mucho menos un novio y en que genuinamente disfrutaría tanto pasar tiempo con sus compañeros.

Izuku se levantó y se acomodó sentándose en los muslos de Shouto, con una sonrisa traviesa.

—En lo que da la hora, hay que aprovechar —dijo y lo besó.

爱

Casi se les pasa la hora de bajar a jugar, pero Uraraka le marcó a Izuku para recordarle. Aún así, cuando bajaron no habían llegado todos aún. Cuando por fin estuvieron todos se paró Ashido y dio una palmada.

—¡Esto es un verdadero milagro! Estamos todos hoy. Hasta Bakugou —el rubio gruñó y se escucharon algunas risitas—, y Midoriya y Todoroki, qué milagro.

Shouto vio que Izuku se sonrojaba un poco.

—Así que para esta ocasión especial decidí que juguemos algo que hace mucho no jugamos.

—Por favor que no sea verdad o reto —Izuku murmuró tan bajito que sólo Shouto y Aoyama que estaban a su lado lo escucharon.

—¡Verdad o reto! —anunció Ashido.

La última vez que habían jugado eso había terminado en un desastre tal que Aizawa había tenido que ir a regañarlos: personas pegadas en el techo, la mesa del centro rota y varias marcas de quemado por las explosiones de Bakugou, un Kaminari con la cara toda pintada e Iida con ropa de Yaorozu. Había sido divertido, así que no entendía muy bien por qué Izuku no quería jugar eso.

Pero no era el único como algunos de los reclamos que se hicieron escuchar lo demostraban.

—Si no quieren jugar pueden irse, pero si se quedan, ya saben a qué atenerse, las mismas reglas que la vez pasada: si el reto involucra a otra persona, pedir permiso y si de plano no quieren hacerlo o decirlo, se vale pero tienen que comer una cucharada de la salsa picante que compra Bakugou.

Pese a las quejas, nadie se fue. Y empezaron a jugar. Empezaron tranquilos: algunas verdades (¡Tokoyami sólo usa ropa interior negra!), algunos retos («Kaminari a que no le mandas un mensaje a Shinsou») y entonces llegó el turno a Hakagure (que eligió reto y estaba dejando que Ashido le pintara la cara de colores, por lo que fue evidente la sonrisa malévola que puso al dirigirse a Shouto).

—Todoroki, ¿verdad o reto?

—Verdad.

—¿Qué es lo que más te gusta de Midoriya?

Shouto escuchó farfullar a Izuku a su lado y sin mirarlo supo que estaba sonrojado.

—Que es la persona más increíble que conozco, más valiente y que se preocupa por los demás, que no se rinde...

—Yo decía de su físico —lo interrumpió Hakagure, que tenía ya la mitad de la cara pintada con rojo y azul.

—Sus ojos y su sonrisa y sus pecas y... —se paró de golpe y se sonrojó también él—, ¿cómo sabías que me gusta Izu...Midoriya?

Casi todos los presentes se rieron.

—Cariño, todos lo sabíamos, —dijo Ashido haciendo aspavientos con la mano que no sostenía la brocha de maquillaje—, más obvios no podían ser.

—¿Entonces es cierto? —preguntó Oujiro. Shouto asintió y por el rabillo del ojo vio que Izuku lo hacía también, lo miró y vio que estaba rojísimo, pero sonreía. Se veía adorable.

—¿Y ya son novios? —dijo Froppy.

—¡Esa es otra pregunta! —se quejó Sero.

—Sí —contestó de todas formas Izuku y entrelazó su mano con la de Shouto.

Se volvió un caos de felicitaciones y festejo. Shouto agradeció que todos parecían apoyarlos. Se dio cuenta que eso realmente le importaba. Incluso Bakugou, que le susurró un «más te vale tratarlo bien» parecía contento de la noticia.

En realidad, y esto no lo sabría ninguno de los dos, la clase entera sabía que ya estaban juntos, pero no habían encontrado la forma de felicitarlos y hacerlos saber que se alegraban por ellos.