Nuestra primera cita

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Draco

Jamás me había declarado un chico sentimental en las cuestiones amorosas. Solo disfrutaba el deseo y la compañía de una noche, sin repetir a la chica o pensar en algo más. Pero con ella había sido diferente desde la primera vez que tuve una cita.

Llegue a sentir los nervios, la estúpida sensación de cosquillas recorrer mi cuerpo con su cercanía, me hizo sentir torpeza con cada uno de mis movimientos, pero ver su sonrisa me provocaba paz.

Ahora, ella no recordaba el amor que le había prometido hace meses. Toda aquella obscuridad volvía si ella no estaba a mi lado. El miedo de estar solo se aloja dentro de mí, miré a Theo que leía un libro y la boba sonrisa que emanaba sobre su rostro, una sonrisa igual de cuando descubrí un nuevo sentimiento y admitir estar enamorado de Hermione Granger.

— ¿Terminaron?—Tory entró por la puerta de la sala de Slytherin. Sus facciones delataban su clara molestia.

— ¿Por qué tendría que interesarte?—no estaba pasando los mejores momentos y quería evitar molestias hablando con Tory.

—Granger buscó a Ron.— se miraba sería y claramente disgustada con el tema. La ira comenzaba a recorrer cada parte de mi cuerpo.

—Vete.—ordeno Blaise a Tory, solo vi como ella subía las escaleras a los dormitorios de chicas. La necesidad de maldecir a Weasley eran grandes.

—Hable con Hermione.—y con solo escuchar su nombre la irá disminuía, eso era lo que ella causaba. Paz y tranquilidad con su voz o su simple recuerdo que tenía de ella.

— ¿Qué te dijo?— sujeté de ambos brazos a Pansy, teniéndola aún más cerca. Colocó una mueca sobre su rostro.

—Antes que nada, déjame.—coloco otra mueca ahora de dolor, lo que sucedía me ponía aún más nervioso. Solté su cuerpo y trate de relajarme.—Tiene miedo, quiere recordar cómo se enamoró de ti.

Sonaba a esperanza, una muy grande después de una extraña mañana y creyendo que ella no quería volver a verme a causa de sus recuerdos pasados, sonreí ligeramente. Cómo decían los muggles, no podía cantar victoria, tendría que volver a enamorar a mí Hermione Granger lo antes posible o la escuela terminaría.

 — ¿Qué piensas hacer?—cuestiono Theo prestando mucha atención a cada uno de mis movimientos.

—Podre pelear por ella y valdrá la pena.—aquella hija de muggles se adueñó de cada uno de mis pensamientos, de mi corazón, mente y cuerpo. Iba a hacerla recordar aunque cueste hacerlo.

— Tienes nuestro apoyo.—hablo Blaise sonriendo.

—Incluso mini Weasley y Potter te ayudarán—concluyo Pansy.

— Le haré recordar cada uno de nuestros momentos. Desde nuestra primera cita hasta la última que tuvimos.—definitivamente ella había logrado sacar un lado diferente al que yo conocía de mí parte.

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7:45 pm. La misma hora de nuestra primera cita, estaba nerviosa. Con la ayuda de Blaise y Theo había convocado un ambiente romántico en la torre de Astronomía, tal como la primera vez. Mire el cielo azul y las brillantes estrellas que lo adornaban. 

Algunas quejas provenían de las escaleras y supe que ella subía, justo como aquella cita. Pansy y mini Weasley caminaban jalando a Hermione, con una venda sobre los ojos y luciendo un vestido magenta.

—Puedes quitarte la venda.—hable al momento que ambas se habían ido, Hermione obedeció y retiro la venda de su rostro, la cara de asombro fue evidente. Me miró a mí y colocó una mueca.

— ¿Tú haz hecho esto?—contesto tratando de utilizar otro tono de voz que no sea de sorpresa

—Sí, he aprendido a preparar comida al estilo muggle. Aún soy un desastre pero no tanto como la primera vez.—acomode la silla esperanzado de que ella tomara asiento y afortunadamente lo hizo.

—Dime que esto no tiene nada malo.—podía ver cada una de sus expresiones. Dudaba aún más y se veía un ligero miedo mostrado, mire la ensalada de pollo, no me mostraría débil, nunca lo haría.

—Me sorprende que aún dudes de mi Granger.—el tono arrogante volvía, era inevitable.—Aún más porque conoces todo de mí y me refiero a todo.

Lleve un bocado de pollo a mi boca y comencé a masticar lentamente, ella repitió el mismo acto, tratando de ocultar su evidente sonrojo.

—Debía estar loca en el pasado para aceptar algo contigo.—estaba molesta, y sabía que estaría a la defensiva.

—Créeme que disfrutaste más de una vez.—bebí el vino tinto lentamente.

 —Eres irritable.—bufo, esquivó la mirada y de dedicó a mirar el cielo estrellado, su semblante quieto y fijó me causaba angustia.— No se porque estoy aquí.

—Se que es imposible para ti creer que seas mí novia. Pero así es.—me levanté de la mesa, el apetito había desaparecido en tan pocos minutos. Sujete la copa de vino tinto y bebí un sorbo—Te enamoraste de mí

—Es imposible, del único chico del que me he enamorado es Ronald.—parecía decirlo más para ella que para mí, sujete aún más fuerte la copa que sentí como se quebró. Algunos pequeños trozos de cristal se enterraron sobre la palma de mí mano.

—Creo que esto fue una mala idea.—el líquido carmín resbala sobre mi mano lentamente, el dolor era tolerable, pero mi corazón se había roto y aquel dolor era insoportable

—Tu no entiendes. Se supone que estaba a punto de graduarme y siendo la novia de Ronald.—note las ligeras lágrimas que se asomaban sobre sus ojos, respire profundo no quería abrazarla para evitar sus lágrimas.    

—Creo que si aún estabas enamorada de ese idiota, jamás hubieras aceptado salir conmigo.—la ira comenzaba a apoderarse de mi cuerpo.           

—No sé cómo pude cometer una locura de ser tú novia.           

—Y yo no sé cómo me pude enamorar.—y aquella palabra gritaba en mi cabeza "sangre sucia" una y otra vez—De una hija de muggles.           

Ya no era capaz de decir aquellas dos palabras. No quería seguir hablando y solo bajé las escaleras, sentía un nudo en la garganta el dolor agudo en el corazón y la sangre resbalar sobre mi mano.           

Camine por los pasillos de Hogwarts sin importar que alguien pudiera verme. Al entrar a la sala común de Slytherin me encontré con Theo y Pansy hablando en los sillones.           

— ¿Qué tal te fue?— mostré la mano cubierta de un poco de sangre.     

—Creo que debería de llevarte a la enfermería.—negué rotundamente, ya no quería seguir viendo a más gente, solo quería lanzar maldiciones a diestra y siniestra contra cualquier cosa o persona.           

—Trataré de limpiar tu herida.—Pansy comenzó a colocar algunas pociones sobre mi mano.— ¿Tan mal te fue?           

—No quiero saber nada de ella.—el nudo en la garganta era más grande y el dolor en el pecho igual, me había mostrado tan débil y vulnerable con Hermione Granger que solo provocó un corazón roto, y no me iba a permitir demostrar un dolor.           

      













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