Capítulo II - Florian:

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—¡Permiso capitán Dawson!

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—¡Permiso capitán Dawson!

Interrumpe un guardia del cuartel

—¡Y ahora que carajos pasa!

—Disculpe la interrupción pero afuera lo están buscando. Yo le expliqué que estaba ocupado pero el compañero insiste en que es urgente

—Tengo que meter al calabozo a ese desgraciado que osa interrumpir mi trabajo, esto tomará algún tiempo. ¡Hennequin puedes irte, pero ni se te ocurra salir del pueblo!

—Claro capitán Dawson, muy amable —Agradece Louis mientras salía de la sala a toda velocidad— Aunque la próxima vez no le será tan fácil convencerme de colaborar.

Luego de salir Louis detrás va el capitán Dawson buscando a la persona que le interrumpió el interrogatorio, después de unos minutos sin ver a nadie en el cuartel, este entiende la situación.

—¡Maldito Hennequin, te atrapare!

Escucha Louis a lo lejos mientras se aleja lo más rápido posible del cuartel y corre por las calles empedradas de Monsuar en dirección al mercado buscando a su amigo. Pero allí no estaba, luego de un pequeño recorrido por el lugar, Louis le pregunta a un mercader por su amigo Florian para saber si lo habían visto.

—Disculpe. ¿Ha visto a Florian? El trabaja aquí en el puesto de antigüedades pero no lo veo...

—¿Florian? No, no conozco a nadie con ese nombre que trabaje aquí muchacho. Si me dices como luce quizás te pueda decir si lo vi

—Si claro, tiene una chaqueta de manga corta y aterciopelada con un cuello en V estrecho y una elegante camisa que usa debajo de ella. Lleva una gran banda de tela que se mantiene unida por un nudo intrincado, la banda de tela es decorativa y un signo de su riqueza. Sus pantalones son simples y bastante anchos y sus zapatos están hechos de una piel rara que no conozco.

—Chaqueta, camisa elegante y una banda de tela... si lo vi, ya recuerdo. Salió corriendo hacía el Mirador que esta cerca del bosque Trebolia.

—Genial, muchas gracias señor 

Con prisa Louis se dirige al Mirador ubicado en una gran colina desde donde se podía ver una hermosa vista de todo el bosque Trebolia que era el más cercano al pueblo. Desde aquella colina se podía ver lo grande, sombreado y profundo que era el bosque, incluso podía verse la copa de varios pinos, abedules y abetos. Al llegar al Mirador, allí lo esperaba su amigo Florian mientras miraba pensativo hacia el horizonte más allá de las montañas Inturia. La familia Le Chapelle es de prósperos comerciantes siendo una de las más ricas en Monsuar gracias a los numerosos artículos que venden a los viajeros.

—Bien echo Florian, gracias por salvarme de ese viejo cascarrabias. Te debo una. Escapé a tiempo del cuartel pero esta maldita capa no me dejaba correr bien, luego te fui a buscar al mercado y un señor te vio salir hacia acá, por suerte te pude encontrar

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