El primero fue accidental, apenas un roce de las manos cuando Todoroki le regresó el cuaderno con sus notas sobre algunos héroes que le había prestado. Una descarga, como un escalofrío pero placentero, sorprendió a Izuku.
El segundo fue parte de un experimento.
—Todoroki-kun —el chico dejó de leer en su celular y levantó la mirada—, pon tus manos así.
Le mostró cómo hacerlo, las dos manos extendidas de frente, como si fuera a recibir algo. Todoroki parpadeó un par de veces extrañado por la petición y luego obedeció. Izuku puso sus manos encima, palma contra palma. Como había previsto un lado era frío y el otro caliente, la diferencia era desconcertante, pero agradable. Recorrió con los dedos las manos, no eran precisamente suaves, pero Izuku había pensado que serían rugosas, como quemadas por el hielo y el fuego. Dejó de mirar las manos, para comunicar sus observaciones. Cuando volteó vio que Todoroki lo miraba fijamente, un rubor cubría el lado derecho de su rostro y parecía que había dejado de respirar. Izuku retiró sus manos rápidamente, pues sintió de nuevo esa descarga, directo en su corazón que se saltó un latido.
El tercero fue iniciado por Todoroki. Estaban estudiando juntos en la sala común e Izuku, concentrado en lo que estaba leyendo, no se dio cuenta de que empezó a jugar con el lápiz haciéndolo girar en sus dedos y golpeando la mesa —tac tac tac—. Sino hasta que la mano de Shouto se posó sobre la suya. El corazón le dio un vuelco completo y miró a Todoroki sonrojándose.
—Estabas poniéndome nervioso.
—Perdón.
Todoroki retiró la mano e Izuku deseó que no lo hubiera hecho.
Hubo muchas otras, dejó de contarlas, pero no de buscarlas. Un roce, un toque, un apretón, los dedos entrelazados... todos producían en Izuku la misma emoción.
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You are my sunshine
Hayran KurguComo una amistad se fue transformando en amor. Una historia compuesta de drabbles con los prompts del TodoDeku Month.